domingo, 6 de octubre de 2013

CAPITULO 8 (SEGUNDO LIBRO TAYLOR)

Una proposición indecente El jefe está al borde de la perdición, y yo voy detrás de él. Ana se ha ido sin permiso, vista por última vez en dirección norte con el chico Kavanagh. Ella dejó su celular y su bolso y todavía tengo las llaves de su apartamento. Pero eso no quiere decir que es imposible de encontrar, no para mí. _ Señor, ¿tiene el número de teléfono del móvil de Kavanagh? Él se voltea y me mira fijamente y puedo ver que la pregunta penetra lentamente a través de su miedo de que Ana se haya ido, que ella finalmente lo abandonó. _ No, pero él la llamó por teléfono por lo que el número aún debe estar gravado en su celular. Vamos por su teléfono al mismo tiempo, pero dejé que el jefe lo agarre primero. Reconozco que tiene que hacer algo. Él se desplaza a través de sus llamadas y luego marca. Después de un segundo deja caer el teléfono sobre la mesa. _ ¡Mierda! Su celular está apagado, dice con amargura. Irritante, pero no es un problema: un poco como el propio jefe. _ Voy a buscar a Welch para que trate de rastrearlo pero va a tomar un tiempo organizarse, le digo. _ Vete a la mierda, ¡sí! Hazlo como tú principal prioridad. Como si es jodidamente necesario que me lo diga. Es un mito que no se puede seguir a alguien si su celular está apagado. Habría que quitar la maldita batería para que eso sea así. Algunos secuestrados han sido localizados a través de su celular aún apagados. De hecho, es un mandato federal que los celulares puedan convertirse en GPS capaz de que los operadores del 911 logren localizar las llamadas de emergencia. Sí, y apuesto a que el tipo que te vendió el celular no te dijo eso. Las compañías de telefonía celular te pueden encontrar en cualquier momento que deseen. Welch solo lo que tiene que hacer es enviar una señal al celular de Kavanagh, algo así como toque de eco-localización. Entonces tendremos la longitud y latitud con una precisión de unos pocos metros. Por supuesto que se necesita el tipo de interfaz de software que no es barato, pero Welch lo tiene. Sólo le llevará un tiempo. Sí, y es un poco ilegal, sin autorización especial de documentación, o una orden judicial. Bueno, todo esto es muy ilegal. No es que me importe un carajo: Supongo que por eso me echaron de los Boy Scouts. O podría haber sido debido a esa cosa con las Chicas Scouts. A pesar de saber que vamos a localizar a Ana en una hora, la energía del jefe maníaco es irritantemente severa, mierda. Me siento aliviado de seguir las instrucciones de Welch y meto la cabeza en un bar justo enfrente del apartamento de Ana. Pero entonces la veo con Kavanagh y ella está dando vueltas alrededor como Bambi en patines. Decido no interceptar, sólo asegurarme de que está a salvo. Veo que se arrastran de nuevo a Escala y yo discretamente los adelanto, para llegar unos minutos antes que ellos. Llamo a Grey para darle la noticia de que ella está en camino de vuelta, y permanezco en línea antes de colarme al apartamento y me escondo detrás de las plantas de una maceta. Bueno como si fuera Grey, ¡yeap! Formado para el acoso y el espionaje. Oigo que las puertas del ascensor se abren y me acomodo de manera que pueda intervenir en caso de que el jefe supersónico golpee en los primeros segundos. Justo en ese momento Ana tropieza en la habitación principal con síntomas de estar medio ebria. Doy un suspiro de alivio con la esperanza de que el jefe no vaya a lanzar el celular contra la pared. Estoy pensando en cómo detenerlo. Al teléfono no, al jefe: no viene con un manual de