domingo, 29 de septiembre de 2013

PROFECÍA (2° ALMAS OSCURAS)

Ahora que Amelia ha muerto, William está decidido a dejar atrás el pasado y a empezar de nuevo al lado de Kate. Juntos viajaran a Inglaterra, el hogar del vampiro. Allí Kate conocerá un mundo oscuro y fascinante por el que se sentirá irremediablemente atraída. Pero una serie de terribles acontecimientos hará que salgan a la luz secretos que nadie debería conocer. William sabrá por qué es diferente, y que su destino ya está escrito sin que pueda hacer nada para cambiarlo. Un destino en el que Kate no tiene cabida; no si quiere mantenerla a salvo. https://app.box.com/s/7lxod9uigpefpg27nza5

PACTO DE SANGRE (1° ALMAS OSCURAS)

William acaba de llegar a Haven Falls. Es callado, distante, y su mirada esconde grandes secretos. Sus cambios de personalidad intimidan y su atractivo revela tantas luces como sombras. Quizá, por eso, Kate no puede quitárselo de la cabeza. Pronto descubrirá que no es un chico normal. William es un vampiro, el único de su especie que puede vivir bajo el sol. Ese don lo convierte en alguien especial, en la esperanza que su raza necesita, pero también en la llave que los renegados persiguen para librarse de su maldición. https://app.box.com/s/h3fp03t222cyvmz326rt

LA HISTORIA DE LOCO JOHN

Su familia lo recluyó en el psiquiátrico tras una conducta imprevisible. Pero un reencuentro en los terrenos de la clausurada institución remueve algo profundo en su mente agitada: unos recuerdos sombríos sobre los truculentos hechos que condujeron al cierre del W. S. Hospital, y el asesinato sin resolver de una joven enfermera, cuyo cadáver mutilado fue encontrado una noche después del cierre de las luces. La policía sospechó de un paciente, pero sólo ahora, con la reaparición del asesino, se conocerá la respuesta. https://app.box.com/s/gb0k14ic0kvbd0yqoqf9

ALGO MAS QUE VECINOS

Leopold Gallager, un rico hombre de negocios inglés de familia aristocrática, serio y obsesionado por el trabajo, conoce una noche en la terraza de su casa a la que, en un principio, toma por la amante de su viejo vecino. Catalina Stapleton, la nueva habitante del piso de al lado, es una joven extrovertida y generosa que disfruta ayudando al prójimo. En cuanto cruza dos palabras con su estirado vecino decide que, aunque él mismo no lo sepa, el señor Gallagher es un hombre infeliz que necesita ser salvado de sí mismo. A pesar de la arrolladora atracción que surge entre ellos, Leopold trata de mantener a la impertinente y alocada Cat a distancia; no está dispuesto a que su irritante vecina, por muy adorable que sea, derribe las barreras que tanto le ha costado erigir a su alrededor. Sin embargo, el destino parece tener otros planes... https://app.box.com/s/po39dsbmhvcmez0o5tfo

¿JUGAMOS A CASARNOS? (2° ¿JUGAMOS A SER NOVIOS?

Han pasado tres años desde que Matt se fue por su trabajo de modelo dejando a Jeanne en el aeropuerto. Pero ahora Matt ha vuelto con un propósito bien claro. Recuperarla, ser novios, de verdad, no más mentiras ni juegos… Puede ser fácil, aunque estuvieron separados por mucho tiempo ocasionalmente se mensajeaban, claro, cuando el trabajo de Matt se lo permitía o la universidad de Jeanne le permitía. Todo parece estar a favor del modelo cuando llega a la ciudad y se encuentra a esa hermosa chica saliendo de la universidad, cuando se ven, cuando se sonríen, se abrazan, se besan… pero todo se irá al desagüe cuando Matt se entere de un obstáculo que podría echarle a perder todos sus planes. No será fácil pero hará todo lo posible por enamorarla. De nuevo. https://app.box.com/s/5ji35ppaz8lk6y8aun44

EL ÉXTASIS DE GABRIEL (2/3 EL INFIERNO DE GABRIEL)

Tras varios meses de espera, el profesor Gabriel Emerson y Julia Mitchell, su alumna, acaban consumando su amor e inician una apasionada relación en la clandestinidad. Apartados del mundo durante unas románticas vacaciones en Italia, Gabriel la instruye en las delicias del cuerpo y en el éxtasis de la sensualidad. Pero a su regreso, su felicidad se ve amenazada por las estrictas normas académicas y por una ex amante celosa. Tras ser descubiertos, el consejo universitario exonera a la joven de toda responsabilidad, con la única condición de que no vuelva a tener contacto con el profesor hasta que se gradúe... ¿Volverán a caer en la tentación? https://app.box.com/s/7af80bjw9c8oza947g38

EL INFIERNO DE GABRIEL. (1/3)

Tan enigmática como la identidad de su autor? El misterioso y atractivo profesor Gabriel Emerson, reconocido especialista en Dante, es un hombre torturado por su pasado y orgulloso del prestigio que ha conseguido, aunque también es consciente de que es un imán para el pecado y, especialmente, para la lujuria. Cuando la virtuosa Julia Mitchell se matricula en el máster que Gabriel imparte en la Universidad de Toronto, la vida de éste cambia irrevocablemente. La relación que mantiene con su nueva alumna lo obligará a enfrentarse a sus demonios personales y lo conducirá a una fascinante exploración del sexo, el amor y la redención. https://app.box.com/s/ntun8h465hgytqb571cu

viernes, 27 de septiembre de 2013

CAPITULO 3 (SEGUNDO LIBRO, TAYLOR)

Capítulo 3: Gail, esencia de mujer Sé que aún es demasiado pronto para que regrese Jason, aún le falta como una hora o más para llegar, pero no puedo dejar de estar pendiente de escuchar el sonido del ascensor y sus pasos en el pasillo. Desde ese horrible incidente con Leila, no me gusta estar en el apartamento sola y, claro está, no quiero ir a dormir. No es que yo sea ansiosa, sé que eso molesta a Jason y estoy tratando de mostrarme más segura. Se siente muy mal porque todo sucedió cuando él estaba ausente. Todavía no la ha encontrado, a pesar de los extensos recursos del Sr. Grey y la experiencia combinada de Jason con el equipo del Sr. Welch. Yo no llegué a conocer mucho a Leila cuando ella venía al Escala, pero se la veía una chica dulce, brillante y curiosa. No dura y quebradiza como algunas de las otras. Tal vez por eso ella duró más tiempo que la mayoría, de alguna manera ella era como la Señorita Steele. Pero sólo en algunos aspectos. Jason pensaba que era muy manipuladora y que estaba completamente obsesionada con el Sr. Grey. Supongo que tenía razón después de todo. Espero que no recuerde la apuesta que hicimos sobre esto… o tal vez sí. Me alegré cuando el Sr. Grey encontró a una novia normal, él era tan diferente con ella. No era más que eso… feliz. No hay otra palabra para describirlo, salvo tal vez amor. Él le presentó a su familia, todo un comienzo, y tuve esperanzas, muchas. Tengo muchas ganas de que esta noche les salga todo bien, a los dos. Sería horrible si regresara a ser frío, sin emociones, un viejo prematuro, en realidad me da la impresión de que le robaron su juventud, su adolescencia. Ese pensamiento me lleva a la Sra. Lincoln, maldita mujer. Yo no entiendo por qué el Sr. Grey es amigo de ella. Ella es realmente desagradable y sé a ciencia cierta que ella está involucrada, de alguna manera, en el reclutamiento de las sumisas del Sr. Grey. ¿Y el nombre de su cadena de salones de belleza? Esclava. Suena bonito, ¿no? Pero uno de sus significados hace que se me revuelvan las entrañas. Oh, sí, ella tiene un sentido del humor muy retorcido, muy desagradable. Realmente es una mujer siniestra, siempre vestida de negro. Si el Sr. Grey vuelve a sus viejas costumbres, no creo que lo pueda entender y tampoco creo que Jason lo entienda. Está, terriblemente, aficionado a la señorita Steele, a pesar de que no lo admitirá nunca. Hay algo tan especial en Anastasia, ella trajo al Sr. Grey a la vida y cuando se fue… bueno, fue horrible. Ha sido terrible verlo tan roto. Pero ella le ha dado una segunda oportunidad. Jason estaba tan contento cuando se enteró de que irían a Portland juntos, a una exposición de fotografía. Fingió no estarlo, por supuesto, pero eso les pasa a los hombres, siempre están pensando que tienen que esconder sus emociones. Pero Jason no puede engañarme. Entiendo sus razones de querer permanecer al margen sin emociones, tanto como sea posible cuando se trata del Sr. Grey. Jason dice que para trabajar como personal de seguridad es necesario mantener cierta distancia, para siempre estar alerta. Dice que si toma demasiada confianza con el cliente eso afectará a su juicio profesional. Bueno en mi opinión, él puede fingir todo lo que sea pero yo sé que no es así, sé que significa más. Utiliza el humor como una forma de desviar la verdad, de lo que realmente está pensando. Aunque su lenguaje es otra cosa, no es nada que no haya escuchado antes, pero me alegro de que logre contenerse delante de Sophie la mayoría de las veces. Pero cuando él está conmigo, en la cama, veo el verdadero Jason, está desnudo, y no me refiero sólo a la ropa, a pesar de que por sí mismo es una imagen deliciosa. Lo que quiero decir es que no esconde quién es en el fondo. Me encanta la forma en que me da todo de él. Sé que mantiene las cosas del trabajo en secreto, porque piensa que me van a molestar o dañar, pero él nunca me esconde, quién es. Siempre