viernes, 16 de agosto de 2013

capitulo 1(TAYLOR)

El teléfono suena en la cuarta entrada de un partido de los Marineros de Seattle. Pienso en no contestar pero las viejas costumbres nunca mueren.
_ ¿Sí?
_ Taylor, habla  Fred Welch. ¿Tienes un minuto?
_ Claro, señor, lo que  necesite.
_ Puede ser que tenga algo para ti
Me siento más derecho. Me vendría bien un nuevo trabajo. El seguro dental de Sophie ha drenado mi saldo bancario dejándolo a casi cero. Por lo general, mi jefe cubría todas estas cosas, pero el tío se cayó muerto al lado mío, de causas naturales por supuesto, así que estoy sin trabajo hasta que algo entre en juego. Prefiero tener un trabajo interesante, pero ahora mismo, estoy dispuesto a considerar cualquier cosa. Así que cuando mi viejo Jefe de Operaciones me dijo que había un puesto en una empresa de seguridad privada, me interesó bastante.
_  ¿Cuál es el trabajo?
_ Un nuevo cliente. Un hombre que se abrió camino solo y acaba de hacer sus primeros mil millones. Ha recibido algunas amenazas no específicas contra él recientemente, algo que ver con los despidos en una fábrica que compró. Nada grave, pero ahora que está en la liga de  los súper ricos, necesitará 24/7. ¿Te interesa?
_ Por supuesto. ¿Dónde está la trampa?
Welch se ríe.
_ Tú no cambias, Taylor.
_ No, señor. Como el Monte Rushmore. Es el lugar donde se encuentran las cuatro esculturas de granito de los presidentes de EEUU, George Washington, Thomas Jefferson, Theodore Roosevelt y Abraham Lincoln.
_ Y tú sigues igual de locuaz.  Bueno, no sé si hay trampa o no. Todavía estoy haciendo los chequeos de fondo del cliente, pero aparte de algunos altercados de borracho juvenil, estoy con las manos vacías, ¡ah! y se retiró de Harvard, sin ton ni son. Es joven, tiene 23 años de edad. ¿Algún problema?
¡Mierda! Un trabajo de niñera.
_ No es lo que piensas, Taylor, dice Welch, adivinando mis pensamientos. Cuando conozcas al tipo, tomas tu propia decisión.
Me parece justo. Yo puedo hacer eso.
_ Bien, dame hora y ubicación.
_ A las 2.00pm en su oficina mañana. Y tendrás que firmar un acuerdo de confidencialidad antes de hablar con él.
Me encojo de hombros. El tipo de gente para la que trabajo escupe acuerdos de confidencialidad a su paso.
_ Espera a oír lo que  está dispuesto a pagar, incluyendo seguro dental y de salud para tí y tu familia.
Welch me da una cifra que me hace silbar. Es más del doble de lo que gané con mi mejor trabajo, un príncipe saudí. Pero esto me pone nervioso. Alguien que paga mucho más debe tener algo que ocultar.
Welch me da una dirección en el centro de la ciudad y cuelga. Vuelvo al juego de los Marineros. Han perdido. Una vez más.
Así, en una aburrida tarde del martes, estoy de saco y corbata, preparado para conocer a este chico Grey. Estuve buscando anoche en Google y encontré un montón de historias insignificantes, pero ni una sola entrevista. Todo lo de siempre: rico, joven, un poco acerca de su familia, su madre es una pediatra y su padre es un abogado muy importante, tiene una hermana que aún está en la escuela y un hermano mayor que tiene una empresa de construcción con éxito. Seguro que sí, estos tipos ricos mantienen el dinero en la familia. El único hecho relevante que pude sacar es que él fue adoptado cuando tenía cuatro años. Eso explica la falta de parecido con su familia en las fotos que he encontrado.
El bloque de 20 pisos de oficinas es nuevo y tengo que admitir que estoy impresionado de ver que es dueño de  todo el edificio. Una elegante recepcionista rubia me da una etiqueta de seguridad y me envía a la planta superior. Por lo que puedo ver de los guardias de seguridad y de la televisión de circuito cerrado en el vestíbulo, tienen un sistema bastante riguroso.
