domingo, 1 de septiembre de 2013

CAPITULO 15 (TAYLOR)

Al final, no puedo soportar el silencio. Desaparecen en la sala de juegos del jefe y yo vago por los cuartos del personal. No sé lo que estoy esperando, tal vez la Srta. Steele se quede sin gritar. Al final, soy yo el que tiene que salir, la tensión es más que latente en el cuerpo. Me refiero a mi propio cuerpo.

Me acerco a Denny Regrade y le pido que llame a  Belltown, ahora. Es un corredor de apuestas. No es como Nitelite, un bar de categoría, simplemente estoy en un bar de deportes, no será de lujo pero por lo menos está limpio. Gail odia que visite estos lugares. Por alguna razón,  piensa siempre se va a terminar en una pelea. No voy a ser arrogante, bueno tal vez un poco, pero cualquier persona que quiera comenzar una pelea conmigo tiene que tener claro que no va a llegar hasta el final. De todos modos, tendría que tener en cuenta que meterme en una pelea, sería un maldito error por mi parte. En mi trabajo hay que ser capaz de saber cuáles personas son las que sólo se van de boca y las que son realmente peligrosas. Y soy jodidamente bueno en mi trabajo.

Realmente me gustaría sentarme en el bar, ver el partido de los  Marineros y darle a la lengua con una cerveza fría en la mano. Pero estoy de guardia esta noche, así que me quedo con el café.

Probablemente haya una docena de cafeterías que sirvan café mejor que  en este lugar. ¡Mierda! De hecho, el café es tan malo  que pienso que lo han hecho con el agua sucia de lavar los cacharros. Es como si a un tejón  le  han lavado el culo con el agua. Esto no se puede beber, ¡joder!

Ciertamente no mejora mi estado de ánimo cuando  me pregunto cómo sería  trabajar para un jefe normal y tener una vida normal. La verdad es que sé que no soy el tipo de persona que estaría feliz arrastrando mi cuerpo cansado a una oficina todos los días, de nueve a cinco. Yo creo que por eso no le gusto a la hermana de Gail, Allison,  ella piensa que no soy capaz de ser un tipo normal con una vida normal y, por  esas razones, no soy bueno para su hermana. Lo que me molesta es que ella podría estar en lo cierto.

A veces la vida con Grey me da una migraña de mierda, pero nunca es aburrido. Cierto, en muy raras ocasiones él es jodidamente aburrido, por lo general siempre tengo que estar en alerta con su seguridad. Hay casi siempre una amenaza de bajo nivel a tener en cuenta. En estos días Welch tiene la inteligencia fuertemente cosida, que estamos bastante por delante del juego. Pero eso no significa que sea el momento de bajar la guardia. Un tipo que es un multimillonario crea enemigos y un montón de ellos. Pero no es sólo eso, por ejemplo mira el caso de la Srta. Steele, nos ha jodido a todos la vida. No es que ella lo haga, pero al estar tirándose al jefe, al estar alrededor de su polla, todos los que trabajamos para él tenemos que alinearnos y seguir el jodido juego del jefe.

Al menos Gail  esta noche está en  casa, definitivamente algo que espero con interés. Sólo ha salido para comer con sus hermanas, y pasar juntas la tarde. Espero no haber salido en su conversación.



Poco después de las 6pm me dirijo de nuevo a Escala para obtener el informe de la situación.  Tengo tiempo para una ducha rápida y afeitarme y ya estoy preparado, estoy sentado  en el sillón de mi oficina, mirando el circuito cerrado de televisión desde el último par de horas. No hay nada que informar.

Siento que alguien me mira y volteo y veo de pie a Grey en la puerta.

_ Señor.

_ Me gustaría salir a las 19:30, Taylor. No va a ser una noche larga, la Srta. Steele tendrá que ser llevada a su casa después de haber cenado con mis padres.

Él hace una mueca y no sé si es porque la cena con su gente no es de su agrado o porque la señorita Steele no se quedará en la noche. ¡Vaya, lo tiene mal, muy mal!

Él se aleja como si no supiera que hacer consigo mismo o con su nueva compañera de juegos, supongo que  el aguante de  la Srta. Steele no está a la altura. Conociendo al jefe, y mira que lo conozco, él va a hacer que ella firme cuatro sesiones de sesenta minutos con un entrenador personal, así es como podrá follarla sobre una media semi regular. Tal vez debería alistarse en la Infantería de Marina, sería más fácil para ella.

