viernes, 27 de septiembre de 2013

CAPITULO 2 (SEGUNDO LIBRO, TAYLOR)

Capítulo 2: El hombre invisible Me despierto con una sonrisa en mi cara. Diablos, todo mi cuerpo está sonriendo desde adentro hacia afuera. Y en reconocimiento a mi buen humor, me arrimo a la espalda de Gail con una erección que hace que el Empire State Building se vea como un palillo de dientes, ¡oh, sí! _ Jason, dice con los ojos todavía cerrados, con un buenos días ya hubieras llamado mi atención o con algo más tradicional, un café en la cama. La rodeo con mis brazos alrededor de su cintura y tiro de su espalda hacia mi pecho. _ ¿No hay desayuno en la cama, Jason? ¡Oh no, nena! ¡Te voy a desayunar a ti! No porque lo diga yo, pero ha sido un comienzo del día muy, pero que muy satisfactorio y no he tenido que esperar hasta mi cumpleaños para que me den una buena mamada, y en eso mi mujer es muy hábil. Gail está cantando para sí misma mientras hace el desayuno. Maldita sea, soy un hombre jodidamente afortunado. Y a pesar de que el jefe tenga más dinero que la toda la Reserva Federal y que se vea imponente con sus trajes a medida de Savile Row, no estoy seguro de que él realmente tenga suerte. Pero si juega bien sus cartas, y se arregla para no cagarla otra vez, él podría tener suerte esta noche. Necesitamos casi un milagro. ¡Pobre diablo!, bueno en realidad mucho de diablo y nada de pobre, y lo peor del día de hoy es que el pobre hijo de puta tiene que pasar por una jornada laboral de nueve horas, y yo también. La adquisición de la SIP sigue adelante. No estoy seguro de que el jefe haya pensado en cómo la Señorita Steele va a reaccionar cuando ella se entere que él va a ser su jefe, o, técnicamente, el jefe del jefe de su jefe. Por mi experiencia con las mujeres en general y con la Señorita Steele en particular, estoy casi seguro que esto va a ser un caso de código rojo, una vez se encienda la mecha, hay que retirarse a una distancia segura, enterrar la cabeza entre las piernas, y despedirte de tu culo. Como he dicho, francamente no creo que haya pensado en las consecuencias. Y yo no sé si es la necesidad de tenerla en su vida, de un modo u otro, la necesidad de protegerla, o su deseo de mantener su nuevo juguete bonito, que lo hace actuar de esta forma. Sí, sí, también es un buen negocio, y él es un puto genio. No hay ningún incidente en Empresas Grey, a pesar del aumento de la vigilancia, no hay rastro de la mujer Williams. Su continua capacidad para eludir todos los intentos de encontrarla me tiene bastante nervioso. He cambiado todos los días la ruta de las mañanas cuando salimos a correr, evitando todos los lugares habituales y Andrea guarda, a diario, la agenda del jefe y las citas como si se tratase de la información más confidencial del Pentágono. Ahora está trabajando en un acuerdo para comprar un astillero en Taiwán que va a poner enfermo al mismísimo Keh-Sik Min, Presidente Ejecutivo y Director de Tecnología Hunday Heavy Industries Co, lo cual será toda un revolución en el mercado, pero es su objetivo y cuando toma una determinación no duda en alcanzarla. Y aquí está la cosa, he visto al jefe dar el golpe con ofertas millonarias, si su instinto le dice que continúe adelante, él lo hace sin pestañear. Le he visto, incluso a veces, perder mucho dinero con las fluctuaciones del mercado de valores que se encuentra en todo el Banco de Bolivia, he visto rechazar a dos actrices de cine muy famosas, yo lo he visto… bueno le he visto de tantas maneras y a veces en situaciones… muy complicadas. Pero nunca le había visto tan nervioso. Son las 17.30 y es la hora de todo o nada. Vamos camino a recoger a Anastasia Steele en su lugar de trabajo, que será de la propiedad del jefe a partir del lunes, esperemos que la pobre chica tarde en averiguarlo. Yo realmente espero que no lo arruine. No puedo soportar otra semana de jugar en busca del jefe jodido. Mientras conduzco a través del tráfico, lo puedo ver en el espejo retrovisor. He visto esa mirada antes. Si no consigue que le dé otra oportunidad, yo renuncio pero de inmediato y de carácter irrevocable. Decir que el ambiente es tenso es como decir que el Titanic tenía