usuario y si así fuese, es jodido leerlo: está en vulcano. _ ¡Ella está aquí! Gruñe a través del teléfono que ha sido el cordón umbilical unido a él desde que le dije que Ana se había ido. Y luego dulces palabras salen de sus labios. ¡Joder! _ ¿Dónde diablos has estado? Nada. Nada que aprende. _ ¿Has estado bebiendo? Suena horrorizado. No sé por qué. Diablos, él es afortunado de que Ana no se auto medique con más frecuencia. _ Un poco, ella le responde. Ella está a salvo: eso es lo que importa. Me retiro a la oficina y le doy la feliz noticia a Welch, sin modificaciones, así que puede cancelar la búsqueda. Aunque sospecho que una batalla está a punto de tener lugar en la sala principal. Realmente… realmente no quisiera estar allí. Yo me escabullo para reencontrarme con Gail. _ Hey, nena. Ana ya está en casa. _ ¡Oh, gracias a Dios! El señor Grey debe haber estado fuera de sí. _ Cariño, que nació fuera de sí y acaba de salirse más. _ Eso no es justo, Jason. Ya sabes lo mucho que se preocupa por Ana. _ Lo sé, pero a veces no estoy seguro de que lo que él le dice a ella sea lo correcto. Y después de lo que ha pasado esta noche… “ Gail suspira. _ Tienes razón en eso. Oh cielos. Me dirijo a la nevera y doy caza a una cerveza. Definitivamente estoy sintiendo la necesidad de la automedicación después del día que he tenido, también. No quiero detenerme en contarle a Gail lo que pasó con Leila, es demasiado doloroso. Y sé que voy a tener que afrontar las consecuencias de permitir que ella haya entrado al apartamento de Ana. _ Gail, realmente estoy jodido hoy. Muy mal. _ Jason, hiciste todo lo posible: no es tu culpa que Leila llegó al apartamento de Ana. ¿Qué se supone que debes hacer? ¿Qué podrías haber hecho que no hiciste? Por favor, dime. _ ¡Debí haberla detenido! _ Eso es lo que tú dices. A ver estoy esperando que me digas cómo. ¿Cómo se supone que tienes que saber que tenía una llave? ¿Cómo se supone que vas a ver el apartamento 24/7? _ ¡Yo debí haber pensado en cambiar las cerraduras de mierda por lo menos! _ Y eso simplemente habría hecho asustar a Ana y ¿quién dice que Leila no habría conseguido una copia de esa llave? _ Yo debería haber… Pero quiero cambiar mis palabras de enojo por un beso. Quiero que me distraiga. Quiero arrastrar mis pensamientos alterados fuera de este torrente de mierda, pero no puedo. Pongo mis manos en su cintura y tiro de ella. _ Gail, voy a renunciar. Le diré a Grey que me voy mañana. _ ¡Jason, no! _ Tengo que hacerlo, bebé. Me descuidé, no advertí el peligro. Ana podría haber sido herida, peor que eso, pudo haber sido asesinada. Se supone que debo ser la seguridad de mierda. ¿Qué tan seguro ha estado Grey? ¿Qué tan seguro ha estado Ana? La cagué. Yo sólo quiero saber si… ¿quieres venirte conmigo? Joder, no me gusta esto nena, pero tú eres mi vida, no me puedo ir sin ti. _ ¡Oh, Jason! Por favor, no hagas eso, eres un buen hombre, un gran hombre, y el señor Grey no va a encontrar a nadie tan leal como tú. Pero tú eres un ser humano, no eres una maldita máquina y sólo eres un hombre. Simplemente no puedes estar en todas partes las 24 horas del día. Welch tuvo más de una docena de personas que trabajaron para encontrar a Leila, no pudieron encontrarla con todos sus recursos. ¿Cómo se supone que debes hacer algo diferente? Querido hiciste todo lo que pudiste. El Sr. Grey y Ana lo saben. Tú no puedes dejarlos ahora que más te necesitan. Más que nunca. Yo te necesito. Niego con la cabeza. Sus palabras tienen la intención de calmarme, lo sé, pero ella no entiende. No me puedo quedar. _ Me tengo