martes, 10 de septiembre de 2013

CAPITULO 46 (50S CONTINUA)

La Proposición "Me dijiste que la señorita Steele estaba molesta cuando la sacaste del apartamento – ¿cuán molesta estaba? ¿Estaba molesta lo suficiente como para haber...?" No me atrevo a verbalizarle mi peor temor a Taylor, que el encontrarse cara a cara con mi ex sumisa apuntándole con una pistola ha sido la gota que ha colmado el vaso y finalmente Anastasia ha decidido irse lejos, incapaz de hacer frente a toda la mierda de este día. ¿Tu pasado realmente ha vuelto para morderte el culo hoy, o no Grey? Eres consciente de que por tu culpa Leila podría haber matado a Ana, ¿no? Taylor me mira, antes de cambiar su mirada hacia algún lugar por encima de mi hombro izquierdo. Supongo que está tratando de evaluar la mejor manera de manejar a su explosivo jefe. Sabe que estoy furioso por dejar que Ana se fuera, pero tal vez no consigue ver que también estoy enojado y frustrado por su falta de confianza y comprensión. Está bien, quizás no fui sensible con ella ni supe manejar la situación cuando le pedí que se fuera, pero seguro que Ana pudo ver que era lo mejor, que necesitaba que estuviera lo más lejos posible de Leila, que, sin duda, está muy enferma. Está claro que es mi responsabilidad, mi deber es ayudarla en esas circunstancias, ¿por qué diablos no podía Ana sólo confiar en mí y en lo que le digo? ¿Por qué no podía cooperar y simplemente regresar al apartamento, como le dije, sobre todo si ella estaba tan molesta como Taylor me dijo? ¿Por qué habría de actuar de manera irresponsable e irse a beber como una adolescente malhumorada en su lugar? ¿Por qué siempre tiene que desafiarme? "Bueno, la señorita Steele estaba llorando, pero creo que probablemente era por la conmoción y el alivio lo que la hizo reaccionar de esa manera. Se sintió aliviada de que el Sr. Kavanagh resultara ileso, así que cuando él le propuso ir a tomar una copa, creo que tal vez ella necesitaba ir con él." Taylor hace todo lo posible para arrojar algo de luz sobre las cosas, pero se ve claramente incómodo por haber sido puesto en esta situación. "Entonces, ¿dónde carajo están ahora mismo? ¿Has visto dónde han ido?" "No exactamente, señor. He estado en todos los bares populares de la zona para ver si puedo localizarlos, pero no he tenido suerte hasta ahora." "Es mejor seguir buscando una vez me dejes de nuevo en el Escala. Voy a esperar allí en caso de que ella regrese." "Por supuesto, señor. Voy a seguir buscando hasta que encontremos a la señorita Steele. No puede haber ido muy lejos, pero no voy a descansar hasta saber que está a salvo. Era mi responsabilidad el garantizar su seguridad, y sé que les he fallado a ambos hoy. No debería haber sido posible que la señorita Williams planteara cualquier tipo de amenaza como lo hizo, por lo que entiendo que quizás necesite mi renuncia por incumplimiento del deber... " Su voz se quiebra cuando se aclara la garganta, y él sigue concentrándose en algo detrás de mí. "Simplemente encuéntrala, Taylor. Eso es todo lo que importa. Ninguno de los dos tenía la menor idea de cuán enferma estaba la señorita Williams, o hasta donde estaba dispuesta a llegar, por lo que no podríamos haber actuado de otra manera - la retrospección es una cosa maravillosa. No necesito tu renuncia. No vamos a hablar de eso otra vez, lo único que me importa es tener a la señorita Steele de vuelta sana y salva." ~~~ "Está aquí," le ladro a Taylor por el móvil, en el momento en el que me llama desde el tercer bar donde ha buscado sin suerte. Le he dado instrucciones para que me informe en todo momento, lo que ha estado haciendo durante la última media