Media hora más tarde oigo el sonido de Dean Martin resonando fuera de la habitación principal y sé que vuelve a estar de buen humor otra vez. Vaya, el tipo cambia su estado de ánimo más que los precios en un supermercado. El combo de música relax suele ser su música preferida cuando está de buen humor. A Gail le gusta Dean Martin y Rosemary Clooney, pero yo soy más de Frank. Aunque nadie puede vencer a Elvis, en sus días pre Vegas por supuesto.

Oigo el sonido de Witchcraft de Frank Sinatra a la deriva a través de los altavoces. Estoy en mi sitio esperando y puedo ver al jefe que abraza y se mueve con la Srta. Steele mientras bailan. Yo no soy muy buen bailarín, no soy de moverme al compás de la música, moverme con mi chica es más lo mío. Gail le gusta bailar, ella me dice que es la única área en la que la decepciono. Yo sé que ella está bromeando pero me escuece sus  comentarios. Así que soy sensible, ¿quién sabe?



Él se inclina para besarla y le susurra algo que la hace sonreír. Es un trabajo extraño ser personal de seguridad de alguien,  las cosas que vemos y oímos, tenemos que fingir que uno es sordo, mudo y ciego. Por lo menos, el jefe no espera que yo actúe como un idiota. Menos mal porque algunos jefes no pueden soportar que el personal tenga cerebro.

Él levanta la mirada y asiente con la cabeza hacia mí. Esa es mi señal para ir a traer el SUV a la puerta principal. Antes de que pueda salir a abrir la puerta para ellos, el jefe me ahorra el trabajo. Se asegura que la Srta. Steele esté bien atada.  Apuesto a que le gusta es, al  hijo de puta pervertido.

Al principio todo parece ir bien, pero luego están los cambios de expresión del jefe y cuando  miro por el espejo retrovisor, lo veo mirando por la ventana, con el ceño fruncido. La chica se ve nerviosa, mordiéndose el labio y mirando fijamente cada pocos segundos. Pobre niña, parece como si estuviera a punto de ser interrogada por el FBI y él la está ignorando por completo.

Realmente deseo que me hubiera pedido algo de música, pero no puedo interrumpir todos los pensamientos que están cruzando en la parte de atrás.

Al final, el silencio incómodo se hace demasiado para la chica y le pregunta donde aprendió a bailar. Se la queda mirando por un momento y luego dice:

_ ¿De verdad quieres saberlo? A la Sra. Robinson le gustaba bailar.

Por un momento no adivino que quién está hablando, pero entonces me doy cuenta. La Sra. Robinson es Elena Lincoln. Buen nombre para la perra. Parece que tenía razón sobre el alcance de su relación con el jefe. Siempre he sospechado, pero ahora lo sé con certeza. Lo vi bailando con ella en el apartamento una vez. Sí, todo esto tiene sentido y la Srta. Steele sabe de ella. Realmente he subestimado a esta chica Steele, ella sabe de qué pie cojea el jefe, por así decirlo. Y si él le cuenta sus secretos, es que debe ir  en serio, como dijo Gail. Y, seamos sinceros,  él tiene  enormes y jodidos secretos que esconder.

El jefe parece como que él hubiera deseado mantener su boca cerrada. Esa canción de Sinatra estaba en lo cierto, él está  bien embrujado. Lo tiene mal. No sé por qué eso me molesta. Tal vez porque es bastante impredecible, ni que añadir un enfermo en el juego del amor, podría explotar como un volcán.  O tal vez, y esto es un maldito secreto a nivel superior, tal vez es porque me siento protector de esta chica. No, eso es una tontería. Esto sólo es un maldito trabajo. Y hay muchos más puestos de trabajo por ahí si éste se va a la mierda.

La niña está mirando por la ventana y yo diría que sus pensamientos no son felices. El jefe le susurra algo mientras le agarra su mano y se la besa. Es un gesto muy dulce. No me jodan, que ahora el jefe va a estar viendo películas de Julia Roberts y la de ese inglés maricón con flequillo, ese que fue arrestado porque  lo estaba mamando una prostituta, no todos los romances son cursis. A Gail le gusta ese tipo de películas, es su único defecto. Pero infiernos, ellas hacen su efecto también, así que no me voy a quejar.

Bien, parecía como que el jefe estaba siendo romántico, pero luego comienzan hablar sobre unas bridas y la chica se pone roja como la remolacha.

He conocido a unas cuantas mujeres de mi tiempo y tengo que decir que ninguna de ellas se ha encendido de esa forma al susurrarle la palabra brida en su oído. Las mujeres son raras.