sé exactamente donde estoy con Jason. Y todavía quiere casarse conmigo. Estoy segura de que él piensa que un día voy a venirme abajo y voy a ceder, pero tenemos cosas que resolver entre nosotros, aunque estamos cada vez más cerca, creo. Por último, creo escuchar los sonidos que he estado anhelando oír. Levanto la vista desde el sofá y veo entrar a Jason en la habitación, está sonriéndome. _ Hola, nena. Se ve cansado. Bueno, eso no es sorprendente, ha conducido casi seiscientos kilómetros esta noche y él se levantó muy temprano, como de costumbre. _ ¿Tienes hambre, mi amor? ¿Puedo ofrecerte algo de comer? Niega con la cabeza. _ No, realmente. No me importaría tomar una cerveza. ¿Tal vez un sándwich? No puedo evitar una sonrisa, “No, realmente” significa “Sí”, así que me pongo en pie y le traigo la comida. _ Oh, bien, porque hoy hice este sándwich de ensalada de pollo para ti, ¿te parece bien? _ ¡Dios, te amo, Sra. Jones! Soy un maldito hombre afortunado. _ Sí, lo eres. Y no lo olvides. Pero dime, ¿cómo te fue con el Sr. Grey y la Señorita Steele? Él sonríe y mi ansiedad se refleja en mi rostro. _ Bueno, si había alguien que tenía más probabilidades de meter la pata ese fue el jefe… pero ella va a darle otra oportunidad. No puedo dejar de suspirar con alivio. _ ¡Gracias a Dios por eso! ¿Lo dejaste en el apartamento de la Señorita Steele? _ No, la dejó y regresó aquí. Supongo que él quiere, no lo sé, tomarlo con calma. Pero le devolvió el portátil, su BlackBerry y le regaló un IPad que le compró. Me imagino que mañana tendré que llevar su coche, aunque él no le ha mencionado nada a ella todavía. _ Sí, ella se siente bastante incómoda con todos esos regalos tan generosos. _ Sí, y no quiero estar cerca cuando él le mencione el coche. Y voy a estar en alerta, comenta con un duro gesto mientras golpea la mesa con el puño cerrado. _ ¡Jason! ¿Qué es lo que no me estás contando? _ ¿Eh? Nada, sólo que mañana ella se va a tomar unas copas después del trabajo con su jefe, ese tal Jack Hyde, ese personaje del que te hablé. Tiene una jodida mirada fría, ese hijo de puta. _ Apuesto a que el Sr. Grey no le gustó. _ Se podría decir que no. Pensé que iba a rasgar la garganta de ese tipo cuando lo vio mirar a Ana, cuando fuimos a recogerla a la puerta de su trabajo. Si llega a bajarse lo hubiera tenido que defender, y mira que odio lavar la sangre de mis trajes. _ ¡Qué magnánimo eres! _ ¡Oh, nena! Me encanta cuando utilizas palabras largas. Me pone cachondo. Hmm, voy a tener que añadir a la lista de cosas que le ponen caliente a Jason, es una lista bastante larga. _ Bueno, ya sabes lo que dicen, cariño, que cunnilingus es un verdadero trabalenguas. ≈≈≈≈≈≈ Por primera vez en varias noches, seis noches, para ser exactos, no me ha despertado el jefe tocando esa puta mierda sensiblera en el piano. Aun así, no puedo dormir. Gail está durmiendo a mi lado, estoy mirando lo hermosa que es y quiero extender la mano, tocarla sólo para asegurarme de que es real. Pero no quiero despertarla, así que sólo estoy junto a ella, mirándola. Finalmente decido ir a hacerme un café, aunque todavía falta una hora para que comience el amanecer. Hay algo que sigue molestándome, un pensamiento en el fondo de mi cerebro que no me deja descansar, algo que no puedo olvidar. Estoy molesto con toda esta mierda que ha sucedido. ¿Volverá Leila Williams a entrar en el apartamento? La respuesta es NO, no puedo permitirlo. Así que me dirijo a mi oficina y reviso el video de seguridad de nuevo. ¿Qué es lo que no veo? ¿Qué demonios se me escapa? Joder, me estoy poniendo como el obsesivo del control del jefe. Voy a contar el número de veces que digo ‘mierda’ en un día. Sus cincuenta tonos de mierda se me deben haber pegado. Uno: Lo siguiente que sé es que se van a disparar botellas de champán de mierda de mi culo. Dos: Ok, yo en realidad no tengo pruebas de lo que el jefe ha hecho, pero he visto su sala de juegos. Normalmente aparece en mis pesadillas, junto con el equipo de lucha olímpica de hembras y un conjunto de tapones anales, extra grandes. Como si fuera a vivir una historia de horror de mierda a punto de ocurrir. Tres: ¿y si me pongo a pensar que escuchar la música de La Traviata va a animarme? sabré que es hora de ofrecerme voluntariamente para que me hagan la lobotomía frontal, después de todo. Me pregunto si el seguro médico del jefe lo cubre. La verdad es que tengo toda esa mierda de anoche dando vueltas en mi cabeza. Todas las historias de terror del jefe y su infancia jodida. Cuatro: ¡MIERDA! ¡MIERDA! ¡MIERDA! Cinco…Seis…Siete. Lo había adivinado en su mayor parte, no es difícil cuando ves las pruebas en todo su cuerpo y le he escuchado esos gritos en la noche, muchas veces, pero escuchárselo decir eso a alguien que no sea su psiquiatra, es muy duro de escuchar. No puedo entender cómo alguien puede hacer esa jodida mierda a un niño. Ocho: Si alguien tocara a Sophie así, lo mataría. Me gustaría darle caza y sacarle los putos ojos de mierda fuera, y lo disfrutaría mucho. Nueve: ¡MIERDA! Basta con el recuento de mierda o tendré que quitarme los calcetines y usar los dedos de los pies. Diez: Oh, espera… Once. No puedo decirle a Gail que toda esta mierda oscura me asusta bastante. Ella piensa que soy un tipo duro. Tal vez por eso ella no se decide a casarse conmigo. Y, lo que es realmente aterrador, tal vez es por eso que puedo trabajar para el jefe: Sé lo que se siente cuando se experimenta el horror. No hay un hombre, o una mujer, que haya luchado en el Oriente Medio que no lo tenga. Te aíslas de todo esa mierda, y te mantienes lejos de la gente normal. Yo solía pensar que el viejo Taylor murió allí… pero luego conocí a Gail. Pero la mierda que al jefe le pasó cuando era niño… No siempre se supera eso, tú puedes seguir adelante con tu vida, pero no siempre superarlo. La Señorita Steele está asumiendo un desafío de mierda con Grey. He visto la forma en que las mujeres lo miran. Joder, he visto la forma en que algunos hombres le miran. He tenido mujeres acercándose a mí dándome su número de celular, con la esperanza de que se lo vaya a dar al jefe (y no es que yo sea un tipo envidioso, pero eso duele) Incluso un número bordado en la ropa interior. Yo no me atreví a dárselo al jefe… me tomó un tiempo para explicárselo a Gail. Pero el sexo de la reconciliación, más tarde, valió la pena. Había marcas de uñas en mi espalda que incluso hizo que el jefe me mirara dos veces. Tal vez fue sólo interés profesional, pero te juro que casi esbozó una sonrisa. Sí, tengo una tigresa en mi cama. Las imágenes de CCTV no revelan nada nuevo. Otras dos horas de mirar las cintas de blanco y negro y me siento como si hubiera tirado de mi cerebro a través de mi nariz y me lo hubiera reinsertado a través de mis ojos. Es como si hubiera visto repeticiones de Dora la Exploradora con Sophie. Termino con mi cerebro colapsado de tantas aventuras. Estoy pensando en lo extraña que es mi vida, cuando oigo un ruido a mis espaldas y giro, mirando alrededor, buscando un arma que no llevo. ¡Mierda! Mi ritmo cardíaco va lo suficientemente rápido como para convertirme en un monstruo de velocidad vertiginosa. _ ¿Algo que informar, Taylor? Voy a ponerle una campanilla alrededor de su cuello por acaso si él va a empezar a merodear o algo por el estilo. _ No, señor. _ Cinco minutos. _ Sí, señor. ¿Ves eso? Ni una palabra en vano. Eso es lo que yo llamo discurso breve y directo. Me dirijo de nuevo hacia los cuartos del personal y tiro del pantalón de chándal y las zapatillas de deporte. ¿Otra de las cosas que me encantan de Gail? Ella plancha mis pantalones de chándal. Sé que es tonto y sin sentido y completamente innecesario y, seamos sinceros, nadie se plancha unos pantalones que va a sudar, pero me encanta que Gail se preocupe lo suficiente por mí como para que lo haga. Creo que me encanta porque no tiene sentido, sólo es mi chica cuidando de mí. No como la perra de mi ex, su idea de cuidarme era asegurarse de que la cama estuviera caliente con mi mejor amigo mientras estaba en Afganistán. Gail se acaba de despertar, es una hermosa vista. Me dan ganas de revolver su pelo aún más y recordarle por qué me llamó Marco Polo anoche. La hice ver hasta fuegos artificiales. Pero no tengo tiempo. Joder, esto apesta. En mi interior soy casi un poeta, aunque nadie lo crea y por mi apariencia parezca un tipo de la Edad Media. Ahora me toca salir a correr por las calles de Seattle, híper consciente de que mi Korth se mantenga caliente junto a mis costillas. Sé que el jefe no aprueba que lleve un arma, pero me importa una mierda, aunque yo sé que Gail lo odia. Y eso si me preocupa. Pero que no me pidan que la deje atrás, sobre todo mientras la mujer Williams anda suelta, sería como pedirme que luche contra la Señorita Mía Grey sin armadura. ¡Oh, infiernos! Mi personalidad alegre cae en picada llegando a los alcantarillados cuando recuerdo que voy a ver a Mía la Diva el sábado y con fuegos artificiales incluidos. Me pregunto si los Grey tienen una trinchera en el jardín. ¡Por favor enterrarme ahora!