hora más o menos. "Joder, gracias a Dios," exclama con sentimiento, exhalando con fuerza. Parece que ha estado tan preocupado por Ana como yo. Apago el teléfono antes de tirarlo sobre el piano. "¿Dónde diablos has estado?" Estoy luchando por mantener mi temperamento bajo control. Estoy al borde de estallar y cuando veo a Ana caminado tranquilamente sin ni siquiera parecer que vaya a disculparse por su comportamiento no puedo aguantar más. Y cuando veo que le cuesta tenerse en pie y me doy cuenta de que está borracha me hace perder los papeles por completo. Ella ha estado fuera divirtiéndose, mientras que Taylor y yo hemos estado muy preocupados y buscándola por todos los bares de la ciudad. Francamente, estoy consternado por su comportamiento egoísta e inmaduro. "¿Has estado bebiendo?" "Un poco," responde ella, mientras inclina la barbilla de modo desafiante. Estoy sorprendido de que ella descaradamente ni siquiera se molesta en tratar de negarlo. "Te dije que volvieras aquí. Son las diez y cuarto. He estado preocupado por ti." No me gusta estos sentimientos tan fuertes y molestos, no me gusta sentirme de esta manera. No estoy acostumbrado a que nadie me desobedezca, y odio este puto sentimiento de estar fuera de control. "Me fui a tomar una copa o tres con Ethan mientras que tu asistías a tu ex. No sabía cuánto tiempo ibas a estar… con ella," me susurra Ana. ¿Qué? Está enojada conmigo? Esto no es para nada lo que me esperaba. Pensé que podría estar molesta por haberse visto cara a cara con una pistola ¿pero esto? "¿Por qué lo dices así?" Casi suena como si estuviera celosa... creo. Ella no puede pensar que había algo entre Leila y yo, ¿o si? Pero cuando Ana simplemente se encoge de hombros y mira hacia abajo, sé que significa que se siente insegura de alguna manera, y empiezo a temer que tal vez haya mucho más que el hecho de que Ana me desobedeciera para ir a tomar una copa. "Ana, ¿qué pasa?" Ella tarda una eternidad antes de que me mire para preguntar: "¿Dónde está Leila?" "En un hospital psiquiátrico en Fremont. Ana, ¿qué pasa? ¿Qué te preocupa?" Me muevo hacia la derecha delante de ella, para tratar de leer su rostro, su expresión, ver lo que está pasando por su mente. Pero puedo sentir que no es bueno. Mierda. ¿Qué está pasando por su cabeza? "No soy buena para ti," declara solemnemente, mientras niega con la cabeza. "¿Qué? ¿Por qué piensas eso? ¿Cómo puedes pensar eso?" Eres lo mejor del mundo para mí. "No puedo ser todo lo que necesitas." "Tú eres todo lo que necesito." Y más, mucho más. "Sólo verla contigo...." "¿Por qué me haces esto? Esto no tiene que ver contigo, Ana. Se trata de ella. En el momento en que ella es una chica muy enferma." ¿Qué se supone que debía hacer - Simplemente alejarme? "Pero yo lo sentía... lo que tuvieron juntos." "¿Qué? No." Eso es del pasado – volví a usar mi rol de dominante/sumisa para que Leila y su mente enferma aceptara de mi la ayuda que necesita. Alargo mi mano hacía Ana, pero ella retrocede. Se está apartando de mí. Parece que ella no quiere tener nada más que ver conmigo. "¿Estás escapándote?" Me las arreglo para susurrar. Estoy mortalmente asustado. Esto se está convirtiendo en una pesadilla mucho peor de lo que podría haber imaginado. Ella no responde, y puedo sentir como mi mundo empieza a romperse. "No puedes," declaro. Simplemente no puedes. No voy a sobrevivir esta vez. Mi frágil corazón, el que revivió, el que se ha ido descongelando porque ella le dio vida, se marchitará y morirá si ella ya no está dispuesta a alimentarlo y cuidar de él. "Christian..." Tiene dificultades para encontrar las palabras que necesita para alejarse de mí. No quiero