Unos minutos antes de las 20:00 cruzo en el camino de entrada de la casa de los Grey. Han mejorado la seguridad desde que empecé a trabajar para el jefe, pero sigue siendo un lugar de fácil alcance si sabes lo que estás haciendo.

_ ¿Estás lista para esto?, le pregunta.

Pero yo diría que de los dos es él, el más nervioso. Supongo que saber, claramente, que tus padres  han asumido  que eres  homosexual debe ser muy duro, o simplemente jodidamente divertido, dependiendo de tu punto de vista.

Entonces él le dice algo que hace que se sonroje de nuevo. Estoy realmente contento por no saber lo que le dijo.

Muevo mi cabeza y tomo el coche para aparcarlo a la vuelta, la rutina habitual. Incluso desde esa distancia puedo oír los gritos de la señorita Mía Grey como un marine borracho en la noche de paga. Esa mujer es droga dura.

Me dirijo a la cocina y a toda velocidad como un poco de chorizo ​​y vieiras. Está bueno, pero no tan bueno como la de Gail.

Creo que he sido muy rápido, pero no lo suficientemente rápido. Estoy de espaldas a la puerta, siento algo que no me gusta nada…

_ Hola, Taylor, me saluda la Srta. Mía Grey con un tono muy suave, nada que ver con su habitual voz chillona.

Ella camina hacia mí y yo hago una evaluación rápida de las posibles salidas, no descarto cavar un túnel a través del suelo de la cocina. Sus ojos grandes están tristes ahora, entonces ella pone su mano en mi brazo y cuando me dispongo a tomar una acción evasiva, la escucho decir.

_ Esto… realmente lo siento.

Ella me mira como si mi perro se acabara de morir.

_ Sé que debe ser difícil para ti. Sólo espero que sepas que  pase lo que pase, de verdad, pase lo que pase siempre voy a estar agradecida por la forma en que has cuidado de mi hermano. Estoy seguro de Christian realmente se preocupa por ti… a su manera.

¿Qué carajo?

_ Te voy a dar un momento…

¿Qué carajo?

Entonces ella me da una palmadita en el brazo de nuevo y se va, mirándome, como para comprobar que no me estoy cortando las venas. Me quedo sentado con mi mandíbula en el suelo.

¿Qué carajo?

¿Ella…? ¿Dijo…? ¿Era eso…? ¿Es ella? … ¿Qué carajo? ¡NO soy el puto NOVIO del jefe! ¡De ninguna manera!

A continuación, Gretchen, ayudante de la familia  Grey, entra en la cocina. Ella tiene una cara como un bulldog masticando una avispa.

_ ¡No puede estar hablando en serio! A él le gusta…no puede ser en serio. ¡Le gusta ella! ¡Ella! ¿Esa cosita insignificante? ¿Esa poca cosa? ¡Christian merece algo  mejor que ella!

Gretchen me echa un vistazo.

_ Lamentable, Jason. Sé que realmente le gustabas, también. ¡Bien, entonces no soy el único que no se está tomando esto bien, pero ya he tenido bastante de esta mierda!

_ ¡Gretchen, se puede tirar al equipo de los Marineros  completo, por lo que a mí respecta. ¡YO NO SOY GREY, quiero decir GAY!  ¡YO NO SOY GAY! ¿De acuerdo? ¿Bien? ¿Entendido? Tan recto como una regla de mierda.

Entonces su cara se suaviza y hasta parece dulce, si eso fuera posible.

_ Vale, Jason. Nadie se preocupa en estos días.

Por lo general no soy una persona con un rápido temperamento, soy más de los que se van quemando lentamente, pero esto es todo lo que me faltaba al final de un jodido día de mierda.

_ ¡Escuche, señorita! ¿Quiere que la folle sobre la mesa y se lo demuestre?

Aparece un extraño destello en sus ojos y un gesto especulativo en su cara. Eso es todo, me voy de aquí.

Voy cabreado, muy cabreado hacia el coche, intentando que no me dé una aneurisma. Me siento en el coche silenciosamente echando humo. Necesito escuchar algo de música para calmarme.

¿Queeeeeeeeé?

Toda la recopilación de los éxitos de los años setenta de ABBA están sonando, pero que sucede hoy, el universo conspira en mi contra. ¡VETE A LA MIERDA!, le grito a la radio. Realmente estoy furioso, bastante furioso. Lo único que podría calmarme en estos momentos es pasar un largo tiempo con Gail.

