miércoles, 16 de octubre de 2013

CAPITULO 10 (SEGUNDO LIBRO TAYLOR)

Ana va ir a ver al siquiatra del jefe después de trabajar, no sé si es valentía o el deseo de sondear en las profundidades de la cordura. Entonces se me ocurre una tercera opción: Ella se está enloqueciendo bajo la presión de salir con el  chico  del póster de Abuso de Sustancias y Servicios de Salud Mental, SAMHSA. Supongo que podría funcionar; el jefe sabe que cualquiera que salga con él debe estar medio jodido.
En efecto, trabajar para Grey debería venir con una advertencia de salud. Está bien… está bien… si fuera así, me aburriría con toda esa mierda de trabajos típicos sobre seguridad personal, la clase de trabajo donde pasas la mayor parte del tiempo sentado en tu trasero, el cual comienza a adaptarse a la forma de tu asiento. Sin embargo un día de calma a la  semana, no vendría nada mal.
Yo había pensado que cuando encerráramos a Leila Williams las cosas se calmarían, pero ahora ese hijo de puta de Hyde está poniendo a mi cerebro a hacer ejercicios.
En primer lugar, tuvo suerte de que no capé al hijo de puta. Cuando vi a Ana, tuve un momento real de Don Corleone y seriamente quería cortar las bolas del bastardo y hacérselas comer. Jejeje, albóndigas. Por Dios, estoy tan gracioso que me estoy riendo de mi culo. No, espera, todavía está allí. Uff,  Debo estar perdiendo mi toque.
Pero cuando el jefe vio a Hyde en el piso de la recepción de SIP, podría decir por la mirada en su cara, que estaba teniendo el mismo tipo de pensamientos homicidas que yo. Y eso fue lo que me impidió darle más que patadas a la mierda de Hyde: la expresión de la cara de Grey. Yo sabía que tenía una oportunidad de detenerlo antes de que él matara al hijo de puta con sus propias manos y sonriendo mientras lo hacía. Esto no es una exageración: sólo he visto ese tipo de furia silenciosa, asesinan una vez y luego no se detienen, si Grey hubiera comenzado, no se habría detenido. Fue jodidamente aterrador, y yo no soy marica.
Pensé que había terminado con Hyde esa noche, pero entonces Barney se acercó con toda esa mierda que encontró en la computadora del violador. En las últimas semanas, ha estado acechando directo al jefe en línea. Es decir, los datos que él consiguió rápidamente son impresionantes, si no fuera un violador dijera que lo que quería era el culo de Grey. El punto es que Hyde no es tonto, por mucho que me gustaría creer lo contrario. La información que ha adquirido sugiere alguna estratagema a largo plazo. No me gusta eso, yo realmente no me puedo quedar tranquilo en lo absoluto.
Por el momento, Welch tiene los ojos y oídos encima de Hyde. Todos estamos esperando que desaparezca, junto  con el poco buen culo que le queda, pero algo me dice que no va a suceder. Puedo olerlo, como un sexto sentido. O tal vez ese es uno de los cinco: lo que sea. Tengo una mala vibra con todo esto. Eso me hace enojar. Así que por ahora, Welch tiene que estar concentrado vigilando a Hyde.
Sorprendentemente, Ana no parece traumatizada por lo que le pasó. Es una chica resistente. Me recuerda a Gail. Probablemente porque Ana fue capaz de aguantar y no sufrir pasivamente. Una muchacha de 21 años, con poca estatura, unas 110 libras, logró bajar a ese idiota.  Yo no podría haber estado más orgulloso.
La próxima vez que llegue a pasar el fin de semana con Sophie, le voy a mostrar algunas medidas de precaución, en caso de que algunos niños de otros grados quisieran meterse con ella.  Hay que empezar a prepararla con tiempo, antes de que algo suceda, es mi opinión. ¿A los siete años estará demasiado joven como para comenzar un entrenamiento? No, yo la puedo entrenar para su edad, es mejor enseñarle un poco de autodefensa.  Su madre lo odiará porque pensará que seguramente va a joder a todas sus muñecas Barbie, claro si se parece en algo a su padre. No es que yo tenga muñecas Barbie, yo soy más un tipo GI Joe.
Pero por ahora, tengo la noche libre, sin nada que hacer más que recordarle a Gail por qué ella aceptó casarse conmigo. Y todas las cosas que planeo hacer con ella. Decisiones, decisiones.