que rompa este nosotros, no puedo dejar que esto suceda. "No. ¡No! No puedes irte Ana, ¡Te amo!" Nunca le he dicho a nadie antes que le amaba, sólo a ti. Solo puedes ser tu. "Yo también te amo, Christian, es sólo..." Ella está tratando de decirme adiós. Ella está rompiendo conmigo. Puedo sentir la fría hoja del cuchillo entrando derecha a mi corazón ahora mismo, separándonos. "¡No... no!" Esto es incluso peor que antes. No voy a sobrevivir de nuevo. "Christian..." Esto no puede estar pasando, esto no puede ser real. Tiene que ser una pesadilla, una de las peores de mi vida. Ella cree que yo quiero volver a mi viejo mundo, que el contacto con Leila me ha hecho retroceder, pero no podía estar más lejos de la verdad. Sé con total y absoluta certeza que no quiero una sumisa como Leila, sólo quiero a Anastasia. La quiero en cada parte de mi vida, en todos los sentidos. Siento el pánico inundándome. Puedo tenerla aquí conmigo físicamente, pero puedo sentir que ya la estoy perdiendo a su vez. ¿Qué puedo hacer para convencerla de que ella es la que controla todo mi mundo ahora? No puedo sobrevivir sin ella, y ella es la única que me puede decir qué hacer para hacer las cosas bien. Esto se trata de mí. Yo sé lo que debo hacer, lo que tengo que hacer. Es la única manera ahora. Anastasia tiene que tener el control. Necesito que me diga qué hacer. Tiene que darme órdenes, y voy a obedecer sus órdenes. Caigo de rodillas delante de ella, y agacho la cabeza. Abro mis piernas separadas a la distancia necesaria y coloco las manos en la posición correcta en mis muslos. Inspiro profundamente, tratando de cederle el control absoluto de mi futuro a Anastasia. Ahora soy totalmente su sumiso obediente. Soy suyo para hacer lo que ella crea conveniente. ~~~ Siento como me invade la calma, como me dejo ir en un estado de sumisión en mi mente. Sé que no soy digno, pero ahora puedo dejar que mis preocupaciones desaparezcan. Ya no tengo que pensar por mí mismo. Haré lo que me instruya Anastasia si es necesario. Ella es mi dominante ahora. No hay nada más que yo pueda hacer. "¿Por qué estás haciendo esto? Habla conmigo," indica. "¿Qué te gustaría que dijera?" intento que me guíe. Pero no me da otra orden, por lo que me encierro en mi mismo. Le he entregado toda la responsabilidad a Anastasia. Vagamente registro que se arrodilla delante de mí, pero no es necesario responder. Ella habla, pero no es necesario responder. Me he metido en un sub-espacio de sumiso. No necesito pensar. No necesito decir nada. Ella sigue hablando, pero no es necesario responder. No quiero responder. Sólo quiero permanecer dentro de mi sub-espacio. Elena siempre me cuidó y me dijo qué hacer cuando yo era su sumiso. Elena. No me siento tan relajado cuando pienso en ella, así que inmediatamente pongo fin a esos pensamientos. No quiero ninguna distracción. No necesito que nadie me diga qué hacer. Sólo Anastasia. Ella sigue hablando, pero sus palabras simplemente flotan sobre mí como pequeñas bocanadas de nubes. Es suficiente saber que mientras yo estoy arrodillado aquí, y ella me hable, aun no se ha ido y mi mundo no se rompe en mil pedazos y deja de existir. "¿Vas a estar arrodillado aquí toda la noche? Porque entonces yo también lo haré," la voz de Anastasia me grita, trayéndome de vuelta de mi capullo seguro por un instante. Pero no estoy listo todavía, no estoy listo para empezar a pensar por mí mismo. Es demasiado difícil. Es demasiado duro para empezar a contemplar un futuro sin ella. "Christian, por favor, por favor... habla conmigo." Pero no puedo. No puedo arriesgarme al dolor, será insoportable. El dolor en mi corazón va a terminar conmigo