que ir, Gail. Estoy demasiado lejos, para él, para ella, para los dos. He pensado las cosas, una y otra vez. No sé, tal vez necesito un cambio de mierda. Lejos de toda esta locura. Ella sostiene su mano en mi mejilla y mi cabeza se hunde en el cuello cálido y suave. _ ¡Jason Taylor testaduro! ¡No te atrevas a renunciar a mí ahora! Y ella me da una palmada en el pecho duro. ¡Vete a la mierda, eso ha dolido! Doy un paso atrás y me froto los ojos con cansancio. _ No voy a renunciar a ti, nena. Tú eres la única cosa buena que tengo a mi favor. Pero no puedo hacer esto más. Muevo mi mano alrededor, indicándole el departamento, Grey, todo esto. _ Tú eres un cobarde. _ ¡Por el amor de Dios, Gail! ¡No me estás escuchando! ¡No puedo seguir con esto! _ ¿En serio? Deja de ser una reina del drama. ¿Acaba de llamarme…? _ ¿Qué quieres decir? _ Jason: hace cuatro años que has trabajado para el señor Grey. ¿Se ha filtrado alguna palabra acerca de su estilo de vida um… inusual? ¿Ha estado alguna vez en peligro por un acosador? ¿Alguna vez la prensa logró acercarse a él sin su permiso? No te molestes en contestar, porque ambos sabemos que la respuesta es no. Una gran parte se lo debe a ti. El señor Grey te eligió por su estilo de vida, que es extremadamente peligroso dada su presencia pública y su posición en el mundo de los negocios. Has movido cielo y tierra para protegerlo. Pero fue el señor Grey quien trajo a Leila Williams a su vida y a su casa, fue el señor Grey quien decidió mantener la seguridad discreta para Anastasia, a lo largo de todo esto, a través de lo que llamamos ‘locura’, la única constante que ha tenido, con la única persona que ha contado es contigo Jason. No con el Dr. Flynn, no con su familia, y desde luego no con esa mujer Lincoln, ha sido contigo. Si te vas ahora, lo estarás defraudando. _ Gail… _ Por amor de Dios calla y escúchame por una vez, tú eres maravilloso, molesto, irritante, ¡estúpido, estúpido! Oh, ¡ay carajo! _ ¿Soy doblemente estúpido? _ Esa es una estimación conservadora, Jason. Mira, estoy segura de que si le hablas de ello al señor Grey va a estar horrorizado por la idea de dejarlo. Nunca estará de acuerdo contigo. _ ¡Él buscará otra opción de mierda! _ ¡Oh, mírate Jason! No eres perfecto, nunca lo fuiste. Como si yo no supiera eso. Es un secreto a voces, Jason. _ Gail… _ Y si tú estás de acuerdo en postergar esa conversación con el señor Grey, entonces voy a estar de acuerdo en casarme contigo. ¡Guau!, eso se oyó raro. Yo podría haber jurado que ella acaba de decir que se casará conmigo. ¿Tengo queso en mis oídos en lugar de cera? Es como escuchar un vocabulario malo que es tan malo como, digamos, lo que sea. _ Espera, ¿qué acabas de decir? _ Te quiero, Jason. Te amo más que el sol y el aire y quiero pasar el resto de mi vida contigo. Fijo la mirada en ella, completamente mudo. Sí, lo sé: me caí del árbol estúpidamente y golpeé todas las ramas hasta el fondo. Luego volví a subir y lo hice de nuevo, sólo para estar seguro. Por favor, por favor, dígame que he oído bien. Dios, me encanta esta mujer tanto, yo la quiero muchísimo: hoy, mañana y siempre. _ ¿Por qué ahora? Yo balbuceo la pregunta, pero lo necesito saber. Te he preguntado mil veces si te casarás conmigo y siempre has dicho que no. Ella me sonríe suavemente, con sus profundos ojos azules que brillan con amor. _ Esta noche te tenía que decir que sí. ¿Por qué, estás dudando? _ ¡Vete a la mierda no! _ Eres tan elocuente, Jason. _ Sí, lo sé, cariño. Y luego me besó. Sí, yo estoy completamente estúpido. Sus labios son cálidos, suaves