_ Hola cariño, ya estoy en casa, digo en voz alta, quitándome la corbata cuando me paseo por los cuartos del personal.
_ Sí, querido. Tengo la pipa y las zapatillas voy enseguida.
Maldita sea, me encanta esta mujer. Hmm, tal vez ella estaba bromeando acerca de la pipa y las zapatillas. Primero yo no fumo, ¿y las zapatillas? ¿Sueno como si fuera un hombre que usa zapatillas? Puessss
_ Algo huele bien, nena.
_ Lasaña y ensalada. Tienes diez minutos para tomar una ducha.
Tengo una idea mucho mejor de cómo puedo pasar esos diez minutos. La rodeo con mis brazos alrededor de su cintura y le doy un beso en el cuello de la nuca.
_ ¡Jason! ¿No vas a la ducha?
_ No, nena. Más tarde. He estado pensando en ti todo el día,  señora Taylor y creo que deberíamos entrar, y pecar tanto como sea posible antes de que seas legalmente mía.
Ella se aleja de mí un poco.
_ Sobre eso, Jason…
La miro con recelo. _ ¿Estás pensándolo más, bebé?
Ella golpea el hombro y sonríe. _ No seas tonto. No, me estaba preguntando cuándo vamos a decirles al señor Grey y a Ana.
Me encojo de hombros. _ ¿Se trata de alguno de sus negocios?
_ Estoy segura que el Sr. Grey va a querer saber.
_ ¿Sí? Estoy seguro de que  le importa una mierda.
_ Hmm, bueno, tal vez lo dejaremos por ahora, me dice.
_ Lo que tú digas, cariño.
_ Además, creo que el Sr. Grey y Ana se encuentran todavía en la fase de luna de miel, por así decirlo.
_ Sé que voy a lamentar preguntar, pero ¿qué quieres decir?
_ Bueno, ayer por la tarde, estaba en el bar haciendo inventario de las bebidas que faltan, cuando los vi saliendo de la sala de juegos con un juguete que…
_ Alto ahí, nena. Yo realmente no quiero saber.
_ ¡Jason Taylor!  ¿Realmente eres un mojigato?
Me quedo mirándola con incredulidad.  _ ¡Por supuesto que no! He trabajado para el rey de la perversión durante cuatro años. Algo así le abre los ojos a cualquier hombre. Yo no quiero paso a paso una descripción de lo que viste. No puedo creer que haya dicho eso, y me estremezco.
Gail se echa a reír. _ Parece que no prometes mucho.
_ Ay, nena.
La cena estuvo fantástica, pero de nuevo Gail hace todo fantástico. Yo soy un perro afortunado.
Me instalo en  frente de la televisión con una lata de vitamina R y espero a Gail para tener un poco de preludio antes de ir a la cama. No estamos mucho tiempo juntos como a cualquiera de los dos nos gustaría, francamente podría pasar 24/7 con esta mujer y nunca  tendría suficiente.
_ Jason, ¿sabes qué planes tiene el señor Grey y Ana para el resto de la semana? Sé que estarán en Bellevue el sábado….
Gail entra en la habitación con su horario.
_ Estaremos en Portland todo el día de mañana, y no volverá hasta la tarde y un amigo de Ana viene y se quedará en casa. Un chico.
Las cejas de Gail casi golpean la estratosfera.
_ ¿Me estás diciendo que vendrá un hombre de huésped mientras él no está aquí?
_ Síp, le contesto, haciendo estallar la ‘p’.
_ ¡Dios mío!
_ Se pone mejor: está enamorado de ella, también.
_ ¿Perdón?
_ El amigo de Ana José Rodríguez, realmente está ansioso de meterse en las bragas de ella.
_ Jason…
_ Es verdad. El jefe no está muy contento con que se quede aquí…
_ ¡No creo!
_ Pero Ana le dijo que era eso, o que ella se quedaba en su casa con el hombre.
_ ¡Dios mío!
_ Sí, al jefe lo tiene ese coño totalmente azotado. Y la idea me hace sentir todo caliente por dentro.
Gail me mira y me doy cuenta que a ella también se le han metido malos pensamientos en su cabeza.
_ Um, sabes, sin la flagelación real… le digo
Ella sonríe, ¡maldita mujer me está empalmando!
Me acerco y le paso una mano por la cintura. Pronto, somos una maraña de brazos y piernas en el sofá, y yo le debo otra blusa blanca. Bueno, ¡diablos! Deben hacerlas más fuertes, los botones salieron volando por todas partes.