para siempre, no podré resurgir. No puedo correr el riesgo, debo quedarme aquí, donde puede permanecer insensible y protegido de la agonía. "Por favor," repite Anastasia, y mientras sus hermosos ojos azules y sinceros, se encuentran intensamente con los míos, parece llegar a las profundidades de mi alma de una forma que sólo ella ha sido capaz de hacer, y poco a poco parece que mis sentidos vuelven a conectarse. Ella todavía está aquí. Ella no se ha ido todavía. "Estaba muy asustado," susurro, todavía no estoy seguro si tengo la fuerza para hacer frente a esto. Pero de alguna manera una fortaleza interior se activa desde algún lugar profundo dentro de mí, y así poco a poco me empiezo a explicarle a Ana por qué tuve que lidiar con Leila en la forma en que lo hice, sobre la culpabilidad abrumadora que sentía porque yo podría haber tenido algo que ver con su debacle mental. Sólo puedo esperar que el entender mis acciones le ayudará a ver cómo habría sido mi culpa si algo le hubiera pasado a ella. Todo lo que hice fue proteger a Ana y cuidar de ella, porque es lo más preciado en mi vida. Así que tengo que hacerle entender por qué necesitaba estar a solas con Leila. Su evaluación de la situación fue completamente incorrecta. "Yo sólo quería que te fueras, te quería lejos del peligro, y Tu. No. Querías. Irte." Insisto, mientras veo la mirada inquisitiva en sus ojos. "Anastasia Steele, eres la mujer más terca que conozco." Respiro profundamente y cierro los ojos, mientras sacudo la cabeza con incredulidad por lo exasperante que puede ser. La fuerza de mis sentimientos y la frustración me han retirado de mi sub-espacio ahora. Oigo Ana exhalar un gran suspiro, así que abro los ojos de nuevo. Todavía está aquí. ¿Significa esto que puedo atreverme a desear que se quede? Algunas de sus palabras empiezan a llegarme. No voy a marcharme. Te lo he dicho y te lo dije y te lo dije, no voy a irme. "¿No vas a irte?" "¡No!" En lugar del habitual ataque de pánico ahora por fin experimento un cierto alivio. "Pensé... Este soy yo, Ana. Todo yo... y soy todo tuyo. ¿Qué tengo que hacer para que te des cuenta de eso? Para hacerte ver que te deseo de cualquier forma que pueda tenerte. De que te amo." "Yo también te amo, Christian, y verte así... pensé que te había destrozado." Las lágrimas caen por sus mejillas. "¿Destrozado? ¿A mí? Oh no, Ana. Todo lo contrario. Eres mi soplo de aire," le susurro, mientras la tomo de la mano para besar sus nudillos pequeños y delicados. Quiero demostrarle lo mucho que significa para mí, lo precioso y dulce que es para mí tocarla, y sé que hay una forma segura de que puedo hacer eso, a pesar de que va a ser desesperadamente difícil para mí. Respiro profundo para encontrar la fuerza para permitir que ella me toque – para que me toque realmente. Tomo su mano, y la coloco sobre mi pecho, justo sobre mi corazón. Me lleno de valor para no ceder a la fuerte tentación fuerte de arrebatarle la mano de nuevo. Es Ana. Esto está bien. Esto es bueno. Su caricia te sanará. Repito estas palabras en mi cabeza, una y otra vez, y poco a poco me siento lo suficientemente fuerte como para dejarme ir, y finalmente dejo su mano donde está. Aguanto la respiración mientras me acaricia suavemente, para ponerme a prueba. Ella me mira con tanta ansiedad, tan preocupada por mi, Ana comprende el tormento que cualquier contacto en esa parte de mi cuerpo crea. Parece que quiera retirar la mano. "No. No lo hagas." Pongo mi mano sobre la suya, para asegurarme de que se queda allí. Me encanta este contacto entre nosotros, así que tengo que vencer mi fobia. Tengo que demostrar que puedo hacer esto por ella. Ana