CAPITULO 2 (SEGUNDO LIBRO, TAYLOR)

Capítulo 2: El hombre invisible Me despierto con una sonrisa en mi cara. Diablos, todo mi cuerpo está sonriendo desde adentro hacia afuera. Y en reconocimiento a mi buen humor, me arrimo a la espalda de Gail con una erección que hace que el Empire State Building se vea como un palillo de dientes, ¡oh, sí! _ Jason, dice con los ojos todavía cerrados, con un buenos días ya hubieras llamado mi atención o con algo más tradicional, un café en la cama. La rodeo con mis brazos alrededor de su cintura y tiro de su espalda hacia mi pecho. _ ¿No hay desayuno en la cama, Jason? ¡Oh no, nena! ¡Te voy a desayunar a ti! No porque lo diga yo, pero ha sido un comienzo del día muy, pero que muy satisfactorio y no he tenido que esperar hasta mi cumpleaños para que me den una buena mamada, y en eso mi mujer es muy hábil. Gail está cantando para sí misma mientras hace el desayuno. Maldita sea, soy un hombre jodidamente afortunado. Y a pesar de que el jefe tenga más dinero que la toda la Reserva Federal y que se vea imponente con sus trajes a medida de Savile Row, no estoy seguro de que él realmente tenga suerte. Pero si juega bien sus cartas, y se arregla para no cagarla otra vez, él podría tener suerte esta noche. Necesitamos casi un milagro. ¡Pobre diablo!, bueno en realidad mucho de diablo y nada de pobre, y lo peor del día de hoy es que el pobre hijo de puta tiene que pasar por una jornada laboral de nueve horas, y yo también. La adquisición de la SIP sigue adelante. No estoy seguro de que el jefe haya pensado en cómo la Señorita Steele va a reaccionar cuando ella se entere que él va a ser su jefe, o, técnicamente, el jefe del jefe de su jefe. Por mi experiencia con las mujeres en general y con la Señorita Steele en particular, estoy casi seguro que esto va a ser un caso de código rojo, una vez se encienda la mecha, hay que retirarse a una distancia segura, enterrar la cabeza entre las piernas, y despedirte de tu culo. Como he dicho, francamente no creo que haya pensado en las consecuencias. Y yo no sé si es la necesidad de tenerla en su vida, de un modo u otro, la necesidad de protegerla, o su deseo de mantener su nuevo juguete bonito, que lo hace actuar de esta forma. Sí, sí, también es un buen negocio, y él es un puto genio. No hay ningún incidente en Empresas Grey, a pesar del aumento de la vigilancia, no hay rastro de la mujer Williams. Su continua capacidad para eludir todos los intentos de encontrarla me tiene bastante nervioso. He cambiado todos los días la ruta de las mañanas cuando salimos a correr, evitando todos los lugares habituales y Andrea guarda, a diario, la agenda del jefe y las citas como si se tratase de la información más confidencial del Pentágono. Ahora está trabajando en un acuerdo para comprar un astillero en Taiwán que va a poner enfermo al mismísimo Keh-Sik Min, Presidente Ejecutivo y Director de Tecnología Hunday Heavy Industries Co, lo cual será toda un revolución en el mercado, pero es su objetivo y cuando toma una determinación no duda en alcanzarla. Y aquí está la cosa, he visto al jefe dar el golpe con ofertas millonarias, si su instinto le dice que continúe adelante, él lo hace sin pestañear. Le he visto, incluso a veces, perder mucho dinero con las fluctuaciones del mercado de valores que se encuentra en todo el Banco de Bolivia, he visto rechazar a dos actrices de cine muy famosas, yo lo he visto… bueno le he visto de tantas maneras y a veces en situaciones… muy complicadas. Pero nunca le había visto tan nervioso. Son las 17.30 y es la hora de todo o nada. Vamos camino a recoger a Anastasia Steele en su lugar de trabajo, que será de la propiedad del jefe a partir del lunes, esperemos que la pobre chica tarde en averiguarlo. Yo realmente espero que no lo arruine. No puedo soportar otra semana de jugar en busca del jefe jodido. Mientras conduzco a través del tráfico, lo puedo ver en el espejo retrovisor. He visto esa mirada antes. Si no consigue que le dé otra oportunidad, yo renuncio pero de inmediato y de carácter irrevocable. Decir que el ambiente es tenso es como decir que el Titanic tenía una pequeña fuga. Me estaciono fuera de SIP y de repente estamos en DEFCON 1. La guerra nuclear es inminente. ¿La razón? Jack Hyde, ese tipo de mal gusto, sale a despedir a Ana a la puerta. El jefe jura en hebreo y mis oídos casi se derriten. Sí, y ahora viene una agradable charla íntima con la mujer que ama, que nos pille a todos confesados. Salgo del coche para abrir la puerta a la Señorita Steele y los ojos de Hyde se cruzan con los míos. Él está tratando de averiguar dónde me ha visto antes, pero inmediatamente se da cuenta que estoy aquí por la Señorita Steele, se fija en el coche y puedo darme cuenta que su rostro refleja contrariedad, ¿se te va el juguetito, cabrón? ¡Jódete, maricón! Espero a que la Señorita Steele me reconozca y en sus ojos veo mucho miedo, ella mira fijamente al coche. Me pregunto ¿qué coño le ha visto? Me doy media vuelta y el jefe la está mirando muy fijamente, casi como si le estuviera haciendo una radiografía. ¿Cuál es su maldito problema? Y entonces lo entiendo: está claro que la Señorita Steele ha perdido mucho peso durante los últimos cinco días. Bueno, ¿qué diablos quiere? ¿No puede ver que la pobre chica está loca por él y que estos días han sido muy duros para ella? ¿O qué necesita a Spock para hacerle una fusión mental vulcana? Quiero golpear mi cabeza contra el volante y absorber todo el aire del airbag hasta que me haga perder el sentido cuando le oigo preguntarle: _ ¿Cuándo fue la última vez que comiste? ¡Por el amor de Dios! Incluso se las arregló para meter la pata sin decir ‘hola’. ¡No!, ahora quiero golpear su cabeza contra el volante hasta que vea las estrellas, y luego dar una patada en su culo maldito y mandarle a la mierda. Pero la respuesta de la Señorita Steele me hace sonreír, con su linda cara intentando mantener al tipo a raya. _ Hola, Christian. Yo también me alegro de verte. ¿No Tomó nota? ¿Qué hay de tomarla en sus brazos y prometerle una ducha con pétalos de color rosa y utilizar un consolador de chocolate? Pero claro todo esto es demasiado romántico para el-señor-soy-cincuenta-sombras-de-mierda-tieso-como-un-palo-de-escoba-salido-de-Harvard. _ No estoy de humor para aguantar tu lengua viperina. Contéstame. Ella traga y se ve nerviosa. Demonios, y quien no lo estaría, cuando el equivalente humano del Old Faithful, la fuente termal de Yellowstone, está a punto de estallar y no en el buen sentido. _ Umm… un yogur al mediodía. Ah y un plátano. Empiezo a rezar a Jesús, María y José para que por favor alguien le tape la boca o que se lo trague de una vez. _ ¿Cuándo fue la última vez que comiste de verdad? Nop. Esto es un caso grave de indigestión, la próxima vez tengo que tratar directamente con el Todopoderoso. Arranco el motor y trato de ignorar las idioteces del jefe. Y ahora ese capullo de Hyde está saludando. ¡Joder! será idiota al saludar a un coche con los cristales oscuros, por Dios que alguien pase lista que aún quedan por aquí varios idiotas. El primero: el jefe. _ ¿Quién es ese? _ Mi jefe. ¿Pero quiere cambiar ya el tono y dejar de cagarla? Está a su lado el amor de su vida y prefiere tirar todo por la borda. ¡Al final le pido la navaja a la Señorita Williams! _ ¿Bueno? ¿Tu última comida? Cambia el tema de mierda, ¡me estás rayando! Finalmente se lo dice. _ Pasta alla vongole, el viernes pasado. El jefe ha conseguido por fin su respuesta y por su expresión veo las piezas rotas de un hombre que vi el sábado pasado cuando ella lo dejó, la ira y el coraje se refleja en su cara al darse cuenta que fue la última comida que compartió con ella antes de que se marchase. ¡Aprende, Grey! Esta es tu última oportunidad, aprovéchala. ¿Qué? ¿Quieres morir ahogado en tu soledad de mierda o por el contrario galopar hacia la luz, hacia la vida? Él le ruega diciéndole que debe de comer. ¡Mendiga, eso es bueno! A las mujeres les encanta cuando les rogamos. ¡Oh, Gail dámelo nena! ¡Ve a pedirle a los infantes de marina bebé! ¡Mente en el volante Taylor! _ ¿Cómo estás? Gracias, ¡joder! Finalmente una pregunta apropiada, de esas que se utilizan para comenzar una conversación. Mira sus manos y luego se las arregla para hablar. Su voz es tan silenciosa que apenas puedo oírla. _ Si te dijera que estoy bien, te mentiría. Ella no se ve bien. Su bello rostro está casi demacrado, sus ojos obsesionados con los recuerdos, no quiero imaginar nada. _ Yo, estoy igual, dice en voz baja. Te extraño. Me siento como un mierda gritando en un partido de beisbol cuando en el juego de los Mariners han puntuando un triple play o como si de repente, llegase a nuestra salita y Gail se me tirara como una pantera para devorarme. Estoy tan feliz, por fin se las ha arreglado para expresar una emoción que es real. Entonces él sostiene su mano. ¡Aleluya! Ella duda, en dejarla o soltarla. ¡Hostias!, estoy conteniendo la respiración de mierda y soy el maldito conductor. Si nos estrellamos ahora, Gail tendría mi culo. Bueno, ella ya lo ha tenido varias veces, pero eso es un cuento definitivamente para mayores de 18. _ Ana, por favor. Tenemos que hablar. ¡No!, estoy gritando en mi cabeza ¡Bésala! ¡Bésala! De una manera totalmente heterosexual, por supuesto. Cristo, si él no la besa pronto, voy a darle una copia de Gail de Noventa días de Genivieve y le marco el capítulo llamado “El Semental” ¡OTRA VEZ! Por último, finalmente él tira de ella y la sienta en su regazo, la besa el cabello y le dice que la ha echado mucho de menos. Empiezo a respirar de nuevo. ¿Quién creería que podía comportarse como un ser humano? Cuando llego al edificio donde está el helipuerto, las cosas pintan bien para el jefe, pero aún no está fuera de peligro. Todavía tiene tiempo de sobra para cagarla. Abro la puerta de la Señorita Steele y se desliza hacia afuera, sonriendo con esa linda sonrisa tímida que, por alguna extraña razón, me recuerda a Sophie. _ Debería devolverte el pañuelo. Ella es tan, increíblemente dulce, al menos sabe en lo que se está metiendo con Grey. Esta vez sí lo sabe. Es más fuerte de lo que parece, sólo espero que sea lo suficientemente fuerte para alejar toda la mierda del jefe. Creo, realmente creo, que sí lo va a hacer. _ Quédeselo, Señorita Steele, con mis mejores deseos. Sí, es dulce. Mira, aprende y toma nota, Grey. Y ella se sonroja. Maldita sea, ella es linda. El jefe me está echando un vistazo, pero no dice nada. Sabe que no tiene sentido en preguntarme. Soy como una tumba. _ ¿A las nueve?, me dice. _ Sí, señor. Observo como el jefe conduce a la Señorita Steele hacia el edificio. Están tomados de la mano y el calor que viene de ellos es suficiente como para resolver la escasez de energía de Nueva York. Ese viaje en el ascensor va ser cojonudo. Stephan sale del vestíbulo y entra por la puerta del pasajero. _ ¿Cómo te va, Taylor? _ Bien. ¿Y tú? _ Bien. ¿Y cómo está la deliciosa y encantadora Sra. Jones? _ Nunca lo sabrás, Stephan, y si vuelves a mencionar su nombre otra vez vas a salir volando y sin helicóptero. Se reclina el asiento y se acomoda. Por Dios, ¿está esperando bocadillos y refrescos? _ Así que, ¿qué pasa con Grey? Me han dicho que tiene una novia. ¿Es eso cierto? Porque yo siempre pensé que jugaba para el bando contrario. _ ¿Es eso lo que has oído? Pensé que estabas hablando desde tu experiencia, al ser su asistente de vuelo. _ ¡Ah, vete a la mierda, Taylor! _ No eres mi tipo. _ En serio, ¿es cierto? ¿Lo de la novia? _ ¿Por qué te interesa tanto? Se encoge de hombros. _ No es un mal tipo. Siempre he sentido un poco de pena por él, eso es todo. No, si el jefe no es un mal tipo, pero como ser humano es un maldito desastre. No respondo, por lo que sabe que es hora de cambiar de tema. Stephan estaba en Irak en el 2005, así que nos ponemos a darle a la lengua de los recuerdos entrañables de las moscas de la arena y la pudrición de la entrepierna. Cuando llegamos a Portland le dejo en la pista de aterrizaje para que pueda pilotar Charlie Tango de vuelta al campo de Boeing. _ Nos vemos, Taylor. Dale recuerdos a la Sra. Jones, me grita cuando ya está algo alejado. _ ¡Que te jodan, Stephan!, no le grito pero mi lectura de labios es bastante buena. Suena mi BlackBerry y escucho el tono dulce del jefe. _ Estamos en Le Picotin. Suroeste Third Avenue. ¿Qué? No tengo tiempo ni para una meada. Al final tendré que hacerlo en una botella. Por suerte, estoy cerca de un McDonald’s y me aprovecho de las instalaciones. Soy puro amor. El texto del jefe supone que espere fuera de este restaurante bonito. Ahora tengo la ubicación en la navegación GPS, estoy pensando en una cena íntima con la deliciosa Sra. Jones. Todavía estoy trabajando para que sea la señora Taylor, soy un hombre paciente. Y vale la pena hacer el trabajo, vale la pena hacerlo bien. Y a mí me gusta trabajar a la señora Jones. ¡Mierda! ¡Mente en el trabajo, Taylor! El jefe quiere hablar conmigo. ¿Y ahora qué? Pero cuando él me dice que necesita un poco de tiempo a solas con la Señorita Steele, me hago una idea. Tengo que ser el hombre invisible: sordo, mudo y ciego, pero de algún modo capaz de conducir la camioneta con tres de mis cinco sentidos bien. Voy a jugar a ser David Copperfield mientras escucho a Puccini. Elijo La Fanciulla del West, me recuerda a la señorita Steele. Lo estoy tomando con el mejor sentido del humor. Tengo mis auriculares con la música, pero viene a través del sistema de sonido del coche y no a través de mi iPod. Es demasiado peligroso, ya que tengo que ser capaz de oír el motor del coche. Esas personas que van a correr o andar en bicicleta escuchando música, son unos malditos locos. ¡No quiero oír eso de que se les han echado las cuatro ruedas encima! Locos de mierda. Grey me ha contratado para ser sus ojos y oídos. Él puede haber engañado a la señorita Steele, pero él sabe que yo sé que él sabe. A través de mi farsa fingiendo que no se les oye, todo para dar a la Señorita Steele una ilusión de privacidad. No hay ninguna, por supuesto, y si quiere ser parte de Grey, va a tener que acostumbrarse a esto. No tiene secretos para mí. En realidad no. No me malinterpreten, en realidad es un hombre muy privado, pero cuando él ha sufrido varias amenazas verificables en su vida y su cuenta bancaria es más grande que todo Texas, bueno, él necesita gente a su alrededor 24/7. Yo soy su persona. Simplemente. Él tiene una expresión decidida en el rostro, espero que la Señorita Steele se haya tomado una copa de vino en el restaurante. Si no es así, hay una botella de Tequila Oro en el maletero. Es un regalo para Gail, para su cuñado. Lo elegí especialmente, la hermana de Gail, Allison, odia el tequila. Soy tan atento. Pero entonces Grey me trae al momento, al presente de una manera que me deja totalmente pegado en mi asiento, sin poder mover ningún músculo cuando le oigo preguntar: _ ¿Tú quieres una relación vainilla convencional sin sexo pervertido ni nada? ¡Por los clavos de Cristo! ¿Acaba de decir eso? Casi estrello el auto. La Señorita Steele se ve tan sorprendida como yo, y eso es mucho decir. Y yo no era virgen hace menos de un mes. Yo realmente, realmente desearía no poder oír nada más. La chica se ruboriza y abre los ojos sorprendida por la pregunta, no puede creer lo que acaba de decirle. _ A mí me gusta tu perversión sexual. _ Eso pensaba. ¿Entonces qué es lo que no te gusta? Ella le dice que el rollo duro, el dolor que no pueda aguantar, la amenaza de un castigo cruel. ¡Stop, stop, stop, esto no puedo oírlo! Me doy cuenta de que estoy pisando más el acelerador, vuelvo a subir el pie disminuyendo a cien por hora, no estoy preocupado sobre si me pillan, a ningún policía le gusta multar un tipo ex-fuerzas. Mi atención está centrada en el asiento de atrás. El jefe se ha derrumbado completamente. Aceptó sin látigos, bastones o cinturones, ninguna de sus mierdas, y sin reglas. Quiero decir, que este tipo ama sus reglas, ya que le dan tener ese obsesivo control sobre todo. Pero él estos días ha estado completamente hundido, como si hubiera pasado un tanque por encima de él. Ahora él quiere volver a empezar, comenzar desde el principio, paso a paso… primero hay que aprender a andar para poder correr. ¿Y sabes qué? Este multimillonario tonto del culo, el mismo que nunca ha tenido una relación normal y que no sabe cómo tratar a una mujer, ha hecho algo inteligente en su vida, por fin. Se ha dado una oportunidad para el amor. Esto hace que sienta una jodida sensación cálida e indefinida para una noche fría. ~~~~

capitulo 1 (segundo libro, TAYLOR)