Una asistente de Grey me espera cuando las puertas del ascensor se abren. Otra rubia. Umm. Al chico le gustan las rubias.
_ Aquí, Señor Taylor. ¿Le apetece un refresco, té, café, agua?
_ No, gracias.
Ella me hace pasar a una gran oficina y  pongo mi primera mirada en el muchacho.
Es más alto de lo que esperaba, más alto que yo, y con verlo puedo decir que tiene buena musculatura. Obviamente va al gimnasio. Con su mirada impávida, me están evalúa tan a fondo como yo a él. Cuando me da la mano puedo sentir callos. Recuerdo haber leído que estaba en el equipo de remo en su época universitaria.
Me señala un asiento. Puede ser joven, pero estaba equivocado al llamarle niño, hay algo en su mirada que le hace viejo. Me recuerda a los hombres que sirvieron en Irak, los hombres que habían visto demasiado. Espero a que él comience a hablar.
_ Welch me dice que necesito una unidad de protección personal y que  usted tiene experiencia en esa área.
_ Sí, señor.  No me ha hecho una pregunta todavía.
_ Mi agenda siempre está ocupada y puede cambiar muy rápidamente. Necesito a alguien que pueda ser flexible. He entendido que está separado de su esposa.
_ Divorciado, sí, señor.
_ Así que 24/7 no sería un problema.
_ No, señor.
_ Bien. Habrá un mes de prueba.
Hace una pausa, midiendo mi respuesta. Puedo mantener mi cara de póquer, totalmente impasible.
_ Tiene alojamiento en mi casa en el edificio Escala. Lo necesito cerca. ¿Algún problema con eso?
_ No señor. En realidad me ahorraría el alojamiento.
_ ¿Cuándo puede empezar?
_ Inmediatamente, señor.
_ Bien. Andrea le dará los detalles.
Aprieta un botón en su escritorio y la  asistente rubia me escolta a la salida.
Esa debe haber sido la maldita entrevista de trabajo más rápida que nunca haya tenido. Y ahora estoy realmente curioso de ver  su casa.
Vuelvo a mi habitación del motel y preparo mi maleta. No me voy a arrepentir de decir adiós a este basurero. He estado viviendo en este hostal barato para ahorrar dinero para Sophie. Y su madre, como cosa rara, tiene gustos caros para el poco dinero que gano. Pero ella es una buena madre y amé a esa zorra una vez, así que no me quejo.
Conduzco hacia el Escala, que es otro edificio inmenso, nuevo. Grey ha hecho su dinero muy recientemente y parece muy interesado en gastarlo también. Marco el código de entrada para el aparcamiento subterráneo y aparco en el número de plaza que me dieron. No puedo quitar mis ojos del R8 que está aparcado al lado. Yo, realmente, espero      que el señor Grey vaya a necesitar que conduzca eso alguna vez. También ojeo la camioneta SUV Audi que está en la siguiente plaza. Parece, a simple vista, que está blindada, con cristales a prueba de balas. Hasta ahora, todo bien.
El código del ascensor me lleva al último piso. Hay otra rubia esperando en la entrada. ¿Qué tiene el Señor Grey con las rubias? Esta es mayor que las otras, tal vez cinco o seis años mayor que yo. Piernas espectaculares y una sonrisa cálida y amistosa.
_ ¿El señor Taylor? Bienvenido. Soy Gail Jones, ama de llaves del Señor Grey. Le voy a enseñar su habitación.
Ama de casa, ¿eh? Espero que Grey no se esté follando al servicio y que no haga las cosas demasiado complicadas.
El salón principal es enorme. ¡Cristo! ¡Parece un campo de fútbol! Hay obras de arte con pinta cara en las paredes y un gran piano colocado en un rincón. Me pregunto si lo sabrá tocar o si es sólo para presumir. Gail me lleva a la sala de monitoreo por circuito cerrado. Voy a tener que examinar muy a fondo más tarde.
La sigo a lo largo de un pasillo, apreciando la forma en que su culo sabroso llena su elegante falda de lápiz. ¡Mierda! mente en el trabajo Taylor. Estás aquí para trabajar y ganar una fortuna de mierda.
Mi habitación es grande, luminosa y muy bien ventilada, ataviada como un hotel de primera clase, que supongo que es lo que este apartamento es. Hay una gran televisión de pantalla plana y sistema de sonido. Lo mejor de todo para el Señor Grey y su personal.