entiende, ella se acerca, de forma que nuestras rodillas se tocan, mientras seguimos arrodillados en el suelo. Poco a poco levanta la otra mano, mostrándome que quiere seguir tocándome. Sé lo mucho que esto significa para ella, ella desea ser capaz de tocar todas las áreas de mi cuerpo, en lugar de la zona de seguridad. Realmente yo también lo anhelo con todas mis fuerzas. Ella me indica que tengo que soltarle la mano para que pueda desabrocharse la camisa. Ella realmente quiere tocarme, me toca correctamente. Es Ana. Esto está bien. Esto es bueno. Su caricia te sanará. Dejo que me desabroche la camisa, mientras trato de luchar contra el pánico creciente que siento burbujear dentro de mí, debido a los recuerdos que cualquier tipo de contacto siempre me evocan. Ella vacila, sin saber si debe seguir adelante. "Sí," le susurro, para tranquilizarla, le insto a continuar. Entonces siento un ligero toque con su dedo sobre mi pecho, simplemente rozando mi vello del pecho. Nadie me ha tocado aquí desde... No puedo pensar en eso. Tengo que ahogar los malos recuerdos. Tengo que dejar que el tacto amoroso de Ana los borre. A partir de ahora, tengo que pensar sólo en sentir sus caricias en mi piel. Es Ana. Esto está bien. Esto es bueno. Su caricia te sanará. Pero es difícil, jodidamente duro, casi insoportable, y aprieto los dientes para no gritar. Ana reacciona apartando su mano, pero la tomo de nuevo. Aun no me doy por vencido. "No, tengo que hacerlo," me las arreglo para gruñir, mientras mantengo los ojos bien cerrados. Ana tiernamente me acaricia el pecho con sus dedos, y resulta ser una dulce agonía. Me encantan sus caricias, pero el miedo se aferra tan profundamente dentro de mí que es casi imposible luchar contra él. Pero yo sí. La dejé continuar. Me está llevando a otro nivel. Me está poniendo a prueba. Ella suave y dulcemente pone el más suave de los besos sobre una de mis cicatrices. La amarga dulzura de sus labios me hace gemir en voz alta, aunque me esfuerzo al máximo para estar tranquilo, para no molestarla, pero se inclina hacia atrás, temerosa de haber ido demasiado lejos. "Una vez más," susurro, decidido a continuar con esto hasta donde me sea posible. Quiero disfrutar de sus caricias. Quiero que ella sea capaz de besarme por todo mi cuerpo. Tiernamente besa otra de mis cicatrices, y otra. Ese sentimiento de sus besos en mi zona prohibida es abrumadoramente intenso. Suficiente. Eso es lo más lejos a lo que puedo llegar hoy, por esta vez. Pero es mucho más lejos de lo que jamás pensé que sería posible. Ese es el efecto que Ana tiene en mí. Ella rompe todos mis límites, pero está bien, porque quiero dejarla entrar La acerco a mis brazos, desesperado por tenerla, porque mis sentimientos encerrados hasta ahora han conseguido salir. Tiro de su pelo para echarle la cabeza hacia atrás, así que puedo besar esos suaves y encantadores labios. "Oh, Ana." Voy arrastrándola debajo de mí mientras nos besamos, y ella enreda mi pelo con sus dedos como si estuviera tratando de unirse a mi, entonces ella acaricia mi cara con sus manos. Estoy abrumado por la emoción y la emoción parece estar derramándose por mis mejillas. "Christian, por favor, no llores. ¿Es eso lo que estoy haciendo? Hablaba en serio cuando dije que nunca te dejaría. Lo hice. Si te he dado otra impresión, lo siento mucho... por favor, por favor perdóname. Te amo. Siempre te amaré." No, no, no lo hará, mientras realmente no te conozca. ¿Cuál es el sentido de dilatarlo por más tiempo, Grey? Ella lo sabrá algún día. Quizás es mejor terminar las cosas aquí mismo, ahora mismo. Saca todas tus miserias, por una vez y para siempre, en lugar de tener