Capítulo 1: El pozo de la soledad Primer día – Sábado Me siento tan jodidamente inútil. Necesito tener un objetivo, algo que pueda hacer sin pensar, como una misión peligrosamente armada con un deseo de muerte del tamaño de Texas, dame algo tangible que pueda envolver alrededor de mis manos y sacar toda la mierda que vive dentro de mí, necesito ALGO QUE PUEDA HACER. Me dirijo a mi oficina y trabajo a través de los protocolos habituales, verifico las CCTV, compruebo las alarmas en las entradas y salidas de nuevo, estudio el informe sobre la situación diaria de Welch. No hay nada que haga levantar mi pulso y mucho menos proporcionar una distracción. Welch ha estado trabajando en unas pistas sobre Leila Williams, pero todavía no hay noticias. La mejor pista era que pudiera estar con otra ex sumisa, Susannah Bergen, pero ésta ha viajado a casa de sus padres, en San Luis Obispo. Sin nada más con lo que seguir adelante, lo único que puedo hacer es aumentar la seguridad. Welch tiene informado a Lucas Sawyer, está en alerta 24/7. El apartamento está tranquilo. Me doy cuenta de que me he acostumbrado a tener a la Señorita Ana Steele alrededor. Siempre hay música alegre y optimista cuando ella está aquí, el sonido de su risa y de la vida. Está tan llena de vida… ella estaba tan llena de vida. Un impulso de ira surge a través de mí, y pienso en cómo estaba destrozada cuando la dejé en su casa hace apenas un par de horas. Pero ella no es la única: el jefe está hecho pedazos. Desde que yo lo conozco, ya más de cuatro años, nunca lo he visto así. Él tiene dos mecanismos de adaptación para hacer frente a los malos días, follar duro y sacar la mierda a su sumisa o ir al gimnasio y hacer que Bastille se gane su dinero intentando sacarle la mierda de él. Qué irónico que el jefe pague para que le saquen la mierda, igual que él hace con sus sumisas. Ahora mismo no está haciendo nada. Y eso me pone nervioso. Mi trabajo se basa en predecir lo impredecible. No es fácil por el jefe, pero he reconocido ciertas pautas, ciertas respuestas posibles a las situaciones. Pero esta es una situación nueva y no tengo ni idea de cómo va a responder. Decido dar un paseo por su estudio y asegurarme de que no está en marcación rápida intentando alquilar a una nueva sumisa. Él está inclinado sobre su escritorio, haciendo caso omiso a la jodida y espectacular visión de Seattle a sus pies. Yo solía pensar que le gustaba ver a toda esa gente corriendo de un lado a otro en sus insignificantes vidas. Pero me di cuenta hace mucho tiempo que estaba equivocado. A él le gusta estar aquí porque así está tan lejos de toda aquella humanidad hirviente y bulliciosa. No le pueden ver, no pueden tocarlo y así sigue siendo invisible en su misterioso nido de mierda. Me sorprende ver que no está estudiando detenidamente esas columnas de números minúsculos que hacen que los hombres más normales se queden ciegos. En su lugar, tiene los planes de ponerse a montar una maqueta de algún tipo de modelo de avión. Ahora realmente estoy asustado porque el jefe no es de esa clase de personas que les guste montar jodidos aviones en miniatura. Sí, así que, al igual que la mayoría de los niños les gusta hacer modelos de tanques y cosas así, pero cualquier hombre adulto que se pasa horas haciendo eso, bueno, yo no lo entiendo, a menos que sea porque les guste estar olfateando el pegamento de mierda, todo esto es una tortura sin sentido. Pero el jefe está contando los trozos de madera con paciencia y sujetando con alfileres las piezas del avión. He visto algunas cosas raras en este apartamento, pero, aparte de la cabeza de caballo de peluche que el jefe utiliza cómo si fuera su almohada, esta es la mierda más espeluznante que he visto jamás. Bueno, vale, he exagerado sobre eso de la cabeza del caballo, pero no podéis imaginar lo que estoy viviendo. ¡Él es un hombre hecho y derecho, por el amor de Dios! Bueno, algo parecido. Pero a medida que me acerco, todo tiene una especie de retorcido sentido: no es sólo un viejo modelo de avión, es un planeador. Específicamente un Blanik L-23. El planeador en el que volaron el jefe y la señorita Steele. Ella se lo regaló. La joven con deudas estudiantiles le compró al multimillonario un avión de juguete porque era la única manera que podía demostrarle que lo amaba. Y me siento tan mal por ella y por él, también. Caray, yo estoy tan condenadamente mal, hasta yo mismo me siento fatal hasta estoy considerando seriamente saquear toda la colección de ropa interior de Gail para animarme. Bueno, tal vez no estoy tan desesperado, no todavía. Puedo observarle durante unos momentos más, teniendo en cuenta su absorción total, decido hacer una copia de seguridad de su estudio. Alguien que no conozca su jodido cerebro y sus pensamientos podría pensar que está tranquilo: pero yo conozco a este loco hijo de puta mejor que nadie, y puedo garantizar que su cerebro está dando vueltas por ahí como un patinador sobre hielo en ácido. Lo único que le falta es el tutú. ¿Pero qué haría yo en su situación? ¿Qué haría si Gail decidiera salir de mi vida para siempre? Siento escalofríos sólo con ese pensamiento, anoche me prometió que me llamaría una vez que llegase a casa de su hermana, pero sólo me envió un texto. Pensé que puedo ser un hombre muy metódico, y no muy dado a la introspección, pero hasta yo sé que cuando su mujer no quiere hablar con su pareja, mejor dejar que las cosas se enfríen. No puedo culparla, ella ha pasado por una jodida experiencia de mierda muy intensa, cortesía de nuestro jefe, el Sr. Jodidamente-fascinante-millonario, por cuarto año consecutivo. Y ella no quiso hablar conmigo. ¿Por qué? ¿Será porque me ve como parte de toda esta locura? Nos encontramos aquí, trabajamos aquí, vivimos aquí. Demonios, hemos vivido con una docena de sumisas y lo vi tomarlas a todas en la sumisión. ¿Qué dice eso acerca de nuestra visión de la vida? Sé que siempre hizo sentir a Gail incómoda, pero ella sostiene que el jefe es un hombre bueno. Me gustaría matizar, puede ser un hombre bueno, pero severamente jodido. Tenemos un término en el argot de los marines: FUBAR – jodido más allá de todo reconocimiento. Esto podría haber sido acuñado por Grey. Vago de regreso a mi oficina y navego por internet buscando las escuelas secundarias adecuadas para Sophie. Sí, sí, ya sé que sólo tiene siete años, pero sólo quiero saber qué tipo de escuelas hay en su área. Nunca es demasiado temprano para poner su nombre en la lista para una buena escuela. Y entonces un pensamiento errante encuentra su camino en la caverna vacía que antes se llamaba mi cerebro: si pongo a Sophie en una buena escuela, la mejor clase de la escuela voy a escoger porque Grey está pagando por ello. Quiero decir, yo no soy un tonto completo, he ahorrado una parte considerable ya que trabajo para el hijo de puta más generoso que te puedas cruzar, pero si dejo este empleo, acabaría con todo. Y mis ahorros no cubrirían otros once años de los gastos de escolaridad, más la universidad. Es un pensamiento amargo: ¿me quiero quedar junto a Grey durante… ¡mierda, mierda! otros 14 o 15 años más? ¿Qué otra cosa voy a hacer con mi vida? Puedo arreglar la caja basculante de una Harley-Davidson o soldar el filtro de potencia con fugas de una Triumph, pero ninguna de esas habilidades va a pagar la educación universitaria de mi hija. Así que la mejor opción es trabajar en seguridad privada, a menos que quiera volver a alistarme y hacer que mi culo vuelva a Afganistán de nuevo. Lo que me lleva a otro problema espinoso: Gail. No quiero decir que Gail sea un problema, ¡infiernos no! Gail es Santa Claus, el Hada Madrina y mi pócima mágica, todo en uno, además de ser sexualmente atractiva y digna de ser follada, sólo para que conste (aunque puede que ya lo haya mencionado antes), pero en realidad parece que no tiene mucho interés por el que lleva una pistola en su trabajo. Tengo mis sospechas de que su continua negativa a casarse conmigo tiene algo que ver con eso. O tal vez ella no le gustas tanto, Taylor. No, esa no puede ser la razón. Puede que yo no sea la cosa más inteligente con dos piernas, pero esa mujer está totalmente enganchada a mí. Y seamos sinceros, a pesar de que modestia es mi segundo nombre, he visto la forma en que sus amigas me miran y no están mirando la etiqueta de Gucci en mi chaqueta. Incluso la perra de su hermana, Allison, no es tan inmune como ella pretende parecer. La he visto mirando mi culo cuando pensaba que nadie estaba mirando. Pero un pensamiento retorcido me invade: tal vez sólo soy lo suficientemente bueno para mantener caliente la cama de Gail, pero no lo suficiente como para casarse conmigo. Taylor, ¡vete a la mierda! Esto no te lleva a ninguna parte, toda esta jodida mierda del jefe es contagiosa. Yo tengo que hablar con Gail. Ahora. Saco mi teléfono y marco. Directamente se pasa al buzón de voz. ¡Mierda! Ella realmente no quiere hablar conmigo. No dejo un mensaje. En vez de eso decido llamar a Sophie. _ Hola, residencia Palmer. Joder, odio que mi hija no use mi apellido. _ ¡Hey, princesa! Soy papá. _ ¡Hola papá! ¿Vas a venir a verme? Porque voy a salir ahora. Miranda celebra su fiesta de cumpleaños y va a ser impresionante. Vamos a comer pizza y vamos a poder hacer peinados. ¿Quieres venir, papá? Oh, pero tú no tienes pelo, ¿verdad?, la oigo reírse y se me escapa un suspiro desde el fondo de mi corazón. _ ¡Aún tengo una cabeza llena de cabello, niña! _ Sí, pero es demasiado corto, papi. No puedo hacerte ni una trenza ni nada. _ No, nena. Vas a tener que trenzar el pelo de mamá. _ Puedo trenzar el de Steve, su cabello es bastante largo. Aprieto el teléfono. _ ¿Quién es Steve? _ Él es amigo de mamá y él… oh, mamá dice que tengo que irme ahora. ¡Adiós, papá! _ Adiós, Princ… Entonces escucho la voz de la perra. _ ¿Qué estás haciendo, Jason? _ Hablando con mi hija. _ ¿Por qué la estás bombardeando para obtener información acerca de Steve? ¡No es de tu incumbencia! Estoy tan furioso que estoy rechinando los dientes. Gracias Grey por pagar mí jodido seguro dental. _ No estoy bombardeando a mi hija para sacarle información, ¡por el amor de Dios! Ella mencionó su nombre, eso es todo. No veo por qué no puedo saber si algún hijo de perra está cerca de mi hija. Pero permanecer tranquilo no está funcionado. _ No es asunto tuyo, Jason. Como que no es mi jodido asunto, Sophie es mi hija. _ ¿Quién es ese Steve? _ Un amigo. _ ¿Qué clase de amigo? _ Bye, Jason. _ ¿Qué? ¡No! Pero la perra me cuelga el teléfono. Por lo menos tengo algo que hacer ahora, averiguar quién coño es este personaje, Steve, luego lo corto en rodajas. Justo en ese momento suena el calendario en mi teléfono, me recuerda que el jefe, se supone, debe ir a la noche de gala en la Ópera de Seattle. Él pensaba ir con la Señorita Steele, por lo que asumo que él no querrá asistir. Hoy el jefe no está para ver como Andrea Bocelli canta Rigoletto. Siento que mi presión arterial ha subido después de la conversación con la zorra de mi ex, vago hacia el estudio del jefe. Estoy a punto de golpear cuando escucho su teléfono sonar. Me gustaría poder decir que es la Señorita Steele quien llama, pero no es su tono de llamada. El jefe ha puesto la canción del grupo All about Eve “Martha Harbour”, sólo para ella y nadie más. Letra traducida de Martha´s Harbour: Me siento en el puerto, el mar me llama, me escondo en el agua, pero te necesito para respirar. Tú eres una ola del mar, mi amor estrellándose en el arco, yo soy un esclavo en una galera mi amor, Si sólo pudiera encontrar el camino, para navegar a… Tal vez sólo voy a guardar lejos… He estado encallado, la soledad para un marinero. Me sentí seguro, pero necesitaba el peligro. Tú eres una ola del mar mi amor… Ahora el jodido jefe está más encallado que nunca, yo diría que con el agua al cuello y a punto de ahogarse. Debe tener el teléfono en modo altavoz porque puedo escuchar a la otra persona, al igual que las respuestas de Grey. _ ¿Qué es lo que quieres, Elena? Por Dios, esta mujer da miedo igual que el culo al aire de Frankenstein. Debería ponerle en su número el tema de Tiburón. _ Oh, Christian. No seas tan petulante. Te llamaba para ver cómo te fue en Saratoga. _ Savannah. _ Lo que sea. Pausa. _ ¿Y bien? ¿Encontraste tu pequeña novia tan adorable como siempre? _ Vete a la mierda, Elena. _ ¡Oh! ¿No salió bien? ¿Qué ha pasado? ¿No ha apreciado tú enorme esfuerzo de volar hasta allí, después de todo? Pausa. _ Georgia