De repente un grito suena en el aire de la noche, salto fuera del coche con el arma en la mano, entonces veo que el jefe cruza por el patio con la Srta. Steele sobre su hombro. Me tomo un segundo para respirar profundamente antes de que las quemaduras de adrenalina se vean sobre mi piel. Me dirijo hacia el coche agotado, parece que me ha pasado por encima una manada de elefantes.

¡Joder! Realmente tengo que conseguir otro trabajo. Veinte minutos más tarde recibo un texto del jefe para que lleve a la entrada principal el coche. La amiga rubia  de la Srta. Steele se marcha con el hermano de Grey, ellos necesitan conseguir una habitación, lo llevan escrito por todas partes. El jefe y la Srta.  Steele están asquerosamente acaramelados. ¡Infiernos!

Abro la puerta para la Srta. Steele, llevando puesta mi cara de que no escucho nada, no veo nada.

El jefe me mira relajado. Entonces estoy seguro, en ese paseo, de  conversación nada,  es una maldita máquina de follar.

_ Bueno parece que también le has caído bien a mi familia, le comenta.

_ ¿También?, le mira confusa. Creo que te has visto obligado a traerme.

Y por una vez, pienso que no he sido el único que ha pasado una mal rato esta noche.

El jefe está muy sorprendido, y puedo ver por qué. La chica no tiene ni idea de cómo, realmente, es él.

Lo cual, supongo, no es irrazonable porque, seamos sinceros, la idea del jefe de cortejar a una mujer consiste en reunirse a firmar un acuerdo de confidencialidad, para luego firmar un contrato de qué mil formas retorcidas se la puede follar, para luego darle bien duro los fines de semana, mientras está atada a una cama con bridas. Eso tiene que ser más que un poco confuso, ¡mierda!

_ No te preocupes por Taylor. Habla conmigo, dice.

No, por favor no se preocupe de mí, su chófer tiene los ojos, la boca y los oídos cerrados.

_ Sí. Pensé eso. Y otra cosa, solo mencioné Georgia porque Kate estaba hablando de Barbados. No he tomado una decisión.

¿Georgia?

_ ¿Quieres ir a ver a tu madre?

_ Sí.

¡Por supuesto que sí! ¡Está saliendo con el Rey del Dolor!

_ ¿Puedo ir contigo?

¡Fuuuuck! A punto he estado de estrellar el coche. Sólo me he desviado alrededor de esa zarigüeya, jefe.

_ Umm… No creo que sea una buena idea.

_ ¿Por qué no?

_ Tenía la esperanza de un descanso de toda esta intensidad, para tratar de pensar las cosas.

_ ¿Soy demasiado intenso?

¡No jodas, Sherlock!

Estoy asombrado y más que un poco aliviado al oír risas en la Srta. Steele. Sí, ella se ríe de él. Eso te va a gustar Gail.

Pero de pronto la conversación se oscurece de nuevo y yo realmente temo por lo que siente el jefe. Él está allí por esa chica y parece que ella está teniendo segundos pensamientos. Grey, ciertamente, así lo cree.

_ Háblame, Anastasia. No quiero perderte. Esta última semana…

Y sé lo que quiere decir, pero no puede llegar a pronunciar las palabras. Ella merece otro mundo y él no sabe salir del suyo. No  sabe cómo evitar caer.

Lo siento, amigo. No hay paracaídas para ese viaje. Confía en mí, lo sé.

Ella mira hacia abajo y por un minuto horrible creo que ella va a decirle que se acabó. Pero estoy equivocado. Una vez más.

_ Sigo queriendo más, susurra ella.

Y en ese mismo instante sé que Gail tiene razón. Ella lo ama y no es por las cosas que pueda darle. En aquellas pocas palabras ella le ha dicho que quiere más de su corazón, más de su amor, más de él. La pregunta es: ¿puede él darle eso? Hay un largo silencio y ella no es la única que espera para ver como esto llega a su fin.

_ Por ti, Anastasia, lo intentaré.

Luego ella se sube en su regazo y lo besa. Miro fijamente todo derecho en el camino y de repente me doy cuenta de que he estado conteniendo mi aliento, también. ¡Para, ¡joder! esto es solamente un trabajo, Taylor!

Cuando ella le dice que firmará el contrato, él le contesta que lo firme a su regreso de Georgia, que se lo piense mientras está lejos. Tal vez, aún, hay esperanza para este follador retorcido.

Y supongo que lo que va a decir a continuación, son las palabras que toda mujer quiere escuchar, pero…

_ Deberías ponerte el cinturón de seguridad.

¡Qué idiota!, sacudo mi cabeza. Nada. No hay ninguna esperanza para él.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

déjanos un comentario ...