esta espada de Damocles pendiendo sobre ti por siempre. Sabes que tienes que hacerlo, es por eso que sigue dando vueltas y vueltas en tu cabeza. Este secreto será siempre una espina clavada, una espina a punto de atravesar tu corazón. "¿Qué pasa?" Ves. Ella sabe que hay algo que te impide avanzar. Es sólo una cuestión de tiempo para que ella se entere. ¿No es mejor decirle la jodida verdad, la horrible y repugnante pervertida fuente de tu depravación? "¿Cuál es el secreto que te hace pensar que voy a salir corriendo? ¿Lo que tiene resuelto a pensar en que voy a marcharme? Dímelo, Christian, por favor... " Esto es todo entonces. Después de todos mis esfuerzos por ocultar mi peor secreto, al final ha resultado inútil. Mi depravación siempre me encontrará, no importa lo duro que trato de escapar de ella. No puedo cambiar lo que soy. He sido un egoísta al esperar vivir como un hombre como lo que no soy. Le debo honestidad total, porque se lo debo todo. "Ana..." Grey, no es bueno tratar de ponerle buena cara a todo esto. Sólo actúa como un ser humano decente por una vez en tu vida y se lo suficientemente hombre como para decirle lo que realmente pasa contigo. Dile exactamente cómo son de oscuras esas cincuenta sombras, porque hasta ahora has estado actuando deshonestamente. Si acaso solo le has enseñado las primeras veinte, como mucho. "Yo soy un sádico, Ana. Me gusta azotar a las chicas de pelo castaño como tú, ya que todas se parecen a la puta drogadicta - mi madre biológica. Estoy seguro de que puedes adivinar por qué. " Anastasia simplemente se me queda mirando con incredulidad. Bueno, no puedo dar marcha atrás ahora, ya es demasiado tarde. He confesado y ahora sólo tengo que lidiar con las consecuencias de la mejor manera que pueda. "Me dijiste que no eras un sádico," susurra, sorprendida. "No, te dije que era un Dominante. Si te mentí, fue una mentira por omisión. Lo siento." Deja de intentar encontrarle una salida a esto, Grey. Sabías desde el principio exactamente lo que eras. Cuando me lo preguntaste me había imaginado una relación muy diferente entre nosotros." La veo a punto de salir corriendo, y quién puede culparla? Ella está sentada con la cabeza entre las manos mientras intenta asumirlo. "Así que es cierto. No puedo darte lo que necesitas," susurra, mientras me mira. Sus ojos son enormes en su cara, y me doy cuenta de que está entrando en pánico cuando se da cuenta de la verdad. Creía saber lo peor de mí, y ahora descubre que es aún peor. Pero lo que me lleva a confesar toda esta mierda ahora es que no tengo ninguna duda de que Anastasia puede darme lo que necesito. Yo la llevaré de todas las maneras que pueda, cualquier parte de ella que está dispuesta a darme, y eso sería más que suficiente. Ahora lo sé. "No, no, no. Ana. No. Puedes. Tú me das lo que necesito. Créeme por favor". "No sé qué creer, Christian. Esto es muy jodido." "Ana, créeme. Después de que te castigara y que me dejaras, mi visión del mundo cambió. No estaba bromeando cuando dije que no quería sentirme así de nuevo. Cuando dijiste que me amabas, fue una revelación. Nunca nadie me lo había dicho antes, y fue como si me hubieras dado paz - o tal vez yo ya tenía esa paz y simplemente la despertaste, no lo sé. El Dr. Flynn y yo estamos todavía discutiendo el tema." Él piensa que mi amor por Anastasia finalmente ha comenzado a calmar la rabia y la ira abrumadora que siempre he llevado conmigo. Hasta ese momento, la única manera de controlar esa rabia, para encontrar cualquier tipo de liberación, era castigar a mis sumisas contratadas expresamente porque se parecían a la puta drogadicta. Golpearlas y azotarlas tal y como