es… genial. _ Deja de actuar, ¡querido! Conozco ese tono. Sinceramente, Christian, te conozco mejor que tú mismo. Dime lo que pasó. ¿Tomaste mi consejo? ¿Le mostraste… quién eres en realidad? Es justo que ella conozca tu verdadero yo antes de hacer algo más estúpido. Esa maldita perra. _ No fue así, Elena. _ Bueno, ¿cómo fue? Estoy esperando. _ Sí. Le mostré lo que más me gusta. _ ¿Y? ¿Pudo con ello? _ No. _ ¿Y bien? ¿Qué hizo ella? _ Me dejó. _ Bueno, no puedo decir que me sorprenda, Christian. Eso es lo que pasa si te involucras con alguien que no está en la escena. De verdad, ¿en qué estabas pensando? ¿De verdad esperas que una niñata de 21 años se adapte a tu forma de mi vida? _ Yo lo hice y sólo tenía 15 años, si recuerdas. ¡Vete a la mierda! ¿Tenía sólo 15 años? ¿Por qué sigue hablando con esa maldita pedófila? Esto es tan jodido. ¿Sus padres lo saben? No, yo no puedo creer que la doctora Grace dejara entrar a esa puta en su casa si supiera la verdad. _ Sí, pero tú eras tú, ¿verdad, Christian? Eso era necesario para ti. La verdad es que Anastasia no puede darte lo que necesitas, lo que se te antoja. Voy a hablar con Christine y voy a arreglar un encuentro… _ No. _ ¿Perdón? _ No quiero otra sumisa. _ ¿Por qué? _ Yo quiero… quiero a Ana. _ No seas infantil, Christian. Ella te dejó. Ha dejado muy claro dónde están sus lealtades. Mira, voy a ir a verte y podemos hablar de todo esto. Yo… _ No. No quiero que vengas, Elena, y tampoco quiero hablar de esto contigo. La última vez que hablé contigo, me dijiste que mostrase a Ana quién era yo realmente. Y eso ha hecho que me encuentre jodidamente solo. _ Christian, no estás siendo razonable. Vamos a hablar de esto. _ No vengas aquí, Elena, porque no me vas a encontrar. Termina la llamada abruptamente y oigo un ruido sordo cuando tira su celular sobre la mesa. Entonces se sienta con la cabeza entre las manos y él está tan quieto. Zorra manipuladora de mierda. Con el tiempo él se sienta y empiezo a respirar de nuevo. Vuelve a su arduo trabajo en ese planeador tonto. Excepto que no es tan tonto, es un obsequio de Ana, su último regalo. Le doy un golpe fuerte en la puerta. _ Sí, dice en voz baja. No es su gruñido habitual. Carajo. ¿Dónde está mi jodido jefe? _ Señor, esta noche es la gala. _ ¡Oh, eso! No voy a ir, Taylor. Toma los billetes. Invita a Gail. _ Ella está en casa de su hermana, señor. Levanta la vista, desconcertado. _ Oh. Sí, por supuesto. _ ¿Está pensando en salir esta noche, señor? _ No. Y no quiero ninguna visita. Nadie. Ni siquiera mi familia. Sobre todo ellos. _ Entendido, señor. Me siento en mi oficina y miro la puesta de sol que aparece lentamente en el oeste. El jefe está todavía en su estudio. Él no ha tomado ninguna llamada, no ha hecho ninguna llamada, él no está borracho, no ha comido nada. Solo está sentado en su estudio haciendo el maldito planeador, pieza por pieza. Ojalá fuera tan fácil de poner su vida en orden. Segundo día – Domingo No duermo bien. La cama es demasiado grande sin Gail. Echo de menos el olor de su pelo en mi almohada. Ella huele a miel, dulce y fuerte. Echo de menos el momento en que sus ojos se abren por la mañana, lo primero que hace es sonreírme. Echo de menos la forma en que despereza su cuerpo, su lento y suave despertar sexual. Echo de menos la forma en que ella me hace reír con sólo una expresión. Echo de menos la forma en que envuelve ese cuerpo tan jodidamente hermoso en su falda lápiz tan sexy, y en su camisa blanca. Echo de menos la comida. Echo de menos sus chistes, incluso cuando son a mi costa. Echo de menos la forma en que llena el espacio en mis días. Y yo esta mañana tengo mi tensión matinal del tamaño de un roble milenario y nadie a mano para resolverlo. A veces la vida es una mierda. Luego, por supuesto, recuerdo que tengo al lado al Rey del Dolor, aquel que parecía que la vida le sonreía minuto a minuto, aquel que parecía no tener que preocuparse por nada, pienso en él antes de darme una mierda de ducha y afeitarme. Decido renunciar a la ducha y a afeitarme por si acaso el jefe me está esperando arriba para salir a correr. Pero cuando lo veo, estoy jodidamente sorprendido. No puedo estar seguro, pero diría que no se ha movido en toda la jodida noche. Todavía está sentado en su escritorio, aún está construyendo ese maldito planeador. _ ¿Señor? Él mira hacia arriba. Sus ojos se ven casi negros en la luz de la mañana, su expresión me hace temblar. Las luces están encendidas pero no hay nadie en casa. _ ¿Va a correr esta mañana, señor? _ ¿Mañana?, se ve desconcertado, luego mira fijamente fuera de la ventana, como si no pudiera creer que el sol haya decidido volver a levantarse. Él mira su reloj de pulsera y repite, ¿mañana? _ Sí, señor. Son las 6 am. _ No, no voy a salir esta mañana. Gracias, Taylor. ¿Gracias? Él nunca me da las gracias. ¡Santa mierda! Debe estar enfermo. Me pregunto si debo llamar a su madre, pero lo pienso mejor. Dijo que no quería ver a su familia. No puedo decir que lo culpo, a veces pueden llegar a ser demasiado demandantes, el jefe no necesita a su familia dando vueltas alrededor de él. Me dirijo de nuevo a los cuartos del personal para tomar esa ducha que había aplazado y preparar algo para el desayuno. No soy un gran chef pero he aprendido a preparar algunas cosas, simplemente por cuestión de supervivencia, porque lo de cocinar no es lo mío. Me pregunto si debo hacer algo para el jefe, pero decido que sería demasiado íntimo cocinar para ese hijo de puta. Sin embargo, pude estar de acuerdo conmigo mismo para hacer una taza de café. Hago un buen jodido café, no es que lo diga yo. Así que me dirijo otra vez al estudio, a ese maldito modelo aún le quedan muchas piezas por montar, ¿esto es un regalo o un castigo? Le pongo una taza de café delante de sus narices. Mira hacia arriba y parpadea. Sí, yo también estoy sorprendido demasiado, jefe. No piense que le voy llevar su café a la cama todos los días. _ El café, le digo, señalando la taza. Él asiente con la cabeza y tengo una fuerte sospecha de que el hijo de puta se está riendo de mí. Bueno, cuando digo “risa” realmente quiero decir, que está forzando sus músculos faciales de una manera que casi podría constituir una mueca, pero que, en sus jodidos cincuenta tonos de mierda, es probablemente una sonrisa varonil. Lo que sea. Es un reconocimiento de mi habilidad culinaria. Oh, sí. Así que, no hay nada en la agenda para el día, absolutamente nada, bueno… estoy más que jodido. Realizo las comprobaciones de siempre. Pero no hay un carajo en el circuito cerrado de televisión, ni siquiera las imágenes de sexo en el coche del tipo del apartamento seis que actúa como un soldado raso con un pase de 48 horas con la mejor amiga de su novia. Piedad. Porque no hay nada en la televisión, tampoco. Todavía no hay nada nuevo de Welch. No hay rastro de la señorita Williams. Ella es demasiado lista. Ella nunca me ha gustado, especialmente porque siempre estaba mirando, siempre metiendo la nariz en cosas que no le concernían. La cogí dentro de mi oficina una vez. Ella dijo que estaba buscando unas tijeras, pero esa respuesta no me convenció en absoluto. No tengo un pelo de tonto. Si ya lo sé, a veces hasta puedo llegar a ser un tipo gracioso. Pero ella está dando codazos a Welch y no me gusta. Si no puede encontrarla con todos sus contactos, significa que está recibiendo ayuda de algún lado. O de alguien. Y eso hace que me ponga jodidamente nervioso. Si ella entró aquí una vez y todavía no tengo ni puta idea de cómo hizo eso, entonces puede hacerlo de nuevo. Suena mi teléfono, salvándome de todos mis pensamientos espantosos, sacándome de esta horrible pesadilla. Es la luz de mi vida. _ Hola, nena. Anoche no me llamaste. _ Lo sé. Lo siento, cariño. Sólo necesitaba un poco de espacio. Mi corazón late un poco más fuerte. ¿Espacio de mí? Ella suspira y siento como cada gota de mi sangre se convierte en polvo. No podría vivir sin ella y menos en estos momentos. _ ¿Has… has encontrado a la señorita Williams? Realmente me gustaría mentirle. Pero no puedo, no a ella. _ No, nena. Welch sigue buscando, pero no ha vuelto por aquí. _ Bueno… eso es algo. ¿Cómo te fue con la señorita Steele después de su vuelo? Oh, a la mierda. _ ¿Jason? ¿Cómo diablos voy a manejar esto? _ ¿Le ha pasado algo a la Señorita Steele? ¿Está bien? _ Creo que está bien. Sí, esa es una respuesta razonablemente veraz. O, posiblemente, una mentira. Todo depende del punto de vista. _ ¿Qué pasó? Grey sacó toda la mierda fuera de ella y ella lloró tantas lágrimas como para llenar un embalse y luego se fue. _ Supongo que tuvieron algún tipo de pelea. Ella se fue. _ Oh. Bueno, eso no suena tan mal, siempre están peleando. Creo que es una de las cosas que le gusta de ella, que se enfrente a él. _ Ummm. _ ¿Qué quieres decir con Ummm? ¿Qué es lo que no me estás diciendo, Jason? ¿Por qué es esta mujer tan condenadamente perceptiva? _ Ella estaba llorando. Mucho… no se veía muy bien. _ Bueno, estoy segura de que volverá. _ Yo no lo estoy. _ ¿No crees? _ Seguro que vuelve. ¿Por qué dices eso? Suspiro. ¿Verdad o mentira? Voy por la verdad. _ Porque cuando se fue dejó su laptop, la BlackBerry y las llaves del coche. Le dijo que no quería tener nada que le recordara a él. _ ¡Oh, no! ¡Oh, Jason, no! ¡Pobre señor Grey! ¿Cómo está? ¡Que le jodan de cincuenta formas diferentes! _ Él no ha dicho gran cosa. _ Él nunca lo hace. ¿Qué está haciendo? ¿Ha comido? _ No, no ha comido. Está haciendo un modelo de avión que Ana le dio. _ ¿Un modelo de avión? Oh… ¿Y no ha comido nada? _ No, a menos que haya lamido las suelas de sus zapatos. _ Voy para allá. _ ¿Qué? _ Me voy ahora, Jason. Nos vemos en menos de una hora. _ Vale. Nos vemos más tarde. Ella cuelga. ¡No me jodas! Mi Gail va a volver corriendo a casa para cuidar al hijo de puta del jefe. Estoy hirviendo de la ira. Siento celos tan fuertes como las quemaduras de ácido en la garganta. Irracional, irracional, pero no puedo evitarlo. Sé que… Gail… sólo lo ve como un hijo… actúa como una gallina con sus polluelos pero realmente, en serio me molesta. Pienso en ir hasta el gimnasio para sacar afuera parte de mi irritación, pero a medida que paso por el estudio del jefe, miro. Él está todavía allí sentado, todavía trabajando en ese maldito modelo. Vaya, yo me bebería hasta una botella de sangre sólo por oírle golpear alguna pieza de música en su piano marca Steinway de mierda. Pero no, él sigue sentado allí, con toda su concentración total en ese pequeño paquete de papel, pegamento y piezas de madera. ¿Por qué es tan jodidamente importante para él? Yo sé por qué, porque es todo lo que le queda de ella. Eso, y una foto de su graduación que usa como su protector de pantalla, esa imagen en la que la Señorita Steele se parece a Bambi atrapada en los faros de un camión de diez toneladas. Sé por experiencia propia, que uno no se puede abrazar a una fotografía. Confía en mí, yo lo he intentado. Al menos se ha bebido el maldito café que hice para él. Miro hacia las cámaras y en mi cara se refleja algo que mi madre solía llamar una sonrisa: Gail está de vuelta. Las puertas del ascensor están abiertas. Ella lleva los pantalones vaqueros que abrazan ese culo delicioso y una camiseta que me dan ganas de arrancarla de ella. _ ¿Cómo está? ¿Qué? ¡Vete a la mierda! Ella quiere saber acerca de él. _ Todavía está sentado en su estudio, sigue empatando el modelo maldito. _ ¿Ha comido? _ No. _ ¿No le hiciste nada? _ Le hice un café. _ ¡Por amor de Dios, Jason! Ella se apresura, dejándome solo, quiero golpearme con algo. Vuelvo a mi oficina, demasiado enojado como para poder respirar. Veinte minutos más tarde, el aroma delicioso de la salsa de tomate y albahaca de Gail está flotando por el apartamento. Pasa junto a mi oficina con un cuenco de pasta. Pero no para en mi oficina. No puedo oír las palabras, pero ella está hablando con él como si fuera un niño pequeño, o un animal herido. Bueno, supongo que lo trata como una madre haría con su hijo. Yo, yo sólo estoy enojado y hambriento. Vago por los cuartos del personal y espero a que regrese. Cuando lo hace, no me gusta su mirada. ¡Mierda! Esto no tiene buena pinta. _ Gail… ¿está todo bien? Ella toma una respiración profunda. Pienso rápidamente qué puede suceder. _ No. En realidad no. El Sr. Grey se ve terrible… tanto que apenas parece saber dónde se encuentra. ¿Has llamado a sus padres? Ahora sé que está evitando deliberadamente mi verdadera pregunta. Ella sabe