una pequeña fuga. Me estaciono fuera de SIP y de repente estamos en DEFCON 1. La guerra nuclear es inminente. ¿La razón? Jack Hyde, ese tipo de mal gusto, sale a despedir a Ana a la puerta. El jefe jura en hebreo y mis oídos casi se derriten. Sí, y ahora viene una agradable charla íntima con la mujer que ama, que nos pille a todos confesados. Salgo del coche para abrir la puerta a la Señorita Steele y los ojos de Hyde se cruzan con los míos. Él está tratando de averiguar dónde me ha visto antes, pero inmediatamente se da cuenta que estoy aquí por la Señorita Steele, se fija en el coche y puedo darme cuenta que su rostro refleja contrariedad, ¿se te va el juguetito, cabrón? ¡Jódete, maricón! Espero a que la Señorita Steele me reconozca y en sus ojos veo mucho miedo, ella mira fijamente al coche. Me pregunto ¿qué coño le ha visto? Me doy media vuelta y el jefe la está mirando muy fijamente, casi como si le estuviera haciendo una radiografía. ¿Cuál es su maldito problema? Y entonces lo entiendo: está claro que la Señorita Steele ha perdido mucho peso durante los últimos cinco días. Bueno, ¿qué diablos quiere? ¿No puede ver que la pobre chica está loca por él y que estos días han sido muy duros para ella? ¿O qué necesita a Spock para hacerle una fusión mental vulcana? Quiero golpear mi cabeza contra el volante y absorber todo el aire del airbag hasta que me haga perder el sentido cuando le oigo preguntarle: _ ¿Cuándo fue la última vez que comiste? ¡Por el amor de Dios! Incluso se las arregló para meter la pata sin decir ‘hola’. ¡No!, ahora quiero golpear su cabeza contra el volante hasta que vea las estrellas, y luego dar una patada en su culo maldito y mandarle a la mierda. Pero la respuesta de la Señorita Steele me hace sonreír, con su linda cara intentando mantener al tipo a raya. _ Hola, Christian. Yo también me alegro de verte. ¿No Tomó nota? ¿Qué hay de tomarla en sus brazos y prometerle una ducha con pétalos de color rosa y utilizar un consolador de chocolate? Pero claro todo esto es demasiado romántico para el-señor-soy-cincuenta-sombras-de-mierda-tieso-como-un-palo-de-escoba-salido-de-Harvard. _ No estoy de humor para aguantar tu lengua viperina. Contéstame. Ella traga y se ve nerviosa. Demonios, y quien no lo estaría, cuando el equivalente humano del Old Faithful, la fuente termal de Yellowstone, está a punto de estallar y no en el buen sentido. _ Umm… un yogur al mediodía. Ah y un plátano. Empiezo a rezar a Jesús, María y José para que por favor alguien le tape la boca o que se lo trague de una vez. _ ¿Cuándo fue la última vez que comiste de verdad? Nop. Esto es un caso grave de indigestión, la próxima vez tengo que tratar directamente con el Todopoderoso. Arranco el motor y trato de ignorar las idioteces del jefe. Y ahora ese capullo de Hyde está saludando. ¡Joder! será idiota al saludar a un coche con los cristales oscuros, por Dios que alguien pase lista que aún quedan por aquí varios idiotas. El primero: el jefe. _ ¿Quién es ese? _ Mi jefe. ¿Pero quiere cambiar ya el tono y dejar de cagarla? Está a su lado el amor de su vida y prefiere tirar todo por la borda. ¡Al final le pido la navaja a la Señorita Williams! _ ¿Bueno? ¿Tu última comida? Cambia el tema de mierda, ¡me estás rayando! Finalmente se lo dice. _ Pasta alla vongole, el viernes pasado. El jefe ha conseguido por fin su respuesta y por su expresión veo las piezas rotas de un hombre que vi el sábado pasado cuando ella lo dejó, la ira y el coraje se refleja en su cara al darse cuenta que fue la última comida que compartió con ella antes de que se marchase. ¡Aprende, Grey! Esta es tu última oportunidad, aprovéchala. ¿Qué? ¿Quieres morir ahogado en tu soledad de mierda o por el contrario galopar hacia la luz, hacia la vida? Él le ruega diciéndole que debe de comer. ¡Mendiga, eso es bueno! A las mujeres les encanta cuando les rogamos. ¡Oh, Gail dámelo nena! ¡Ve a pedirle a los infantes de marina bebé! ¡Mente en el volante Taylor! _ ¿Cómo estás? Gracias, ¡joder! Finalmente una pregunta apropiada, de esas que se utilizan para comenzar una conversación. Mira sus manos y luego se las arregla para hablar. Su voz es tan