Elena me enseñó, para hacerme sentir mejor. Pero hasta que finalmente acepté que me había enamorado de Ana, Flynn y yo no pudimos empezar a trabajar en darle sentido a todo esto. Por lo tanto, aún estamos empezando a discutirlo. "¿Qué quiere decir todo esto?" "Significa que no lo necesito. Ya no." "¿Cómo lo sabes? ¿Cómo puedes estar tan seguro?" "Simplemente lo sé. La idea de hacerte daño... de una manera real... es repugnante para mí." "No lo entiendo. ¿Qué pasa con las ordenes y los azotes y todo lo de kinky fuckery." Oh, dulce e inocente Ana, eso es simplemente la mierda suave, comparado con lo que realmente puedo hacer cuando me dejo llevar. "Estoy hablando de la mierda pesada, Anastasia. Deberías ver lo que puedo hacer con un bastón o un látigo." Me he convertido en un verdadero Maestro en dejar intrincados patrones rojos ribeteados atravesados ​​por todas las hermosas pieles pálidas como la de ella. "Preferiría no hacerlo," me dice en shock. Y ese es el punto. No quiero hacerlo, porque ella no quiere. Ella es mucho más importante que cualquier azote. "Lo sé. Si quieres hacerlo, entonces está bien... pero no es así, y lo entiendo. No puedo hacer toda esa mierda contigo si tú no lo deseas. Te lo he dicho antes, tienes todo el poder. Y ahora, desde que volviste, no quiero estropearlo, para nada." Su partida fue la terapia de aversión más fuerte que jamás haya experimentado. "Cuando nos conocimos, eso es lo que querías, ¿no?" "Sí, sin duda." "¿Cómo puede ser que puedas olvidarte de tu obsesión, Christian? ¿Como si yo fuera una especie de panacea, y ya estás - a falta de una palabra mejor - curado? No lo entiendo." "Yo no diría que curado. Ojalá fuera tan simple. ¿No me crees?" "Es simplemente… increíble. Lo que es diferente." "Si nunca te hubieras ido, probablemente no me sentiría así. Que me dejaras, que te fueras, fue lo mejor que pudo haber pasado para... para nosotros. Me hizo darme cuenta de lo mucho que te quiero, solo a ti, y lo digo en serio cuando te digo que me voy a tenerte de cualquier forma que pueda." Ana simplemente me mira tratando de darle sentido a todo. "Todavía estás aquí. Pensé que ya estarías lejos en estos momentos," le susurro con incredulidad. ¿Es posible que aún haya esperanza para nosotros? "¿Por qué? Porque puede ser que piense que eres un psicópata que le pega y folla con mujeres que se parecen a su madre biológica? No sé que puede hacerte pensar eso," me susurra. ¿Puedo culpar su reacción? Ella sólo decía la verdad. ¿A dónde nos lleva esto? Realmente no estoy seguro, mientras espero a su próximo movimiento. Tengo que tener paciencia y darle tiempo. Todavía podría largarse en cualquier momento. "Christian, estoy agotada. ¿Podemos hablar de esto mañana? Quiero irme a la cama." ¿Qué? ¿Irse a la cama como si nada hubiera pasado? ¿No me va a dejar? "¿No vas a irte?" "¿Quieres que me vaya?" "¡No! Pensé que me dejarías cuando lo supieras todo. No me dejes," le ruego. "Oh, por el amor de Dios - ¡no! No me voy a ir," me grita. "¿En serio?" Le he contado mi peor mierda depravada, La sombra de las cincuenta, y sigue queriéndose quedar? "¿Qué puedo hacer para hacértelo entender No voy a irme? ¿Qué puedo decir?" ¿Me atrevo a decirle lo que realmente quiero? Que quiero el mayor compromiso que puedo ofrecerle? Joder, ¿qué tengo que perder, después de todo lo que ha pasado? Y nunca se sabe, podría sorprenderme una vez más. La fortuna favorece a los valientes, eso dicen. Respiro profundamente. "Hay una cosa que puedes hacer." "¿Qué?" "Cásate conmigo," susurro. Anastasia me mira con incredulidad total. Entonces ella comienza a reírse. Se muerde el labio para tratar de controlarse, pero