que yo nunca llamaría a la familia del jefe, al menos que fuera imprescindible, pero aún no lo era. _ Gail, te he preguntado si estás bien. _ Yo… no me gusta estar aquí. Mierda, mierda y más mierda. _ Sigo pensando… en esa pobre chica. Bueno, se trata de Leila. Tengo que mantener la calma. _ Welch sigue buscando. La va a encontrar. _ Y… Oh-oh… ¿hay algo más? _ Y…con toda la seguridad que tenemos aquí… ella todavía puede colarse…yo… yo no me siento segura aquí. ¡Vete a la mierda! ¿Ella me culpa? Mierda. Ella debe culparme. Ella deja caer su mirada. Incluso aquí conmigo no se siente segura. No es de extrañar que no quisiera volver, la última vez que estuvo aquí una puta loca se puso de pie frente a ella con una hoja de afeitar en la mano. _ Nena, lo siento mucho. Haré cualquier cosa para que dejes de sentirte así. Lo que sea. _ ¿Jason? _ ¿Sí, cariño? _ ¿Podrías abrazarme? Y el mundo deja de girar mientras sostengo a mi niña preciosa entre mis brazos. Día Tres – Lunes Anoche, Gail se aferró a mí en una forma que ella nunca ha hecho antes. A pesar de sus temores acerca de estar de nuevo en este pozo de la desesperación, me dijo que la hacía sentir segura. Me hizo sentir seguro. Gracias a Dios. El jefe se lavó, se afeitó y se vistió para darme una patada en el culo. Puedo ver que no ha dormido bien, apenas ha hablado. De hecho, las únicas palabras que me ha dirigido esta mañana, eran para darme instrucciones para obtener una vitrina de cristal para el planeador de mierda que ha estado montando durante todo el fin de semana. Después de su concierto privado a las cuatro de la madrugada, ese que casi hace que yo mismo también me corte las venas, le oigo gritar luchando contra una de sus horribles pesadillas, siento que mis oídos van a reventar. Apenas son las 6.00 am cuando llegamos a Empresas Grey, las únicas personas que hay en el edificio son el personal de seguridad. Gail se va a enojar cuando se dé cuenta que ambos nos hayamos ido sin desayunar, pero no me atrevía a despertarla. No durmió bien tampoco. El oficial de seguridad en el piso treinta me hace un guiño discreto. Un amigo mío trabajó durante mucho tiempo en un museo de arte en New York. Los guardias de seguridad del turno de noche solían pasar la mayor parte de sus horas durmiendo. Incluso unos ladrones tramaban llevarse un Van Gogh, Los Girasoles, pero un policía novato se llevó su furgoneta que estaba mal estacionada y encontraron dentro de la camioneta, los planos del museo, una relación detallada de los pasos del robo y dos escopetas. Cuando llegaron al museo encontraron al personal de seguridad dormidos en sus puestos, nadie estaba despierto. Después de eso hubo una gran conmoción. Yo, personalmente, ni aunque me pagaran hubiera tomado ese pedazo de mierda de pintura. Demasiado amarillo. Esa falta de seguridad nunca sucedería en Empresas Grey. Todo el personal… todo mí personal… sabe que sus putas vidas dependen de si hacen bien su trabajo. Nadie duerme en el turno de noche. Aparte, nunca se sabe cuándo Grey va a merodear por los pasillos como el sabueso de los Baskerville, en busca de su presa. Me dirijo a mi oficina cuando el jefe pone su preciado planeador sobre la mesa y espera a que el mundo caiga a sus pies. Pero sé que sólo, hoy en día, hay una conquista que le importa y ella está en la ciudad comenzando su nuevo trabajo. En primer lugar, espero que ella no haya estado en casa encolando pequeñas piezas. Y en segundo lugar, espero que ella esté comenzando su nuevo trabajo, porque el jefe va a comprar la compañía. A menos que, por supuesto, él cambie de opinión. Nunca parecía estar interesado en la publicación antes. Pero, ¿quién sabe qué retorcidas reflexiones pasan por su cerebro jodido? Eso Jason Taylor, tú como siempre todo poético. Ese soy yo: rimas y rosas, en todo momento. Andrea llega a las 7.45am y se pasa 15 minutos maquillándose en el baño de mujeres. El mismo ritual apestoso de todos los días. No necesito quince minutos para estar más agradable y guapo de cómo ya estoy. Pero claro, la naturaleza rara vez es justa. Olivia llega corriendo a las 08.05 am, va con cinco minutos de retraso y Andrea le lanza una mirada capaz de congelar una llamarada solar. A las 8.30am organizo una rápida puesta al día con todo el personal de seguridad, justo cuando ya han cambiado el turno los de la noche con los del día. Les recuerdo que Leila sigue siendo una amenaza percibida y les digo que comprueben todo el mundo que entra y sale. Todos deben mostrar un distintivo de seguridad válida y quiero sondeo sobre esos, también. Todos los visitantes, incluso si es la mismísima Zarina Anastasia, bueno esa Anastasia tiene que pasar por todos los filtros de seguridad, ya que ella lleva muerta desde hace un tiempo. Pero su homónima, la Señorita Steele, a esa la subiría directamente al despacho del jefe, él ya se encargaría de chequearla a fondo. Concentración, Taylor. Cada visitante debe hacerse una foto que luego se comprobará con el software de reconocimiento facial del FBI. No hay excepciones. El resto de la mañana pasa tranquilamente, hasta Ros trata de averiguar lo que le pasa a Grey. _ Vamos, Taylor. Dímelo. Por favor, ¿no me digas que todavía tiene problemas con esa mujer? _ Usted sabrá más de eso que yo, Ros. _ No seas tan jodidamente gracioso y escupe ya. Estoy muy contento de que ella esté bateando para el equipo contrario, sería terrible tenerla suelta en Seattle. Ningún hombre estaría a salvo. ¡Por Dios! Sí, disfruto de un poco de encuentro verbal con la Sra. Bailey. Antes del almuerzo todo el personal está a punto del suicidio colectivo, el jefe sigue sin tener noticias de Anastasia, el equipo de vigilancia aún no ha pasado el informe y la paciencia no es una de sus virtudes, pero sé que lo que en realidad le está atemorizando es saber si ella se encuentra bien. Me manda un mensaje para informarme que se va al gimnasio del edificio, y todo el personal lo agradece, por lo menos tendrán una hora tranquila mientras él machaca su cuerpo y su mente. Pero aún es peor cuando regresamos del gimnasio, recibe las fotos de la Señorita Steele de camino a su trabajo, y se ve totalmente demacrada, sus hermosos ojos azules están apagados, sin luz. Él se siente culpable, jodidamente culpable. Todo por culpa de su jodida mierda. Andrea requiere toda mi atención, me comenta que se han puesto en contacto de la dirección del Four Seasons, quien organizó anoche la cena para recaudar fondos para la ONG Seattle Children’s, y claro están muy preocupados porque su patrocinador número uno no asistió anoche, sobre todo cuando estaba la noticia bomba de que iba a asistir acompañado de una dama. _ Confiesa, Taylor. ¿Qué se está cociendo? ¿Por qué todas estas mujeres vienen a mí? Sí, sí, vivo con él, pero no voy a tener a sus bebés. _ Todo está bajo control, Andrea. Nada por lo que debas preocuparte. _ No te creo, hasta un maldito ciego se daría cuenta de que algo muy gordo que está sucediendo, Taylor. ¿Qué mierda está pasando? Yo, cara de póquer contra la reina del hielo. ¡Hagan sus apuestas! _ Una situación de seguridad. _ ¡Una mierda! Parece que su mejor amigo acaba de morir, y según lo que yo sé, él no tiene ningún amigo. ¿Y la Señorita Steele? ¿No se suponía que debía ir con ella a la cena? ¿Qué pasó con ella? ¿Era ella la que salió en la foto, en ese acto de graduación en WSUV? ¿Esto tiene algo que ver con ella? Bueno, es culpa del jefe que Andrea esté tan cerca de la verdad, él no contrata a ningún personal tonto, eso es seguro. Yo sólo la miro. _ ¿Sabías que él ordenó flores? Dos docenas de rosas blancas. Dictó un mensaje y todo. Melanie, la de la floristería me llamó por teléfono para comprobar que no era un engaño y que en realidad era él. Supongo que está pidiendo disculpas por algo, ¿no? Los hombres sólo envían flores cuando han hecho algo de lo que se arrepienten. La miro de frente y de repente ella abre sus ojos. _ ¡No me jodas! ¿Ella lo dejó? Ella lo dejó a él. Andrea ha sacado sus propias conclusiones, no hay quien pueda con la reina del hielo. _ Yo no he dicho eso. _ Wohh… ¡Ella lo dejó! Apuesto a que nunca le había pasado eso antes. _ Yo no he dicho… Pero ella ya está en la puerta. Sostengo mi cabeza en mis manos, hoy no es mi día y lo peor es que aún me queda toda la noche… piano… pesadillas… necesito unas vacaciones lejos de Grey. _ ¡Hola, Taylor! Es Barney, se pasea en mi oficina. Es nuestro ingeniero técnico de sistemas, un tipo que, igualmente podría estar buscando el sentido de la vida, o, simplemente, sólo el camino hacia su escritorio. Es difícil de decir. _ Estaba pensando, que deberíamos poner un sistema de supresión de fuego de argón en la sala de servidores, va a ser al menos un 38% más eficaz que nuestro estándar de espuma y el combo de agua. Él tiene toda mi atención. _ Cuéntame más. Paso una hora y media interesante mientras me explica e informa de los beneficios del argón. Es un alivio tener una conversación normal. Decido que vale la pena, ¿el costo? 4,2 millones de dólares e instalar este sistema en todas las oficinas de las Empresas Grey en los EE.UU. Por supuesto que el jefe tendrá que aprobarlo, pero estoy bastante seguro de que le gustará este nuevo sistema. _ Sigue adelante y prepara un informe para el jefe. Se ve que es una buena inversión. _ Lo haré, Taylor. Por cierto, ¿qué pasa hoy con el jefe? Él no ha me gritado ni una sola vez hoy. No. El jefe no contrató a ningún idiota. Amanece el martes y siento que estoy viviendo en el Día de la Marmota. Gail sigue teniendo pesadillas, el jefe toca todo el repertorio de Hugo Wolf, un jodido bastardo tocando todas las miserias de un maldito desequilibrado en ese piano de mierda, para luego gritar toda su mierda a través de sus pesadillas, estoy a punto de gritar y salir corriendo. Por primera vez en varios días, el jefe quiere salir a correr. Gail piensa que es una buena señal eso y el hecho de que él parece estar comiendo normalmente. Yo no estoy tan seguro: ¿y si se lanza a un camión de mierda? Él pasó ayer toda la tarde paseando arriba y abajo por la habitación principal en Escala. Lo vi comprobar su teléfono una docena de veces. Tengo la impresión de que estaba esperando que la Señorita Steele le llamase. Sé que nunca antes ha tenido novia, por supuesto que no cuentan las sumisas, pero si de verdad piensa que algunas flores van a borrar lo que le hizo a ella, tiene mucho que aprender. Pero creo que eso es exactamente lo que pensaba. Y no entiende por qué no ha funcionado. Únete al club, Romeo. Las mujeres nunca hacen lo que crees que deben hacer. _ Vas a tener que hablar con él, Jason. Gail mueve sus labios y emite sonidos pero no tiene ningún sentido de mierda. Mi misión, en estos momentos, era tomarme unos huevos pasados por agua y jamón, acompañado por un café tranquilo para el desayuno, pero ahora tengo la sensación de que vamos a tener una conversación. _ ¿Qué hable con quién, de qué? Gail niega con la cabeza, me mira como si me hubiera olvidado de atarme los cordones de los zapatos o subirme la bragueta. Miro hacia abajo. No, todo está en su lugar. _ Sobre la Señorita Steele. Ahora estoy realmente confundido. Parte de mi cerebro está paralizado, no entiendo lo que Gail quiere decirme. Entonces, de repente, me ciega la luz. ¡Hostias! _ A ver si lo entiendo Gail. ¿Quieres qué yo hable con el jefe acerca de la Señorita Steele? Ella asiente con la cabeza. _ Y luego después de que él patee mi lindo culo y me eche a la jodida calle, ¿entonces qué? Ella pone los ojos en blanco. _ Y ¿qué le diría a él de todos modos? Oye, amigo, ¿sabes? si de verdad te gusta una chica, no es una buena idea que saques toda su mierda fuera, después de follarla hasta que no pueda cruzar las piernas. _ ¡Jason! _ ¡Bueno, vamos! En primer lugar, no es de mi incumbencia, en segundo lugar, no es mi trabajo, y en tercer lugar, ¿qué te hace pensar que me escucharía? Me pone esa mirada que asustaría hasta a mi viejo sargento de pelotón, haciéndole cagarse en sus jodidos pantalones. _ Bueno, en primer lugar, dice ella, toda sarcástica, a la vez que lo está marcando con los dedos, sí es de tu incumbencia, porque usted es lo más parecido que tiene a un amigo, en segundo lugar, es tu trabajo porque usted vela por el bienestar y la seguridad del jefe, además él me gusta y creo que es un buen hombre, y en tercer lugar, de hecho, no puedo pensar en una tercera razón, pero realmente deberías hablar con él. _ En primer lugar, le digo, sonriendo