_ Cocino para todos nosotros, dice Gail, irrumpiendo en mis pensamientos. Nosotros comemos en el comedor privado y el Señor Grey come por separado, por supuesto. Voy a servir la cena en una hora, ¿tiene hambre?
_ Eso sería genial, gracias.
Ella sonríe. Es una sonrisa tan dulce y amable que no puedo evitar sonreír de nuevo.
_ Estoy segura de que le gustaría ver  todo el departamento, dice ella. Si tiene alguna pregunta, por favor no dude en preguntarme.
_ Gracias. ¿Dónde está el Señor Grey?
_ Está en el gimnasio del sótano. Por lo general, tiene una sesión con su entrenador personal en las noches.
Asiento con la cabeza y veo cómo se va. Lanzo mi bolsa sobre la cama y voy a echar un vistazo. Además de los cuartos del personal, que son más grandes que los apartamentos más comunes, hay tres dormitorios de invitados, el despacho de Grey, una biblioteca impresionante, con una mesa de billar profesional y una sala de TV, que se ve como si apenas se usara. Una de las puertas está cerrada, tendré que preguntar a Gail sobre eso más adelante. El dormitorio de Grey está en el lado opuesto del salón principal. Compruebo que tiene una caja fuerte detrás de la pintura de su dormitorio. Es una pintura del mar,  muy relajante a la vista. Pero, de nuevo, pienso que es el tipo de imagen que un hombre mucho mayor tendría. Este tipo Grey empieza a interesarme.
Echo un vistazo a la sala de circuito cerrado de televisión que va a ser mi oficina. Es todo lo que puedas desear y más. Si puedo trabajar para este tipo, que aún está por verse, técnicamente, el trabajo será un lujo.
He pasado un cuarto de hora mirando los otros pisos del edificio de departamentos, así como la escalera de incendios y otros puntos de acceso. Hay incluso un helipuerto en la azotea, pero todo es bastante seguro.
Finalmente, me dirijo a la cocina. Los olores que salen de allí son deliciosos. Por fin voy a dejar de comer pizza o comida rápida.
_ Hola, Señor Taylor, dice Gail, cuando me ve. ¿Todo a su satisfacción?
_ Sólo Taylor, por favor. Una pregunta, hay una habitación cerrada con llave que no he podido acceder. ¿Tiene una llave para eso? Me gustaría echarle un vistazo.
Ella levanta las cejas y trata de no sonreír. Parece que tiene una broma privada que no va a compartir.
_ Esa es la sala de juegos del señor Grey. Aquí está la llave.
¿Sala de juegos? ¿Qué?
Vuelvo a la segunda planta del apartamento de Grey y cuando abro la puerta, mi mandíbula golpea el cabrón piso.
Así que eso es todo. El Grey es un hijo de puta retorcido. Ya sabía yo que había una trampa. No es de extrañar que esté dispuesto a pagar más de la cuenta. Voy a tener que dejar una cosa clara con él, si hay algo ilegal o menores de edad, me voy de aquí. Obviamente Gail sabe y no parece molestarle. ¡Mierda! Tal vez ella y Grey…
Trato de sacar ese pensamiento de mi cabeza. No puedo imaginar a la correcta y formal Sra. Jones aquí, aunque ahora que he pensado en ello, sería un poco caliente. No. Tengo que hablar con ella sobre este Grey.
Vuelvo hacia donde Gail y me le quedo viendo con una mirada expectativa.
_ ¿Y bien?
_ No es lo que parece, dice en voz baja. Bueno, supongo que es… el señor Grey tiene una invitada regularmente el fin de semana, una tal Srta. Saunders. Yo tengo los fines de semana libres en su mayoría, pero me la he encontrado en una que otra ocasión. Parece una joven muy agradable.
Gail es discreta, muy discreta. Me ha dicho todo lo que necesito saber, sin revelar demasiado. Aun así, tengo que discutir esto con Grey. Por lo menos ahora sé que no es gay. No me molestaría si lo fuera, pero necesito saber si voy a trabajar para un hombre. Tuve una vez un cliente que se relacionaba con chicos de alquiler de los bajos fondos y era bastante arriesgado. De ningún modo se puede hacer de escolta para alguien así, alguien a quien le gusta el peligro.