no puede parar. Creo que ella está histérica, ya que acaba tirada por el suelo y sigue riendo, al final aullando, sin control. De todas sus posibles reacciones, esta no la habría previsto ni en un millón de años. ¿Es que la idea de casarse conmigo es ridícula? ¿La risa histérica es un sí o un no? No tengo ni idea. "¿Encuentras mi propuesta divertida, señorita Steele? "Sr. Grey...Christian. Tu sentido del momento es, sin duda..." Le fallan las palabras mientras con una mano acaricia mi mejilla, áspera, sin afeitar. Me encantan sus caricias. ¿Lo he echado todo a perder, proponiéndoselo en lo que ella considera en un momento inapropiado? Lo necesito saber. "Me estás matando, Ana. ¿Quieres casarte conmigo?" Ella se sienta y me mira fijamente a los ojos. "Christian, he conocido a tu psicópata ex con una pistola, me han echado de mi casa, me has lanzado una bomba termonuclear..." Empiezo a protestar de que no la echamos de su apartamento, pero ella sostiene mi mano para detenerme. "Acabas de revelarme una información, francamente, sorprendente acerca de ti, y ahora me pides que me case contigo." Bueno, dicho así... "Sí, creo que eso es un resumen objetivo y exacto de la situación." Estoy de acuerdo. Ana siempre tiene facilidad de palabra. "¿Qué pasa con esperar la gratificación?" Ella niega con la cabeza hacia mí. "Lo superé y ahora soy un firme defensor de la gratificación instantánea. Carpe diem, Ana," susurro. Quiero que seas mi esposa. Yo quiero ser tu esposo. ¿Por qué esperar? "Mira, Christian, te he conocido hace unos tres minutos, y hay muchas cosas más que necesito saber. He bebido demasiado, tengo hambre, estoy cansada y quiero irme a la cama. Debo considerar tu propuesta al igual que consideré el contrato que me diste. Y esa no fue la más romántica de las propuestas" ¿Romántica? "Buen punto, bien hecho como siempre, señorita Steele. ¿Así que no es un no?" No me está rechazando de pleno al menos. "No, Sr. Grey, no es un no, pero tampoco es un sí. Sólo estás haciendo esto porque tienes miedo y no confías en mí." "No, estoy haciendo esto porque por fin he conocido a alguien con quién quiero pasar el resto de mi vida. Nunca pensé que me pasaría a mí." Esta es la pura verdad, desde el fondo de mi corazón, un corazón que es sólo tuyo, y siempre lo será, ya que fuiste quién finalmente lo abrió. "¿Puedo pensar en ello... por favor? ¿Y pensar en todo lo que ha pasado hoy? ¿Lo que acabas de decirme? Me pediste paciencia y fe. Bueno, lo mismo te digo, Grey. Lo necesito ahora." Tengo que aceptar que ella tiene mucho en lo que pensar. Y ha sido tan valiente, tan fuerte, incluso después de oír la peor mierda de mí. Ella es una mujer increíble. Ella puede tener mi paciencia y mi fe, si eso es lo que ella necesita. "Puedo vivir con eso." Mientras la respuesta sea sí. "No fue muy romántico, ¿no? ¿Corazones y flores?" Ella asiente con la cabeza lentamente, con una sonrisa tímida en su hermoso rostro. Haré lo que sea para conseguir que Anastasia me diga que sí. Al besar sus dulces labios y suavemente meter un mechón de pelo detrás de su oreja suavemente, estoy decidido a hacerle la propuesta más romántica que me sea posible imaginar la próxima vez, porque eso es lo que mi chica, el amor de mi vida, se merece. Y como yo no creo en hacer las cosas a medias, la próxima vez voy a hacer que ella esté totalmente abrumada por los corazones y las flores, si eso es lo que quiere. Ah, y voy comprar el anillo de compromiso con el diamante más jodidamente grande que pueda encontrar, para marcarla como mía para el resto del jodido mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

déjanos un comentario ...