hacia ella, a la única persona que escucha es al Dr. Flynn y a veces a su madre, en segundo lugar, sé que él ha estado hablado con el psiquiatra ayer, y en tercer lugar, no le voy a contar a su madre lo que le sucede, me da miedo. _ Oh, Jason, cariño. ¿Estás tratando de decirme que un fuerte y rudo ex-marine tiene miedo de un pediatra de Seattle? _ Así es. Ella suspira. _ Mira, nena, sé que tus intenciones son buenas y que deseas solucionar este problema para el jefe, pero tienes que aceptar que nosotros no podemos. Él le envió flores y no ha respondido. Ya sabes cómo de obstinadas… er… pueden ser algunas mujeres. Me detengo, consciente de que estoy abriendo mi boca demasiado y me va a traer consecuencias. Gail levanta una ceja, pero ella no repara en mis palabras. Menos mal. _ ¿Así que él ha hablado con el Dr. Flynn? _ Sí. _ Bueno, me alegro de eso. Por lo menos él está hablando con alguien. Yo casi esperaba que esa terrible mujer se presentara y le convenciera a él para conseguir una nueva sumisa. _ Lo intentó, le confieso. _ ¡No! ¿En serio? ¿Cuándo fue eso? ¿Qué ha pasado? _ Llamó por teléfono el sábado, cuando el jefe estaba montando el planeador, y tenía activado el altavoz, así que escuché todo. ¿Sabes qué? Sonaba como si estuviera contenta de que Ana hubiera salido corriendo. Ansiosa por conseguirle una sumisa nueva. Prácticamente se ofreció a venir y entrevistarla ella misma. Deliberadamente dejo fuera la parte en que me enteré de que ella es la perra que metió al jefe en toda esta mierda BDSM cuando solo tenía 15 años. Si le dijera eso a Gail, seguro que estaría ya llamando a la policía o iría a la guarida de la Sra. Lincoln a descuartizarla, miembro por miembro. No me gustaría apostar dinero sobre quién ganaría. Gail estaría llena de rabia y cólera pero la perra Lincoln seguramente tenga un arsenal de látigos y objetos contundentes en el cajón junto a su ropa interior. Realmente no quiero detenerme en esa imagen. Esa zorra de corazón frío me da escalofríos. _ ¡Argg! ¡Yo no soporto a esa mujer! ¡Ella es tan… arggg! Somos interrumpidos cuando el jefe golpea a nuestra puerta. Realmente espero que no haya escuchado nuestra conversación. Pero se ve tan absorto en sus pensamientos que ni aunque hubiéramos estado desnudos se habría dado cuenta… pero pensándolo bien tampoco quiero ver al jefe mirando a mi chica por muy abstraído que se encuentre. Salimos por la ciudad. El ritmo del jefe es más lento de lo normal y su manera de correr es más floja que de costumbre. Él no está, obviamente, en su mejor momento, por lo general se pone muy competitivo conmigo, pero ahora no está en su mejor momento por la expresión de su cara, supongo que no se siente feliz. Una parte de mí se pregunta si tal vez otra mujer, otra sumisa, le ayudará a obtener más que con la Señorita Anastasia Steele. Pero, de nuevo, ¿alguien alguna vez supera su primer amor? Quiero decir, claro, salimos porque tenemos que hacerlo, porque la vida nos obliga a seguir adelante, pero la mayoría somos azotados por el desamor en nuestra adolescencia, y claro somos los suficientemente jóvenes como para recuperarnos y creer que otro amor llegará pronto. Pero el jefe, con sus casi 28 años, nunca ha estado enamorado y ahora estoy jodidamente seguro de eso. La conversación con la Sra. Lincoln y los comentarios de su familia, me dicen que estoy en lo cierto. La Señorita Steele, ciertamente, no era su primera follada, pero sí su primer amor. Regresamos de nuevo a Escala con daños mínimos, el jefe entró en modo piloto automático y apenas hemos sudado la camiseta. Solamente tomamos tiempo para darnos una ducha y ponernos ropa limpia para salir disparados hacia la consulta del Dr. Flynn, hoy se va a ganar sus honorarios con creces. Flynn es un buen tipo, para ser británico. Utiliza muchas frases largas que a veces uno no llega a entender, pero estoy seguro que no va a dejar que el jefe se convierta en una mierda, en una jodida mierda. Están ahí desde hace mucho tiempo de mierda. He visto a la penicilina crecer a una velocidad más rápida. Ya he ojeado todas las revistas en la sala de espera, y estoy conmocionado por que un gran número de mujeres se han vuelto adictas a una novela erótica, que ha vendido miles y miles de ejemplares. Estoy pensando que yo tendría que escribir las memorias de mi jodido jefe, a lo mejor hasta se convierte en un best-seller. Cuando el jefe sale, en su mirada se aprecia… calma. No sé qué le dijo Flynn, pero el tipo es un maldito hechicero. Estoy seguro que él cuando trata a Grey luego tiene que ir urgente a desintoxicarse de toda esa mierda. De hecho, yo podría tomar una sesión en estos momentos. Me pregunto cuánto puede cobrar. Estamos de vuelta en Empresas Grey, mi culo apenas roza mi asiento cuando recibo una llamada de conferencia privada de Welch. _ Taylor. Hemos tenido un avistamiento de la mujer Williams. Creemos haberla visto en una de las cámaras exteriores de Empresas Grey. Estamos limpiando la imagen ahora, sólo para estar seguros. Si era ella, intentó mantenerse alejada de las cámaras, por lo que con toda probabilidad, ella todavía está en la zona. Si ella se ha ido, no ha sido con su coche ni en avión y tampoco ha usado su tarjeta de crédito para comprar los billetes de tren. De hecho, no ha utilizado su tarjeta de crédito en absoluto. ¿Cómo seguimos con la vigilancia? _ Seguimos pendientes en la parte exterior de Empresas Grey 24/7 y también en el exterior de Escala. _ ¿Qué pasa con las otras oficinas de Empresas Grey? Espero no arrepentirme de cometer uno de los errores más grandes de mi vida de mierda. _ No creo que sea necesario. Parece tener como objetivo los lugares donde sabe que va a ver al jefe. Es lo suficientemente inteligente como para saber que rara vez visita las otras oficinas. Acabo de ordenar a tus chicos para hagan barridas diarias de la Grace, probablemente sea el lugar más expuesto. _ Ok. Te dejo para que informes a Grey. _ Gracias, Welch. _ Tienes el mejor puesto de trabajo, no te quejes. _ Bésame el culo, Welch. _ Prefiero besar el escroto de un tejón. Cambio y fuera. No es realmente interesante dar al jefe todas estas buenas noticias, el pobre diablo está subido en un maldito Titanic de mierda, y yo simplemente no puedo pararme delante de él y decirle que tiene un iceberg delante, pero que aún no hemos podido atisbarlo. Día Cinco – Miércoles – Gail Estoy muy preocupada por el Sr. Grey. Se ve terrible: tan triste todo el tiempo. Y él no está durmiendo en absoluto. Tres veces he estado a punto de marcar a su madre, pero no sé qué decirle a ella. Jason tiene razón: en realidad no es asunto mío, pero me preocupa mucho verle así. He trabajado por este hombre durante cuatro años y realmente me preocupo por él. Jason también lo hace, por supuesto, a pesar de que no lo quiere admitir. Eso tiraría su imagen de tipo duro por los suelos. Antes muerto que confesar ser un aficionado a Grey. Solo somos su personal, pero él nos trata con respeto y consideración. Nos confía sus secretos y nunca nos ha mentido a nosotros, siempre ha sido completamente sincero sobre sus predilecciones infelices. Yo estaba tan feliz cuando conoció a la Señorita Steele, en realidad los dos lo estábamos. Jason, absolutamente la adora. Ella es tan dulce, alegre y adorable. Si alguna vez hubiera tenido hijos, ella es el tipo de chica que hubiera querido tener como hija. Y era obvio para cualquiera que los viera juntos que ambos están seducidos, el uno por el otro. No hay más que verlos y sentir esa corriente entre ellos. Yo no puedo contarles la alegría que siento al verlos tan felices. Él tuvo un comienzo difícil en la vida. Sospecho que Jason sabe más de lo que me dice, no sé si es para protegerme a mí o al Sr. Grey, no estoy segura. Él dijo una vez algo sobre que las pesadillas del señor Grey, le recordaban cuando estuvo en Afganistán. Se negó a hablar después de eso, pero supuse que tenía que ver con lo que había visto por allí. Bueno, es obvio para mí, él es un tipo que sufre trastorno de estrés post-traumático. El Dr. Flynn, ha estado trabajando en eso. No hay duda. Pero la mejor terapia fue evidentemente la Señorita Steele. Ella trajo alegría a su vida cuando él nunca creyó que se merecía nada, jamás pensó que eso pudiera sucederle. Sigo sintiéndome incomoda en Escala. Yo odio estar en el apartamento sola. No se lo he dicho a Taylor, pero le suelo pedir al portero Frank cuando estoy sola que se asegure que nadie esté merodeando. Frank está tomando sus labores de escolta muy en serio, probablemente demasiado en serio, si digo la verdad. Pero puedo aguantar su coqueteo torpe mucho mejor que ver a Leila Williams con una hoja de afeitar en la mano otra vez. Sigo recordando su mirada, con esos ojos vacíos justo antes de cortarse las venas. ¡Oh, Dios! Había tanta sangre. Pero esos ojos… eso es lo que más me asustó, la mirada de una persona que ya no tiene nada por qué vivir. Estoy preocupada de cómo vamos a pasar el resto de la semana, el Sr. Grey tiene la recaudación de fondos de su madre, la cena-baile para ir el sábado en Bellevue. Y ahí están todos esos bonitos vestidos en el armario de la Señorita Steele. No puedo soportar preguntarle al Sr. Grey qué quiere que se haga con ellos. Tal vez se ha olvidado de ellos. Bueno, eso es muy poco probable: él nunca olvida nada. Excepto dormir, a veces. Espero que su hermana no le triture a demasiadas preguntas. Ella es una chica dulce, pero a veces puede llegar a ser muy molesta, ¡que se lo pregunten a Jason!, con todo lo ex marine que es, sale despavorido en cuanto la ve. Y me temo que si ella comienza a preguntar por la señorita Steele, habrá más fuegos artificiales que tirar. Lo cual es algo más por lo que tenga que preocuparse. Pobre Jason odia los fuegos artificiales. La razón es obvia: él ha estado en demasiados estrechos tiroteos cuando estaba destinado en Irak y Afganistán. No le gusta hablar de ello y menos a mí. A veces se va a tomar unas copas con sus compañeros marines y habla con ellos. Ojalá pudiera hablar conmigo, pero supongo que es sólo algo que se puede explicar a alguien que ha estado allí y que lo ha vivido, alguien que también ha caminado con sus mismos zapatos, por así decirlo. Al menos Lucas Sawyer va a estar con él en la cena-baile. Parece que se llevan bien, lo cual es bastante inusual en Jason. Normalmente se pone muy territorial sobre sus deberes de seguridad. ¡Hombres! Me pregunto si el Sr. Grey quiere revisar los menús para los próximos días. Probablemente no. Voy a elegir algunos de sus favoritos. Adora mis macarrones con queso. Creo que le resultan reconfortantes. La Dra. Trevelyan me dijo una vez que fue una de las primeras comidas que le dieron cuando fue a vivir con ella. Me lo imagino como un adorable niño de pelo de cobre. Sigue siendo adorable, por supuesto, y Dios mío, las mujeres sin duda se lanzan contra él. Pero él tiene un temperamento fuerte, también. Del cual puedo dar fe, a pesar de que nunca me ha gritado. Y espero que nunca lo haga. Sin pensarlo dos veces, sé qué Jason haría que se lamentara por hacerlo. El pensamiento me hace sonreír. Cuando mi primer marido murió, yo no pensaba que iba a encontrar el amor de nuevo. Y mucho menos con un hombre más joven. Soy una mujer muy afortunada. Sé que la última semana ha sido difícil para Jason, se siente tan culpable porque la señorita Williams entró en el apartamento, pero yo no lo culpo. Yo, realmente, no lo hago. Lo he encontrado en un momento difícil y me siento segura con él. Tengo que hacerle saber que no lo culpo, que todavía lo amo. Y tengo algo en mente. El teléfono suena, sacudiéndome de mi ensoñación erótica cada vez más. _ ¡Hola, nena! _ Jason, ¿va todo bien? _ Claro, todo está bien. _ ¿Ah, sí? ¿Qué ha pasado? _ El jefe me acaba de decir que quiere tener preparado el Charlie Tango para volar a Portland, mañana por la noche. _ Oh, así que no va a cenar en casa. _ No. Pero eso no es lo mejor. _ ¡Jason, quieres dejar de hacerte el interesante! _ Eres la única mujer que saca cosas de mí, cariño. _ Sí, bueno, he estado pensando en eso. ¿Estás libre esta noche? _ Yo no estaba pensando en cobrarte, nena _ Muy gracioso, Jason. _ Pero me olvidé de darte la buena noticia… _ Dime, que me tienes intrigada. _ ¿Quién acompaña al jefe a Portland? La señorita Steele, le confieso con una gran sonrisa en mi cara. _ ¿En serio? ¿En serio? _ Si, nena. Totalmente cierto. Y yo tengo una gran sonrisa en mi cara. ¡Oh, gracias a Dios