silenciosa que apenas puedo oírla. _ Si te dijera que estoy bien, te mentiría. Ella no se ve bien. Su bello rostro está casi demacrado, sus ojos obsesionados con los recuerdos, no quiero imaginar nada. _ Yo, estoy igual, dice en voz baja. Te extraño. Me siento como un mierda gritando en un partido de beisbol cuando en el juego de los Mariners han puntuando un triple play o como si de repente, llegase a nuestra salita y Gail se me tirara como una pantera para devorarme. Estoy tan feliz, por fin se las ha arreglado para expresar una emoción que es real. Entonces él sostiene su mano. ¡Aleluya! Ella duda, en dejarla o soltarla. ¡Hostias!, estoy conteniendo la respiración de mierda y soy el maldito conductor. Si nos estrellamos ahora, Gail tendría mi culo. Bueno, ella ya lo ha tenido varias veces, pero eso es un cuento definitivamente para mayores de 18. _ Ana, por favor. Tenemos que hablar. ¡No!, estoy gritando en mi cabeza ¡Bésala! ¡Bésala! De una manera totalmente heterosexual, por supuesto. Cristo, si él no la besa pronto, voy a darle una copia de Gail de Noventa días de Genivieve y le marco el capítulo llamado “El Semental” ¡OTRA VEZ! Por último, finalmente él tira de ella y la sienta en su regazo, la besa el cabello y le dice que la ha echado mucho de menos. Empiezo a respirar de nuevo. ¿Quién creería que podía comportarse como un ser humano? Cuando llego al edificio donde está el helipuerto, las cosas pintan bien para el jefe, pero aún no está fuera de peligro. Todavía tiene tiempo de sobra para cagarla. Abro la puerta de la Señorita Steele y se desliza hacia afuera, sonriendo con esa linda sonrisa tímida que, por alguna extraña razón, me recuerda a Sophie. _ Debería devolverte el pañuelo. Ella es tan, increíblemente dulce, al menos sabe en lo que se está metiendo con Grey. Esta vez sí lo sabe. Es más fuerte de lo que parece, sólo espero que sea lo suficientemente fuerte para alejar toda la mierda del jefe. Creo, realmente creo, que sí lo va a hacer. _ Quédeselo, Señorita Steele, con mis mejores deseos. Sí, es dulce. Mira, aprende y toma nota, Grey. Y ella se sonroja. Maldita sea, ella es linda. El jefe me está echando un vistazo, pero no dice nada. Sabe que no tiene sentido en preguntarme. Soy como una tumba. _ ¿A las nueve?, me dice. _ Sí, señor. Observo como el jefe conduce a la Señorita Steele hacia el edificio. Están tomados de la mano y el calor que viene de ellos es suficiente como para resolver la escasez de energía de Nueva York. Ese viaje en el ascensor va ser cojonudo. Stephan sale del vestíbulo y entra por la puerta del pasajero. _ ¿Cómo te va, Taylor? _ Bien. ¿Y tú? _ Bien. ¿Y cómo está la deliciosa y encantadora Sra. Jones? _ Nunca lo sabrás, Stephan, y si vuelves a mencionar su nombre otra vez vas a salir volando y sin helicóptero. Se reclina el asiento y se acomoda. Por Dios, ¿está esperando bocadillos y refrescos? _ Así que, ¿qué pasa con Grey? Me han dicho que tiene una novia. ¿Es eso cierto? Porque yo siempre pensé que jugaba para el bando contrario. _ ¿Es eso lo que has oído? Pensé que estabas hablando desde tu experiencia, al ser su asistente de vuelo. _ ¡Ah, vete a la mierda, Taylor! _ No eres mi tipo. _ En serio, ¿es cierto? ¿Lo de la novia? _ ¿Por qué te interesa tanto? Se encoge de hombros. _ No es un mal tipo. Siempre he sentido un poco de pena por él, eso es todo. No, si el jefe no es un mal tipo, pero como ser humano es un maldito desastre. No respondo, por lo que sabe que es hora de cambiar de tema. Stephan estaba en Irak en el 2005, así que nos ponemos a darle a la lengua de los recuerdos entrañables de las moscas de la arena y la pudrición de la entrepierna. Cuando llegamos a Portland le dejo en la pista de aterrizaje para que pueda pilotar Charlie Tango de vuelta al campo de Boeing. _ Nos vemos, Taylor. Dale recuerdos a la Sra. Jones, me grita cuando ya está algo alejado. _ ¡Que te jodan, Stephan!, no le grito pero mi lectura de labios es bastante buena. Suena mi BlackBerry y escucho el tono dulce del jefe. _ Estamos en Le Picotin. Suroeste Third Avenue. ¿Qué? No tengo tiempo ni para una meada. Al final tendré que hacerlo en una botella. Por suerte, estoy