Vuelvo y me siento en la sala de CCTV y pienso en lo que quiero preguntarle. Veo en los monitores cuando va a tomar el ascensor, así que estoy listo cuando entrar en el vestíbulo.
_Taylor.
_ Señor.
Está empapado en sudor después de haber tenido una sesión de entrenamiento castigadora.
_ Dé cuenta en 10 minutos, dice.
_ Señor.
Él se quita su camiseta mientras camina hacia su habitación. No puedo dejar de notar una serie de pequeñas cicatrices blancas en el pecho. No hay duda en mi mente de lo que son. Me recuerda a un tipo que solía apagar cigarrillos en su brazo para mostrar lo duro que era el hijo de puta. Esas marcas en el pecho de Grey son marcas de quemaduras. Pero son viejas. Y no puedo dejar de pensar en el maldito monstruo que lo usó de cenicero cuando era un niño. Dudo que fuera la buena doctora o su esposo el abogado, por lo que tuvo que ser antes de ser adoptado.
Me da otra pieza del rompecabezas. Niego con la cabeza. Estoy encontrando demasiado interesante a Grey. Sólo tengo que hacer mi trabajo.
Espero unos minutos y luego voy a su oficina para esperar. Me quedo con mis manos detrás de mi espalda. Cuando entra, él está vestido de manera informal con pantalones vaqueros y una camisa blanca y su cabello está mojado por la ducha. Está descalzo y esto dice me-importa-una-mierda-lo-que-pienses-de-mí.
Señala una silla y me siento mientras él se coloca detrás de su escritorio.
_ ¿Así que usted ha dado una vuelta por el lugar?
_ Sí señor.  No hay puntos de acceso de preocupación. Podría tener que ajustar un par de cámaras del circuito cerrado para una mejor cobertura y me gustaría tener una cámara más en el garaje.
_ Bien. ¿Algo más?
Levanta una ceja. El hijo de puta sabe lo que voy a preguntarle.  Está esperando.
_ Su sala de juegos, señor. Tengo que saber si es legal y consensuada.
_ Así es.
No puedo creer en su palabra. Creo que prefiero verlo por mí mismo. Bueno, no todo, si Dios quiere.
Se detiene de nuevo.
_ ¿Alguna pregunta más?
_ Voy a necesitar una lista de todos los visitantes prohibidos, así como a los que se les permite el acceso.
_ Está todo en un archivo en su escritorio, dice, fresco.
_ Gracias, señor. Eso es todo.
_ Bien. Si desea utilizar el gimnasio del sótano, el código de entrada es 1780. No voy a necesitarte otra vez esta noche, Taylor.
_Señor.
Eso fue inesperado. Normalmente la gente para la que trabajo no le gusta que use sus instalaciones, desde luego Grey no es de la misma opinión que ellos. Pero no entiendo esa sensación de Grey. Extraño.
Mientras camino a la cocina, Gail ha servido una comida para él. Seguro que huele bien.
_ ¿Estás listo para comer también Taylor?, me pregunta amablemente.
_ Sí, gracias.
La sigo al comedor… nuestro comedor. Pollo en salsa con judías verdes y patatas. De repente me siento la boca agua, con hambre.
_ ¿Cuánto tiempo hace que trabaja para el Señor Grey, Sra. Jones?
_ Por favor, llámame Gail. Sólo unos meses. Ha sido… interesante.
Apuesto.
_ Todo lo que necesito saber es desde el punto de vista de la seguridad.
_ Él no se complica la vida intentando gustarle a la gente dice Gail cuidadosamente. Pero creo que es un buen hombre. Un hombre con problemas, creo, pero bueno. No obstante, el Señor Grey trabaja muy duro, con un horario castigador, diría yo.
Esto me interesa.
_ ¿Cuál es su horario?
_ Va a correr alrededor de las seis de la mañana, a veces antes, a menos que tenga un desayuno de negocios. Sale para la oficina alrededor de las 7.30 y por lo general no lo vuelvo a ver hasta las ocho o nueve de la noche. Hace ejercicios con Claude Bastille, su entrenador personal cada noche de la semana, y luego trabaja en su estudio hasta tarde. No lo veo los fines de semana, como te puedes imaginar.