viernes, 13 de septiembre de 2013

CAPITULO 20 (TAYLOR)

Gail no duerme bien. Ella se retuerce toda la noche, murmurando para sí misma. Nunca la he oído hablar en sueños antes. La única palabra que oigo es “No”. Sigo pensando sobre las medidas de seguridad en mi cabeza. No puedo conseguir dónde estuvo el punto débil. A las cuatro de la mañana me rindo y me salgo de la cama. Gail está frunciendo el ceño mientras sigue durmiendo y yo la beso suavemente. Me pongo unos vaqueros y una camiseta y empiezo a trabajar a mi manera caminado por el apartamento una vez más, compruebo cada puerta, cada ventana, cada posible punto de entrada, excepto el balcón en el dormitorio del jefe. Tendría que estar jodiendo, ni que fuera la mujer araña para haber entrado por ese lugar. Veo una luz en el estudio del jefe. Otra persona que no puede dormir. Yo no tengo ganas de hablar con él, por lo que vuelvo a la cocina. Pero no está en su estudio, está sentado en el bar del desayuno, todavía con la ropa puesta, no se ha cambiado. Él ni siquiera ha tratado de conciliar el sueño. Empiezo a retirarme de la cocina, pero escucho su voz baja. - ¿Está bien Gail? Suspiro. Bien, vamos a hacer esto. _ No, en realidad no. _ Lo siento, Taylor. No tengo ni idea de lo que Leila estaba haciendo aquí. No he hablado con ella desde que se fue. Yo no podría haber imaginado que ella haría esto… _ ¿No? _ ¿Qué quieres decir? Pero no tiene que contestar porque se lo supone. Me alejo, porque si digo algo ahora, uno de nosotros realmente lo va a lamentar. Por la mañana, todos estamos cansados ​ y nerviosos. El ingeniero de alarma llega a las 8:00am para comprobar que todos los sistemas estén bien, pero yo sé que no hay nada malo con ellos. Vuelvo a comprobar el circuito cerrado de televisión por millonésima vez, pero no hay señales de Leila en el garaje o en el vestíbulo. Es como si ella volara hasta el piso treinta. Tengo mis sospechas acerca de una de las salidas de emergencia, pero no hay señales de entrada forzada y sé que es un hecho que el jefe no le da las llaves a nadie. Pero sólo para estar tranquilo conmigo mismo, utilizo un método viejo. Coloco un pequeño trozo de algodón sobre la puerta de la escalera de incendios. Si alguien trata de abrirla, lo sabré. Odio la idea de cerrar la puerta del establo, luego que el caballo ya se ha ido. El jefe ha estado trabajando como siempre. La administración del hospital, no dice nada sobre Leila porque no somos parientes cercanos y luego las cosas se ponen peor. _ ¿Ella qué carajo? La mitad de Seattle probablemente pudo escuchar el grito del jefe. _ ¿Cómo? Sawyer ¿No se supone que tenías puesto los ojos en ella 24/7? Él escucha atentamente, pero se me cae el alma. Puedo adivinar lo que ha pasado: Leila huyó del hospital. Ella ha desaparecido. Lo veo paseando arriba y abajo por la habitación principal. _ ¿Va a ir a trabajar hoy, señor? Se vuelve bruscamente. _Sí. Voy a trabajar. En veinte minutos, Taylor. Después de que lo dejo, estaciono la camioneta y me dirijo directamente a mi oficina para llamar a una reunión a todo el personal de seguridad. Hay un escalofrío de emoción: Nunca he hecho esto antes en Empresas Grey. _ Señores… Srta. Andrea. Tenemos una situación que es necesario hacerles saber y que tomen debida cuenta. Esta mujer, Leila Williams… Les muestro una foto colocada en la pared. Tiene un rencor personal con el señor Grey. Ella trató de entrar a su casa el día de ayer y se lesionó así misma en el proceso. No hay necesidad de contarles todos los detalles sangrientos. _ Ella se ha dado a la fuga del hospital en que estaba, nadie sabe dónde está y se considera una amenaza grave. Nadie y quiero decir nadie, entra a las Empresas Grey sin autorización. No me importa si es un repartidor de pizzas, o si es una abuelita en su bicicleta. Simplemente nadie entra si autorización. ¿Alguna pregunta? _ Señor Taylor ¿Quién es ella? He oído que el señor Grey tiene una novia… ¿es ella…? _ Sólo sabemos que ella es una mujer cualquiera que se ha fijado en él. ¿Algo más? Nadie hace más preguntas y todo mundo al trabajo de nuevo. Me aseguro de que todos estén saltando como ranas en una placa caliente y luego regreso al apartamento. No me gusta dejar a Gail sola. Welch ha dispuesto que otro conductor recoja a Grey del trabajo. De ninguna manera voy a dejar Gail sola ni siquiera durante una hora. _ Realmente, Jason. No tienes que preocuparte. Estoy bien. _ Bueno, yo no voy a estar bien hasta que encontremos a la señorita Williams… y luego voy a retorcerle el cuello de mierda. Gail sonríe débilmente. Pero eso es una mejora. Por la noche, todavía no hay señal de Leila y es el momento para mí en ir a recoger a la señorita Steele al aeropuerto. El jefe quiere estar en la casa por si hay alguna noticia, pero no va a confiar a la señorita Steele a nadie más que no sea a mí. Tal vez debería sentirme halagado. Aunque no lo estoy. Llego al aeropuerto a tiempo. Hago un cartel que dice “Señorita Steele”. Sí yo soy un tipo divertido. Su vuelo es anunciado y después de una breve espera, la veo caminar por el pasillo de llegadas. Como de costumbre, ella tiene los ojos fijos en el suelo. Cuando por fin se levanta, sonríe. _ Hola, Taylor. _ Señorita Steele. _ Taylor, llámame a Ana. No me gusta tratar con informalidad a alguien que tiene que ver con el jefe, pero ella es tan dulce, que no puedo decirle que no. _ Ana. ¿Puedo tomar su equipaje, por favor? _ No, yo puedo llevarlo, gracias. ¡Oh, por el amor de Dios, dame las malditas bolsas para hacer el trabajo que me corresponde! _ Pero, si estás más cómodo llevándolas… ella balbucea. _ Gracias. Así está mejor, señora. La oigo suspirar y por dentro me estoy sonriendo. Ella no se da por vencida. Abro la puerta para ella y guardo su pequeña maleta en el maletero. El tráfico de la hora pico es lento y estoy ansioso por volver. _ ¿Cómo está Christian, Taylor? _ El señor Grey está preocupado, señorita Steele. _ ¿Preocupado? Me encuentro con su mirada ansiosa en el espejo retrovisor. _ Sí, señora. Me doy cuenta que me quiere preguntar algo más, pero esto es una mierda de Grey y depende de él si se lo quiere decir. _ ¿Está bien? Pobre chica. Ella realmente se preocupa por el hijo de puta jodido. Quiero gritarle ¡corre mientras puedas! _ Creo que sí, señora. Ella suspira. _ ¿Te sientes más cómodo llamándome señorita Steele? _ Sí, señora. _ Bueno, está bien, dice ella en voz baja. Eventualmente, ella me pide que le ponga algo de música, _ algo calmante. Elijo Canon Pachabel, uno de mis favoritos y pronto los dos estamos perdidos en nuestros pensamientos mientras constantemente sigo las líneas de los coches y camiones que se dirigen a la ciudad. Me tardo 25 minutos en llegar de nuevo a Escala. No puedo evitar sonreír ante ella cuando abro la puerta del coche. _ Voy a traer el equipaje. _ Gracias por ir a buscarme. _ Es un placer, señorita Steele. Realmente lo es. Gail está en la cocina, mirando por la ventana. No se dio cuenta que estaba caminando hacia ella, pero cuando me mira ella salta y se lleva la mano a su corazón. _ ¡Oh, Jason! No te he oído. Un sollozo se le escapa y la acerco a mis brazos. _ Oh, nena. Odio verte así. Nos quedamos ahí, abrazados muy juntos, hasta que su respiración se calma. _ ¿Está mejor? Ella asiente con la cabeza. _ ¿Seguro que no quieres que te lleve? _ No, el señor Grey te necesita. Y el señor Welch dijo que te llamaría más tarde. Voy a estar bien en casa de Allison. Yo sólo… tengo que salir de aquí por un tiempo. Lejos de toda esta mierda jodida. ¿Lejos de mí? La acompaño hasta el garaje y pongo su equipaje en el maletero. _ Llámame cuando llegues, por favor. _ Podría ser muy tarde. _ No me importa, nena. Sólo llámame. Necesito saber que has llegado bien. Yo no le doy la oportunidad de que me diga que no, yo la abrazo más fuerte y la beso con fuerza, haciéndole saber lo mucho que significa para mí, sosteniéndola con fuerza hasta que ella se aparta en mis brazos. _ Jason, estoy bien. No te preocupes por mí. Veo cuando el coche sale fuera del garaje y siento como si un pequeño pedazo de felicidad se acaba de ir de mi vida. Sé que va a estar de vuelta en la noche del domingo, pero, joder, voy a extrañar a esa mujer. Vuelvo a mi oficina y compruebo a través de las imágenes de circuito cerrado de televisión una vez más. No hay nada nuevo. Me pongo a ver una película de zombies en la televisión hasta que mis párpados se sienten como si tuviera un kilo de plomo en cada uno. Gail me envía un mensaje de texto para decir que ha llegado, pero ella no me llama. Supongo que ella no quiere hablar conmigo. No puedo culparla. Arrastro mi cuerpo cansado a la cama. Está muy vacía sin Gail y con todo lo que ha pasado en las últimas 48 horas, mi cerebro está demasiado ocupado como para permitirme hacer algo más que dormitar por unos minutos a la vez. En algún momento de la noche oigo al jefe tocar el piano. En serio, pienso en bajar y darle unos coñazos, pero podría molestar a la señorita Steele. ¡Joder! Alrededor de las 7:00am, me doy una ducha. Cuando me miro en el espejo, me doy cuenta de que estoy empezando a parecerme a uno de esos malditos zombies de la película que vi anoche, con los ojos inyectados de sangre, la cara demacrada, y cuando comienzo a ponerme mi corbata… ¿Oh, espera, que es eso? Oigo ruidos. Dejó la corbata y me dirijo a la sala principal y realmente desearía no haberlo hecho. La señorita Steele está de pie allí, mirando como si quisiera hacer una audición para la película de zombis. Es obvio que ha estado llorando y ella camina un poco incómoda, al verla siento un golpe en mi pecho. ¡Ese hijo de puta! ¡Ese hijo de puta la trato mal! ¡Mierda, lo ha hecho! ¡El desgraciado jodido lo ha hecho! ¡La golpeó! ¡Lo sé! ¡Yo sé que es mierda! ¡Ni siquiera puede caminar bien! Estoy tan enojado, que apenas puedo respirar. Sé que debería salir de la habitación, pero yo sigo allí, cierro mis puños por mis costados. Trato de tomar cada pulgada de auto control, cada pedacito de entrenamiento y respiro profundo para detenerme y no hacer algo del que tenga que arrepentirme luego. La veo congelada mientras coloca su Black Berry, la llave del coche y un ordenador portátil en la barra. Me doy cuenta entonces que ella se va. Me doy cuenta que la chica ha llegado a sus límites. Pero la mirada en el rostro del jefe me hace temblar. No puedo creer lo que estoy viendo. Se ve desesperado. Casi al punto del llanto. _ ¡Ana No quiero esas cosas, son tuyas! Por favor, llévatelo. _ No, Christian. Yo sólo los aceptaba bajo tolerancia y ya no los quiero más. _ Ana, sé razonable… Como si ese hijo de puta retorcido sabe lo que significa “razonable”. _ Yo no quiero nada que me recuerden a ti. La niña se encuentra firme. Ella le dice que lo único que quiere es el dinero que obtuve por la venta de su escarabajo. Estoy un poco sorprendido de que el jefe no se lo ha dado a ella. _ Taylor consiguió un buen precio, le dice, torciendo la verdad siempre tan jodidamente para su beneficio. _ Es un coche clásico. Se lo puedes preguntar. Él me llama la atención. _ Taylor va a llevarte a casa. _ No te preocupes, soy capaz de llegar a casa sola, gracias. Pobre chica. Ella realmente no quiere saber nada de él. Me pregunto cómo me sentiría si Gail me habla de esa manera. El pensamiento me hace estremecer. _ ¿Vas a desafiarme a cada paso? Su voz es baja pero furiosa. Una vez más, la niña se encuentra firme. Ella es una chica valiente. _ ¿Por qué cambiar un hábito de toda la vida? _ Por favor, Ana, deja que Taylor te lleve a casa. Nunca he oído que al jefe mendigar antes. No creo que Dios haya escuchado el jefe mendigar antes. _ Voy a por el coche señorita Steele, digo inmediatamente. Yo también quiero que la señorita Steele salga de aquí, antes de que el bastardo se le ocurra convencerla de quedarse. No puedo soportar la tensión en la sala más. Y la señorita Steele necesita un paseo. Entro al ascensor solo y puedo decir que ella apenas se mantiene de pie. Busco el coche rápidamente y la espero hasta que baje. Abro la puerta para ella y ella entra, sin decir una palabra. Me dirijo por la 4ta. Avenida y ella todavía no ha hablado. Ella está tratando de no llorar, pero las lágrimas empiezan a correr por su rostro. En un semáforo le pase un pañuelo. _ Gracias, ella jadea, entonces las compuertas de su llanto se abren. Ella está llorando tanto que casi no puedo soportarlo. No sé si es por el dolor que el bastardo le infligió o si es porque lo ha dejado. Sólo tres veces en mi vida, he sentido la necesidad de herir a alguien. La primera vez fue cuando el desgraciado de mi padre, golpeó a mi mamá, yo tenía catorce años, y de verdad quería arrancarle la cabeza. La segunda vez en Afganistán y la verdad no quisiera recordar eso. Y esta es la tercera vez. En estos momentos quiero sacarle la mierda a Grey. Impulsos de rabia pasan a través de mí. ¿Voy a dejar que siga con esto? ¿Cuántas mujeres van a terminar de esta manera? ¿Cuántas más Leilas? ¿Cuántas más Anas? ¿Cuántas veces Gail se pondrá en peligro a causa de su estilo de vida jodido?. No. Esto se detiene aquí. Se detiene ahora, por lo menos para mí. Cuando vuelva, voy a hablar con él y simplemente renuncio, con o sin Gail. No puedo soportar esto más. Al ayudar a la señorita Steele a salir del coche, me doy cuenta que ella no puede hablar. Ella no quiere mirarme, sé que se siente avergonzada. Ella niega con la cabeza cuando le pregunto si le gustaría que la acompañe hasta su apartamento. Puedo ver su lucha para conseguir la llave en su bolso y sus ojos azules están borrosos por las lágrimas. La puerta de cristal se cierra detrás de ella, quisiera quedarme para a ayudarla, pero sé que ella no querría eso. _ Adiós, señorita Steele, le digo en voz baja. Conduzco de vuelta demasiado rápido. Quiero correr por las escaleras porque el ascensor parece tan lento, pero no lo hago. Tengo que calmar mi respiración. Tengo que recuperar el control, lo único que quiero es empacar mis cosas y largarme. Pero cuando las puertas del ascensor se abren, yo no puedo corre a hacer nada de lo que pensé. Grey está sentado en el suelo de la sala al lado del ascensor, tiene la cabeza entre sus manos. Levanta la vista cuando me escucha y veo a un hombre completamente destrozado. Jamás hubiese pensado ver al jefe de esta manera. Tan altivo, tan arrogante, tan impasible, tan duro de carácter y ahí estaba, como suspendido en el tiempo, sus ojos nublados, casi encogido. _ Eh… _Yo… pensé que le gustaría saber que a la señorita Steele la lleve con toda la seguridad de vuelta a su apartamento, señor. Tal vez fue su propia estupidez… tal vez era su propia mierda retorcida… no lo sé. Pero de repente, todo lo que veo es a un hombre débil, un hombre que se ahoga, un buen hombre que cometió un error. Un hombre que había encontrado el amor y lo lanzó lejos. Él me mira como si no entiende mis palabras, asiente con la cabeza muy lentamente. _ Gracias, Taylor. Mira hacia abajo, casi perplejo, como si él no puede entender por qué está en el suelo. Se levanta y se aleja lentamente, con las manos metidas en los bolsillos y la cabeza colgando hacia abajo. Es como si pudiera oír el sonido de su corazón astillado. *** AQUÍ TERMINA EL PRIMER LIBRO ***