Me dirijo a la segunda base, cuando suena mi maldito celular.
Es el tono de mi ex. ¿Qué carajo?
Técnicamente, sería “O Fortuna” de Carmina Burana, pero siempre pienso en ella como la música de The Omen. Me trae recuerdos de nuestra noche de bodas.
_ ¿Lucy?
_ ¡Jason, es… es Sophie!
Inmediatamente mi frecuencia cardíaca se triplica.
_ ¿Qué? ¿Qué ha pasado?
Puedo ver la expresión de la cara de Gail, y yo sé que debe reflejar la mía.
_ Estamos en la sala de emergencia ahora. Ellos piensan que podría ser apendicitis. Hay un sollozo ahogado. Están hablando de operarla.
Oh, Dios. No Sophie. No a mi princesa.
La voz de Lucy se cuela. _ Jase estoy muy asustada.
_ Voy inmediatamente para allá, Lucy. Lo que ella necesite. ¿Lo entiendes? Lo que ella necesite. Me voy ahora. Llámame en el camino si algo… si hay algo que necesite saber.
_ Lo haré.
Y ella cuelga.
He estado involucrado en muchas cosas locas en mi vida, he estado en peleas de fuego en tres continentes, he conducido tanques sobre tierra salpicada de IED. Pero nada, nada me ha asustado tanto como la conversación de cuarenta segundos con mi ex-esposa.
Gail está de pie en la puerta. _ Toma el abrigo, dice ella. Conduce con cuidado. Le diré al señor Grey.
Incapaz de hablar, yo simplemente asiento hacia ella. Se trata de una sonrisa tranquilizadora, pero mis labios se congelan hasta la mitad. Ella me besa en la mejilla rápidamente y estoy fuera de la puerta.
El ascensor está tan jodidamente lento, me dan ganas de gritar.
Hay poco tráfico, pero es lo suficientemente lento como para que me estén rechinando los dientes. Soy vagamente consciente de que estoy agarrando el volante con tanta fuerza, mis manos están encalambradas. Una vez que estoy en la I-5  piso el acelerador a 100 mph. Todo lo que puedo pensar es que mi bebé está enferma, quieren cortar a mi bebé.
Es más de medianoche cuando yo llego al hospital. Algunos vigilantes tratan de decirme que no puedo dejar mi coche en la zona de prohibición del estacionamiento. Me paso por alto lo que me dice y quisiera darle un coñazo, no por él, sino porque quiero que se sienta como yo me siento ahorita. En lugar de eso, ignoro su grito y  voy de prisa al hospital.
La sala de espera de emergencias está amueblada con sillas de plástico barato, y de personas feas. No, no me refiero a eso, sino que la mujer de recepción me da una sonrisa profesional. Ella ha visto el aspecto que tengo en mis ojos antes. No sé cómo  hace su trabajo. ¿Cómo puede ver esta mirada todos los días de mierda y no querer apuñalarse sus propios ojos? Y de repente me doy cuenta de algo: así es como se siente Grey cada vez que se mira en el espejo. Él sólo ve su propia fealdad  y Ana le muestra la belleza.
Pero no habrá belleza en el mundo para mí si no puedo ver a mi bebé.
_ Sophie Taylor, es una niña de siete años. Su madre la trajo de emergencias.
_ Un momento, dice ella con calma.
Yo quiero arrancarle los ojos de la pantalla de su ordenador, y gritar y gritar. Tomo una respiración profunda mientras ella se desplaza a través de sus archivos.
Ella mira hacia arriba.  _ Voy a buscar a una enfermera que lo lleve.
Me las arreglo para balbucear un ¡gracias! No sé si ella me escuchó y a mi  realmente no me interesa.
Un tipo fornido en bata azul pálido se acerca a mí.
_ ¿Mr. Taylor? Soy Chalmers Lucas y yo soy el enfermero en jefe que está tratando a su hija. Por el momento los médicos están tratando de decidir si es una gastroenteritis severa o si es una apendicitis. Estamos haciendo algunas pruebas de sangre y necesitamos un ecosonograma. Por ahora, la mantenemos hidratada. Su esposa y er… su madre y otro señor están con ella.
¡Al diablo con eso! Sophie es mi hija.
Y me doy cuenta de por qué el hospital cuenta con un hombre para trabajar  la noche del viernes en la sala de emergencias, porque ahora mismo lo que realmente quiero hacer es joder a alguien y  mi ex-esposa y su novio Steve son unos buenos candidatos.