cerca de un McDonald’s y me aprovecho de las instalaciones. Soy puro amor. El texto del jefe supone que espere fuera de este restaurante bonito. Ahora tengo la ubicación en la navegación GPS, estoy pensando en una cena íntima con la deliciosa Sra. Jones. Todavía estoy trabajando para que sea la señora Taylor, soy un hombre paciente. Y vale la pena hacer el trabajo, vale la pena hacerlo bien. Y a mí me gusta trabajar a la señora Jones. ¡Mierda! ¡Mente en el trabajo, Taylor! El jefe quiere hablar conmigo. ¿Y ahora qué? Pero cuando él me dice que necesita un poco de tiempo a solas con la Señorita Steele, me hago una idea. Tengo que ser el hombre invisible: sordo, mudo y ciego, pero de algún modo capaz de conducir la camioneta con tres de mis cinco sentidos bien. Voy a jugar a ser David Copperfield mientras escucho a Puccini. Elijo La Fanciulla del West, me recuerda a la señorita Steele. Lo estoy tomando con el mejor sentido del humor. Tengo mis auriculares con la música, pero viene a través del sistema de sonido del coche y no a través de mi iPod. Es demasiado peligroso, ya que tengo que ser capaz de oír el motor del coche. Esas personas que van a correr o andar en bicicleta escuchando música, son unos malditos locos. ¡No quiero oír eso de que se les han echado las cuatro ruedas encima! Locos de mierda. Grey me ha contratado para ser sus ojos y oídos. Él puede haber engañado a la señorita Steele, pero él sabe que yo sé que él sabe. A través de mi farsa fingiendo que no se les oye, todo para dar a la Señorita Steele una ilusión de privacidad. No hay ninguna, por supuesto, y si quiere ser parte de Grey, va a tener que acostumbrarse a esto. No tiene secretos para mí. En realidad no. No me malinterpreten, en realidad es un hombre muy privado, pero cuando él ha sufrido varias amenazas verificables en su vida y su cuenta bancaria es más grande que todo Texas, bueno, él necesita gente a su alrededor 24/7. Yo soy su persona. Simplemente. Él tiene una expresión decidida en el rostro, espero que la Señorita Steele se haya tomado una copa de vino en el restaurante. Si no es así, hay una botella de Tequila Oro en el maletero. Es un regalo para Gail, para su cuñado. Lo elegí especialmente, la hermana de Gail, Allison, odia el tequila. Soy tan atento. Pero entonces Grey me trae al momento, al presente de una manera que me deja totalmente pegado en mi asiento, sin poder mover ningún músculo cuando le oigo preguntar: _ ¿Tú quieres una relación vainilla convencional sin sexo pervertido ni nada? ¡Por los clavos de Cristo! ¿Acaba de decir eso? Casi estrello el auto. La Señorita Steele se ve tan sorprendida como yo, y eso es mucho decir. Y yo no era virgen hace menos de un mes. Yo realmente, realmente desearía no poder oír nada más. La chica se ruboriza y abre los ojos sorprendida por la pregunta, no puede creer lo que acaba de decirle. _ A mí me gusta tu perversión sexual. _ Eso pensaba. ¿Entonces qué es lo que no te gusta? Ella le dice que el rollo duro, el dolor que no pueda aguantar, la amenaza de un castigo cruel. ¡Stop, stop, stop, esto no puedo oírlo! Me doy cuenta de que estoy pisando más el acelerador, vuelvo a subir el pie disminuyendo a cien por hora, no estoy preocupado sobre si me pillan, a ningún policía le gusta multar un tipo ex-fuerzas. Mi atención está centrada en el asiento de atrás. El jefe se ha derrumbado completamente. Aceptó sin látigos, bastones o cinturones, ninguna de sus mierdas, y sin reglas. Quiero decir, que este tipo ama sus reglas, ya que le dan tener ese obsesivo control sobre todo. Pero él estos días ha estado completamente hundido, como si hubiera pasado un tanque por encima de él. Ahora él quiere volver a empezar, comenzar desde el principio, paso a paso… primero hay que aprender a andar para poder correr. ¿Y sabes qué? Este multimillonario tonto del culo, el mismo que nunca ha tenido una relación normal y que no sabe cómo tratar a una mujer, ha hecho algo inteligente en su vida, por fin. Se ha dado una oportunidad para el amor. Esto hace que sienta una jodida sensación cálida e indefinida para una noche fría. ~~~~

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