y húmedos, ella es como una droga maldita para mí. Por mucho que ella me da, yo quiero más. Siento que mi corazón hinchado y feliz va a estallar a través de mi caja torácica, ella se aleja, sin aliento, y apoya su cabeza en mi pecho. _ Voy a hacer cualquier cosa, cualquier cosa para hacerte feliz, bebé. _ Ya lo sé, Jason. Es por eso que dije ‘sí’. En este momento quiero ir a ver a Ana y al Grey señor. _ Bueno, yo… ¿Qué? ¿Quieres que… qué? ¡Yo no voy para allá! Es como pedirme que vaya a ver el poco humo que sale del Monte St. Helens. El jefe debe estar en estado híper-impulsor por ahora. ¡De ninguna manera! _ ¡Jason! Es la primera cosa que te pido que hagas… Ah, ¡demonios!: Yo sé a dónde va esa frase. Es mi culpa amar a una mujer inteligente. _ Está bien. Bien. Voy a ir a ver. Pero si vuelvo con mi culo pateado a través de mis dientes delanteros, que he pagado al odontólogo. _ Jason, el señor Grey cubre nuestro seguro dental, así que no tienes nada de qué preocuparte. Ahora anda a ver si están bien. Vago hacia la sala principal, mi cerebro todavía en el fuego con el conocimiento de que Gail dijo que sí por fin, por fin aceptó mi propuesta, un día no muy lejano ella realmente va a ser mía. Y entonces oigo a Ana gritar. Oh, a la mierda. _ Oh, por el amor de Dios – ¡no! ¡Yo no me voy a ir! Ana está gritándole a Grey. Creo que a él le gusta porque no está gritando de nuevo. Raro… _ ¿En serio? _ ¿Qué puedo hacer para hacerte entender que no voy a correr? ¿Qué puedo decir? Bueno, no se han matado entre ellos, ni tampoco han llegado a la otra fase… digo a la… tú me entiendes… a la rizada. Ellos no me necesitan así que voy a esconderme en las sombras. _ Hay una cosa que podrías hacer, susurra el jefe. ¿La danza de los siete velos en una correa de cuero? ¿Tortura china con agua en una parte íntima de su cuerpo? _ ¿Qué? Ella le gruñe a él. Ella va a pedir y lo va a lamentar. _ Cásate conmigo. QUÉ… QUÉ… LO ¿OÍ BIEN CARAJO? ¡Ese hijo de puta de mierda! ¡Esa es mi línea de mierda! ¿Y cómo es que el puto mundo dejó de girar y yo soy el último en saberlo? Me voy de nuevo a los cuartos del personal seriamente cabreado. _ ¿Y bien?, Dice Gail, con las manos en las caderas, mirándome toda linda y mandona. _ Ellos están bien. _ ¿Estás seguro? _ Así es. _ Bueno, ¿qué estaban haciendo? ¡Jason! ¿Qué ha pasado? Dime. Yo sé que hay algo que no me estás diciendo. _ Grey le pidió a Ana que se casara con él. Ella toma una respiración profunda y una sonrisa enorme estalla. _ ¿En serio? _ Sí, él estaba de rodillas. _ ¡Oh, eso es tan romántico! _ Yo no sé nada de eso: ella estaba de rodillas, también. _ ¿Perdón? ¿Ana estaba de rodillas, también? ¿Los dos estaban de rodillas? _ Sí, tal vez perdió un lente de contacto. _ ¡Jason! Ellos no usan eso. ¿Qué estaba haciendo? _ ¡Hey! No sé, Gail, que sé yo ¿buscando el centro de la Tierra? Gail me ensarta con una mirada. _ ¿Qué te pasa? ¿Por qué estás tan molesto? Ah, demonios. Pagar o jugar. _ Tú finalmente llegas a decirme que sí, lo cual me hizo pensar que el mundo estaba a punto de terminar, y entonces el jefe va y que jodido se copia de mí. Gail comienza a reír. _ No puedo saber si ha copiado tu conducta Jason, pero yo no me acuerdo que tú te hayas puesto de rodillas. Levanto una ceja. ¿Estás segura de eso, cariño? Ella se sonroja. _ No, tú me pediste que me casara contigo. Esto es cierto. _ ¿Estás de mal humor, Jason? Quizás. _ ¿Estás haciendo pucheros, Jason? Ella me conoce. _ ¿Quieres mejor que te dé un beso? ¿Qué comes que adivinas? ~~~~

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