El enfermero me lleva a un cubículo con cortinas y lo único que veo es el rostro de Sophie, pálido contra las almohadas con el pelo oscuro desplegado. Ella está quieta y tranquila, mis pulmones luchan por soltar el aire.
_ Jason.
Volteo ante el sonido de la voz. Un hippie de mierda, de pelo largo, tipo Baywatch me está mirando, con la mano extendida. Mantente de pie compinche o te arrancaré el jodido brazo.
_ Soy Steve.
Él deja caer su mano.
No eres tan tonto como pareces, Steeeeve.
Me inclino hacia abajo y quito suavemente el pelo de la cara de Sophie. Ella no se mueve. Me enderezo lentamente.
_ ¿Qué más han dicho?
Mis palabras se dirigen a la madre de mi hija. No puedo llamarla directamente bruja ahora, no cuando ella está mirando a nuestra hija así, con cara de melancolía.  Cualesquiera que sean nuestros problemas, ella siempre ha querido Sophie. Nunca supe lo que significaba hasta ahora.
_ No han decidido nada aún, Jason
_ ¿Qué carajo están esperando?
Sé que mi voz es demasiado alta para un hospital, pero no puedo evitarlo. Me pregunto si he ido demasiado lejos, pero Lucy me mira con cansancio.
_ Están haciendo todo lo que pueden, Jase. Ellos no quieren operar si no tienen que hacerlo. El doctor dijo que estaría de vuelta con los resultados de los análisis de sangre en veinte minutos.
Paso mis manos por mi cabeza con mirada de frustración pura.
_ ¿Qué pasó?
Lucy se inclina hacia atrás y veo por primera vez que ella está sosteniendo la mano de Sophie. Se ve tan pequeña, como la mano de una pequeña muñeca. Mi bebé es muy joven.
_ Um, voy a buscar café, dice Steve.
Asiento con la cabeza, pero no lo miró.
Un minuto pasa. Está todo tan tranquilo. ¿No debería haber monitores y pitidos? ¿No debería haber alguna señal de que estos cabrones están cuidando a mi bebé? Me pongo de pie y empiezo a pasear por el pequeño cubículo. Lucy se queda mirándome, pero no dice nada. Después de un minuto de estimulación, estoy a punto de ir a preguntar.
Steve regresa con el café: al menos, eso es lo que él dice. Se ve y huele a orina de cabra. Ni lo toqué. Veo a Lucy que le lanza una mirada de disculpa. Me dan ganas de destrozar los muebles en lugar de sacarle las tripas a su novio. Los muebles están fuera de los límites.
_ ¿Dónde está el médico de mierda? Digo entre dientes.
Estoy a punto de tener una enfermedad grave: Grey en forma de rabieta. Que puede o no implicar una gran variedad de armas ofensivas, cuando una persona rígida vestida de verde entra al cubículo.
_ ¿Señorita Anderson?, pregunta con calma.
_ Sí, responde ella, sonando desesperada.
El médico nos mira a mí y al novio.
_ Um, Steve Pollini y Jason Taylor. Padre de Sofía
Lucy nos presenta.
¿Qué clase de nombre es ‘Pollini’? Hace que suene como el dueño de un restaurante italiano barato. Toma un poco de pan de ajo con tus Pollini. Hippy estúpido.
_ Bien. Soy el doctor Mathers. Bueno, me temo que las pruebas no son concluyentes.
_ ¿Qué demonios significa eso? Gruño en él.
Él responde con esa exasperante voz que debe haber en un hospital con tono bajo y suave.  Me dan ganas de arrancarle la lengua, sacarla de  su cráneo condescendiente de mierda y usarla de comida para peces.
_ Bueno, Sr. Taylor, definitivamente hay inflamación en el intestino de Sophie. Que sin duda se traducirá en el intenso dolor que está sufriendo…
Cierro los ojos. No quiero pensar en el dolor de mi bebé. ¡Que me duela a mí  no a ella!
_ Y esto puede imitar los síntomas de apendicitis. Sin embargo, no hay rigidez abdominal y eso es algo bueno. Bien podría tratarse de un caso de gastroenteritis severa. Su prueba de sangre está ligeramente elevada, pero es leve, y no es siempre un indicador de apendicitis. En este punto, quiero mantener en observación a Sophie, ella también necesita ser hidratada, debido a la pérdida de líquido durante el vómito y la diarrea.