No, no me imagino.
_ ¿Sale mucho afuera?
_ Sus padres y su hermana viven en Bellevue, y su hermano, Elliott, vive en la ciudad.
_ ¿Algo más?
_ Eventos de beneficencia en ocasiones, cenas de negocios.
Por Dios. ¿Es un chico de 23 o de 53?
 _ ¿Amigos?
_ Bueno… está la Sra. Lincoln. Una amiga de su madre, creo.
_ ¿No tiene amigos?
_ No, que yo haya visto. El Señor Grey es algo solitario, diría yo. Ahora, ¿te puedo ofrecer el postre? Hay helado de vainilla, queso o galletas.
Gail me ha dado mucho en que pensar. Es obvio que le gusta Grey, en una especie de forma maternal. Pero ella no es tonta tampoco y no puedo dejar de pensar que alguien como ella, una persona decente, trabajaría para Grey si él fuera un enfermo hijo de puta. Pero creo que tendré que sacar mis propias conclusiones, después de todo, Gail no está los fines de semana. Quisiera conocer a la tal Srta. Saunders.
Cerca de la medianoche decido despedir el día. Grey sigue trabajando, como dijo Gail. Cuando llamo y entro en su oficina él está estudiando detenidamente unas hojas de cálculo. Con sólo mirar todas esas cifras pequeñas me da dolor de cabeza. Pero de nuevo, supongo que por eso me estoy rompiendo el culo como escolta de un hijo de puta enfermo que tiene látigos y esposas en su sala de juegos y él es el bastardo que me está contratando.
_ ¿Eso es todo, señor? Soy educado como la mierda.
_ Sí, gracias, Taylor, dice en voz baja.
_ ¿Entiendo que le gusta ir a correr por las mañanas, señor?
Frunce el ceño y me mira cuando se da cuenta de lo que estoy diciendo, que tengo la intención de ir con él. Si se niega, me voy de aquí. Yo sólo puedo trabajar con gente que me deja hacer mi trabajo.
_ Por supuesto. Seis de la mañana, Taylor.
_ Señor.
Me imagino que este tipo debe ser una de esas personas que no necesitan dormir mucho, ya que es muy tarde. Por suerte pueden sobrevivir con cinco o seis horas pero eso realmente no me molesta. Estuve en la Infantería de Marina lo suficiente, que no me preocupa el sueño interrumpido ni las largas horas en vela.
Mi cama huele de maravilla y las sábanas están limpias y nítidas. Gracias, Gail.  Ciertamente, trabajar aquí tiene  beneficios adicionales. Agradecido, me deslizo debajo de las mantas y me quedo dormido inmediatamente. A eso de las cuatro de la mañana me despierto de repente.¿Qué demonios fue eso?
Me pongo de pie en cuestión de segundos, con el arma en la mano y corriendo al otro lado de la sala principal. Debe haber un intruso. Otro grito, más fuerte, alguien con dolor. El grito proviene del dormitorio de Grey.
Me lanzo a través de la puerta, agarrando el arma con las dos manos y escaneando el cuarto oscuro rápidamente. No hay nadie allí, sólo Grey, cubierto de sudor, y muy pálido. Mi entrada le ha despertado. Él mira a su alrededor, confundido, con los ojos desorbitados por el miedo y puedo ver que su ritmo cardiaco está en el techo. Entonces sus ojos se fijan en mí y me percato de su cuerpo sudoroso. Sacude la cabeza en un intento de despejarla.
_ ¿Todo está bien, señor?
_ Sí, gracias, Taylor. A veces tengo pesadillas.
Él no dice nada más, pero puedo ver que está alterado. Camino de vuelta a mi habitación lentamente, con pesar. Conozco esos gritos, de hombres que han visto demasiado. Pienso en las cicatrices que le he visto, y me doy cuenta de que las que no puedo ver, son aun mucho más profundas.
Cuando me hundo en la cama, escucho el piano tocando suavemente en la habitación principal. La música es compleja y tocada magníficamente, pero de tono abrumadoramente triste. El señor Grey es un hombre con muchos talentos y muchos secretos.

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