_ ¿No hay nada más que puedas hacer por ella?
_ Estamos haciendo todo lo que podamos, Sr. Taylor, se lo aseguro. El descanso, los líquidos, y la observación. ¿Tiene más preguntas para mí? Niego con la cabeza. ¿Señorita Anderson?
Los ojos de Lucy se amplían y le tiemblan los labios. Ella me mira, luego, lentamente, niega con la cabeza.
_ No, ella dice, no tengo ninguna pregunta.
Y luego esperamos.
No soy una persona de cinco estrellas para la espera. Joder, odio esperar. Dame algo para golpear, dame algo para disparar. Estoy sentado aquí contando las maneras de cómo sacar la mierda de Steeeeve. Bueno, esa parte no es tan mala, pero esperar a que mi bebé se mejore, está matándome.
Y de todos modos, se trata de un tipo diferente de espera. Cuando estoy en un trabajo, puedo esperar. Ya sé que suena jodidamente poco probable, pero es la verdad.
No estoy en un trabajo ahora, y mis entrañas se retuercen en nudos. Me siento tan jodidamente inútil, desamparado. Y no me gusta.
Una enfermera entra, toma la temperatura de Sophie, y ajusta la vía por donde le ponen la hidratación. Ella sonríe, pero no dice nada.
Me sale un texto de Gail.
*¿Cómo está la Princesa Sophie?*
*Demasiado pronto para decirlo. Podría ser apendicitis, o podría ser un virus estomacal. No se sabe un carajo aquí*
*Sophie es fuerte. Paciencia mi amor. Trata de no disparar a nadie.*
*Lo haré. Lo que no te prometo es un tiroteo. *
*Te quiero, Jason Taylor.*
*Yo también*
_ ¿Es de Gail?
Me doy cuenta que Lucy me está haciendo una pregunta.
_ Sí.
_ Es buena para ti, Jason. Pareces más tranquilo…
Qué broma de mierda. Estoy subiendo por las paredes aquí.
_ ¿Ah, sí?
_ Sí, de verdad. Pensé que estarías aquí gritando y agitando tu arma de fuego.
_ He pensado en ello.
Ella sonríe. _ Eso es lo que quiero decir: estás más tranquilo.
Mis labios tiemblan en lo que podría haber sido una sonrisa si no estuviera tan jodidamente preocupado.
Y luego esperamos.
Steve desaparece desapareció, yo no recuerdo lo que iba a hacer, y me importa una mierda. Estoy mejor si el hijo de puta peludo no está aquí. Cristo quien sabe lo que Lucy ve en él. Es el polo opuesto de mí… Oh, cierto. Lo que sea.
El aleteo de los párpados de Sophie nos indica que está despertando.
_ Hola bebé. Papá está aquí.
Ella sonríe en su sueño, pero ella no se despierta. Me siento de nuevo, suspirando.
_ Entonces, ¿cómo va todo contigo y Gail?
Levanto una ceja. ¿De verdad quieres saber?
Ella niega con la cabeza y sonríe. _ En realidad no. Sólo necesito un poco de distracción.
_ ¿Y pensaste que hablando de mi vida amorosa te iba a distraer?
_ ¿Entonces sí tienes una vida amorosa?
Me gustaría decirle que tengo un trabajo por el sexo y los viajes, pero no lo hago.
_ Le pedí que se casara conmigo, Lucy. Ella me dijo que sí.
Lucy toma una respiración profunda.
_ ¿Te vas a casar?
_ Sí.
_ ¿Una vez no es suficiente? Lo siento Jason, que lo nuestro salió mal. Estoy muy contento por ti.
Ella ve mi mirada escéptica. _ No, de verdad, me alegra. Sophie le encantará ser una dama de honor. Oh, lo siento, yo no sé lo que tienen planeado.
Para ser honesto, yo no había pensado en el casamiento, yo sólo había pensado en estar casado. Podría ser una boda en Las Vegas con un imitador de Elvis, en lo que a mi respecta. Va a ser lo que Gail quiere. Pero ahora que Lucy dijo esto, sólo puedo imaginar a mí Princesa Sophie toda emperifollada, llevando una cesta de flores.
_ Sí, tal vez, no lo sé. No lo hemos discutido esta reciente la proposición.
_ Bueno, felicitaciones.
_ Gracias. Dudo por un momento. ¿Y qué acerca de ti y el hip… Steve?
Ella se encoge de hombros. _ Tal vez. Ya veremos. Le encanta Sophie,  hace un buen papel de padre… o sea de padrastro.
Frunzo el ceño hacia ella.
Y así, la buena conversación se ha terminado.
_ ¡Oh, por el amor de Dios, Jason, la ve más que tú! Siempre estás trabajando. El número de veces que se has cancelado las visitas de  Sophie…
_ Eso es una mentira de mierda, Lucy, y lo sabes. He cancelado una vez, una sola vez porque me he quedado atrapado en Nueva York. ¡Te lo he dicho miles de veces!
_ ¡No seas ridículo, Jason! No puedes llegar a engañar a una niña de seis años, ella tiene que aprender que si los adultos hacen una promesa tienen que cumplirlas. No puedes hacerle eso a ella.
_ ¡Eres una bruja de mierda!
_ ¡Y tú eres un marine mal hablado! ¿Qué demonios habré hecho para fijarme en ti?
_ ¿Mamá?, Dice con voz suave. ¿Está papá aquí todavía?
_ Estoy aquí, princesa, le digo en voz baja.
_ Mi estómago me duele.
_ Lo sé, cariño, pero los médicos te van a dar medicamentos para que te sientas mejor.
_ ¿Dónde está Steve?
Miro hacia arriba para ver a Lucy que me mira con aire triunfal. La ira se precipita a través de mí, pero me muerdo la lengua  por el amor de Sophie.
_ Acaba de ir a  hacer un mandado bebé. Él va a estar de vuelta pronto.
Sus ojos se cierran de nuevo, y ella va a la deriva a dormir.
_ Bueno, espero que estés feliz ahora, susurra la perra.
_ ¿Qué?
_ ¡La despertaste con tus gritos!
_ No me empujes, Lucy. Yo no estoy de humor.
_ ¡No se trata de ti idiota!
_ Entiendo eso, ¡saca tu culo apretado de aquí bruja!
_ ¡Cuida tu boca! tu hija está durmiendo allí ¿o se te olvidó?
Vete a la mierda.
La cortina se mueve por un avergonzado Steve y el Dr. Mathers, que parece cansado e irritado. Yo sé cómo se siente: hemos estado haciendo esta mierda durante más de una década.
_ Um, ¿todo bien por aquí?  Dice Steve.
_ Solo hablando Steeeeve, le contesto, ganándome una mirada ardiente de la hermana fea de Cruella de Vil.
El médico suspira, debe haber visto esto antes.
_ Bueno, Sophie está mucho mejor ahora. Su temperatura ha bajado y está respondiendo bien a los líquidos y medicamentos para el dolor. Estoy bastante seguro de que está fuera de peligro.
_ ¿Así que, no es  apendicitis?
_ No, señor Taylor. La gastroenteritis puede parecer muy dramática a veces, pero Sophie va a estar bien.
_ Gracias a mierda por eso.
Él sonríe. “Absolutamente”.
Lucy sonríe a Steve, Steve  sonríe a Lucy. Es una puta sonrisa. Tan dulce, hace que mis dientes duelan.
Por la tarde del día siguiente, Sophie está sentada en la cama, quejándose por perder su programa de televisión favorito. Todavía es Dora La Exploradora. Mi bebé es todavía un bebé.
_ Hey, Princesa. ¿Quieres venir y quedarte con papá pronto? Gail le encantaría verte.
_ Está bien, papá. ¿Puede venir mamá también?
_ Um, no. Mamá está ocupada ese fin de semana. Sólo tú y tu padre, ¿verdad, princesa?
_ Está bien, papá.
_ Te quiero, princesa.
_ Yo también, papá.
Dios, amo a mi niña. Tanto.
Estoy cansado, pero aliviado. Yo no he matado a la perra, y  no descuarticé a Steve. ¿Quién necesita lecciones de manejo de la ira?
_ ¿Te quedas, Jason?, preguntó la Bruja, con los dientes apretados.
_ Sí, me voy a quedar en un hotel, durante un par de días.
Sé que Grey está de acuerdo con eso. El hijo de puta retorcido tiene un corazón ¿quién sabe?
_ Oh, hermoso, ella dice, en voz baja.
Pero entonces suena mi celular.
_ Taylor, es Welch. Grey ha desaparecido. Charlie Tango desapareció del radar hace 20 minutos.
¡Vete a la mierda!
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